Acaba de anunciarse que el aeropuerto de Teruel va a recibir una inversión de 36 millones de euros para construir una zona de recepción de mercancías, una zona de producción y un hangar de grandes dimensiones destinado a zeppelines estratosféricos. La cifra no es baladí y la pagamos entre todos ya que el dinero proviene de los fondos Fite. Y habrá quien diga para qué narices queremos en nuestra ciudad semejante ocurrencia… pero lo mismo decíamos muchos cuando se construyó el aeropuerto que ahora es motivo de orgullo provincial y fuente de riqueza.
Sin embargo, y confiando en la visionaria apuesta estratosférica del director gerente del aeropuerto, toca hablar también del presente de esta infraestructura.
Y ha sido el portavoz de Teruel Existe, Manolo Gimeno, el que ha puesto sobre la mesa la posibilidad (real) de convertir Caudé en un auténtico centro logístico de primer nivel. Asegura, en unas declaraciones al Eco de Teruel, que nuestro aeropuerto es un caramelito para algunas empresas a las que les gustaría poder utilizarlo como punto de distribución de mercancías.
Cuenta Gimeno que otros aeropuertos, con mucho más tráfico aéreo, obligan a los aviones de carga a esperar dando vueltas hasta que pueden aterrizar, con el consiguiente gasto de combustible (y de dinero).
Añade además que hay atascos para descargar las aeronaves y que el nuestro es el único que tiene conexión ferroviaria directa dentro de sus instalaciones (a seis metros de la pista) y que tiene una autovía que conecta con Zaragoza y Valencia justo al lado. Es decir, que reúne todas las características para que muchas empresas hayan solicitado ya poder descargar sus mercancías en Teruel.
Pero añade el portavoz de Teruel Existe que falta “voluntad política” para que el mejor “espacio intermodal de España” pueda comenzar a operar como tal.
Y me pregunto yo, ¿a qué esperan desde la plataforma ciudadana para desbloquear políticamente el asunto? Sería, sin duda, una medallita que TE podría colgarse en la solapa y que haría olvidar, en cierta forma, sus tropiezos pasados en la política nacional. Además, ahora sí que pintan algo en las instituciones aragonesas con lo que el desbloqueo suena a factible.
Entiendo que la cosa la tienen bloqueada los de siempre. Porque algunas comunidades vecinas siguen jugando sucio. No hará falta que les recuerde aquellos correos electrónicos enviados desde un despacho de Adif en Barcelona donde se desaconsejaba el uso de la línea de mercancías Zaragoza-Valencia por diversos motivos, aunque el principal y verdadero era impedir que el puerto de la otra capital del Turia le quitase negocio al de Barcelona. La pela es la pela, ya saben.
Tal y como están las cosas por Moncloa-Waterloo dudo yo que se pongan ahora en el PSOE a trabajar para convertir al aeropuerto de Teruel en un centro logístico de primer nivel que pueda restarle un euro de ingresos a Cataluña. Es lo que nos toca en este momento…
Es cierto que todavía faltan meses para tener a punto los gálibos y la electrificación de la línea de tren. Pero no estaría de más ir tomándose en serio este asunto, poniendo números reales encima de la mesa y convertirlo en una de las principales reivindicaciones para los turolenses.
Si con la llegada de los zepelines estratosféricos se calcula que se duplicará el número de empleos indirectos hasta los 3.600 (ojito, casi un 10% de la población de la capital turolense), ¿cuánta riqueza supondría que grandes empresas descarguen sus mercancías en el aeropuerto de Teruel y las suban a un tren o un camión para distribuirla por toda España?
Ojalá el resto de formaciones políticas locales se sumen a esta apuesta de futuro que, cómo siempre, no depende de los turolenses, sino más bien de las estratagemas impulsadas por algunos para poder asegurarse su puesto en el carguito de turno.