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Despoblación 'deluxe'

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Javier Silvestre

Una de las premisas del Gobierno de Aragón es luchar contra la despoblación territorial. Y con ese objetivo trabaja el Departamento de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia que cuenta con un presupuesto de 135 millones de euros, de los cuales, 23 son precisamente para un apartado que nos toca muy de cerca: el problema demográfico. La sorpresa llega cuando hemos conocido esta semana que más de dos millones del presupuesto se van a ir en crear, al menos, 37 puestos de funcionarios. Es decir, que hay que contratar gente para montar la estructura de la Dirección General de Despoblación. Debe ser que no hay suficiente personal administrativo ya en la DGA…

Los primeros 28 puestos que se han creado ya han sido publicados en el Boletín Oficial de Aragón (BOA). Como suele ser habitual en nuestro país, casi se van a contratar más jefes que peones, ya que a partir de ahora habrá una nueva dirección general de Despoblación, tres nuevas subdirecciones provinciales y dos jefaturas de servicio. También habrá cuatro jefes de sección, dos asesores técnicos y seis jefes de negociado. El resto, serán un secretario, seis administrativos, un arquitecto, un ingeniero de caminos y un facultativo superior.

Haciendo cuentas: 16 jefaturas. ¡Toma ya! Les sale casi a un jefe por empleado nuevo. Por supuesto, todos estos nuevos cargos cobrarán conforme a la tabla salarial de los funcionarios de la DGA. Por un lado, el de Jefe de Servicio de Planificación, Coordinación y Estudio de Políticas Demográficas y Poblacionales; y el de Jefe de Servicio de Gestión y Fomento de Políticas Demográficas y Poblacionales cobrarán más de 53.000 euros brutos al año. Los tres Subdirectores Provinciales de Despoblación, a 51.000 euros por cabeza. Por supuesto, hace falta un Asesor Técnico de primer nivel que se llevará otros 4.400 brutos al mes, que tendrá a su vez otro asesor que, eso sí, cobrará sólo 3.600 euros.

Luego ya vienen los de abajo: siete administrativos (cuatro cobrarán 28.000 euros al año brutos y el resto 26.000) y un auxiliar (22.000 euros).

Y claro, al contribuyente que paga todo esto le surgen dudas. ¿De dónde salen estos funcionarios? ¿Tienen que opositar? ¿Se les recoloca de otros departamentos donde se haya recortado personal? ¿Se les saca de una bolsa de trabajo? ¿Cuántos de estos puestos se asignarán por designación directa, es decir, a dedo? Quizás deberíamos tener más detalles que la simple orden impresa en el BOA de hace tres días, porque hablamos de más del 10% del presupuesto del Departamento de Despoblación.

También llama la atención que 24 de los 28 nuevos puestos que se van a crear podrán teletrabajar si lo desean. Aquí, lo confieso, tengo dividido el sentimiento. Por un lado creo que para que los funcionarios encargados de este área puedan ejercer bien sus funciones deben poder moverse e instalarse en el Aragón más despoblado. Luego se me pasa la ensoñación y lo que veo es que, al final, la mayoría de las plazas seguirán ocupándolas funcionarios que, con suerte, vivan en alguna de las tres capitales aragonesas y que poco se arrimarán a las zonas despobladas. Vamos, que la mayoría trabajará desde su piso de Zaragoza, ¿para qué engañarnos?

Da igual quién gobierne, al final todos hacen lo mismo. Estas 37 nuevas plazas de funcionarios autonómicos se suman a las 64.194 que existían en julio de 2023. Sólo para que se hagan una idea, el número de empleados autonómicos en junio de 2021 era de 55.414. Es decir: 8.780 funcionarios más trabajando en la DGA en sólo dos años. Les bajo estas cifras a tierra: 12 funcionarios nuevos cada día. Telita.

Ya sé que muchos me hablarán de que han hecho refuerzos en sectores diezmados como la Educación o la Sanidad, que pueden desdibujar estos datos. Pero no me negarán que estos brindis de “austeridad en la gestión” que se nos prometían con el cambio de Gobierno regional, por el momento, brillan por su ausencia. Quizás se esté recortando por otro lado pero, hasta donde nos cuentan, por ahora sólo sumamos gastos y más gastos. A ver si al final, esto de la gestión de la crisis demográfica va a ser una excusa para colocar a unos cuantos amigos cercanos a costa de todos. Habrá que estar atentos a quién nombran para gestionar esta despoblación deluxe.