

Víctor Viruta, cantautor: “Encajar con la normalidad e intentar ser normal es la tarea más ardua de este mundo”
Entre su repertorio destacan letras como ‘Peras y manzanas’ o ‘Normal es un programa de mi lavadora’Víctor Viruta es una de las voces más reconocidas y reivindicativas del panorama musical LGTBIQ+ y este jueves ha participado en la mesa redonda Con T de Trans que la Asociación de Familias de Infancia y Juventud Trans Chrysallis celebrará a partir de las 19:00 horas en el pub Flanagans de la capital.
-¿Quién es Víctor Viruta?
- Yo antes me definía con una frase muy graciosa y muy ilustrativa diciendo que era cantautore transfeminista del extra radio de la galaxia. Soy una persona del extra radio de un barrio de Madrid de las afueras y me siento bastante marciano. Me siento bastante marciano como persona trans, ahora en un mundo mucho más abierto y con muchas más referencias trans. Cuando yo empecé mi transición hace diez años, me sentí una persona única en el mundo y muy rara, así que eso es lo que soy. Pero no vale con decir que soy un marciano o algo así sin decir que me estaba dedicando a las artes escénicas y verbénicas, porque yo era cantautor. Bueno, lo era en los tiempos en los que funcionaba con el formato femenino en los que yo creía que era una mujer.
-¿Entonces, qué pasó?
-Tuve una revelación. En un momento dado yo ya cantaba mis propias canciones. Cantaba canciones de amor y luego decidí darle continuidad a mi música añadirle interpretación, monólogo, anécdotas sobre mi vida, disfraces... añadir un auténtico teatro para que la gente entendiera que mis espectáculos, como el que se va a ver en el Flanagans, tienen un componente autobiográfico y un componente pedagógico.
-Su espectáculo trasciende de lo puramente musical.
-Va más allá de salir yo con una guitarra a cantar canciones de amor, que es lo que hacía antes. Mis canciones hablan de lo trans en primera persona, hablan de cosas LGTB en general. Son canciones antisistema y se quejan de las cosas que no me gustan de este mundo que habito. Y son también bastantes feministas, porque yo he sido feminista toda mi vida, soy feminista y moriré feminista, porque creo que es necesario para que el mundo sea más igualitario, más justo.
-En su repertorio hay algunos temas que se han convertido en auténticos himnos. Uno de ellos es Peras y manzanas. ¿Es un guiño a la ex alcaldesa de Madrid, Ana Botella?
-El guiño es evidente, porque las declaraciones de esta alcaldesa en esos tiempos nos hicieron daño y risa al mismo tiempo al colectivo porque no sabía muy bien por dónde se andaba y aunque no era exactamente una pullita para esta mujer, sí que quería que contuviera esa broma. Hice esa broma desordenando el género, como en toda la canción se desordena el género, como cuando dice “tu niño, yo niña, o al revés”. Era cuando estaba comenzando mi devenir tras y yo en ese momento tenía una pareja y decidí escribir una canción de amor. Porque no es más que una canción de amor, aunque luego se hizo una canción muy popular, pero era un intento de canción de amor sano, porque el amor romántico también está cargado de cosas muy chungas. Y yo quise hablar de un amor horizontal, un amor bonito, un amor de dar, un amor de creer que estás con una naranja entera y no con una media naranja para tú completarla. Y eso me pasaba. No era una canción política en su momento, pero me di cuenta al terminarla y en sacarla al mundo de que no era tan personal, porque mucha gente se la podía vestir esa canción, y que, evidentemente, era política, como todo en este mundo.
-Otro de sus temas más conocidos es se ha popularizado en Normal es un programa de mi lavadora, que se ha hecho muy popular en pancartas en las manifestaciones del colectivo LGTBI.
-Esta frase yo ya la había escuchado en alguna parte, fue más bien al revés. La canción, aunque tenga muchos años, cuando la presento por ahí digo que es una canción pancartera, porque está hecha de pedazos de lema, de pancartas de alguna manera. Es una manera mía de ver el mundo y lo que para mí es normal y lo que es lo extraño, que es justamente lo contrario de lo que es entendido como ser una persona de bien, pero eran cosas que yo me había encontrado por ellos. El Normal es un programa de mi lavadora me parece un eslogan divertidísimo para ilustrar cómo me sentía yo pisando esta Tierra. Porque el encajar con la normalidad y el intentar ser normal es la tarea más ardua y más imposible de este mundo, porque no hay nada que sea completamente hegemónico, completamente normal.
-Su repertorio tiene un marcado carácter didáctico pero también me da la impresión de que a sus espectáculos acude gente a la que no le hace falta esa didáctica. ¿Echa de menos en sus números la asistencia de esos ‘señores de bien’?
-Siempre me hace ilusión encontrarme “señores de bien” y siempre me los encuentro. De hecho, aunque es verdad que yo normalmente voy a participar en eventos cuyo público está bastante a favor ya de lo que canto, que la gente también se merece escuchar lo suyo naturalmente y no tener que aprender nada nuevo ni tener ninguna relación. Pero me gusta también cuando viene gente distinta y se sorprende o incluso cuando se indigna y se va. O sea, para mí siempre es un placer tener todo tipo de gente en mi público incluyendo, gente normal.