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El Entredicho El Entredicho
Aprovechamientos forestales -maderables- extraídos recientemente de la zona en litigio entre las provincias de Teruel y Cuenca

El Entredicho

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Javier Silvestre
Buenas noticias para la provincia de Teruel, a la que le ha dado la razón el Instituto Geográfico Nacional (IGN) en el litigio que enfrenta a los municipios de Albarracín y Cuenca por el límite provincial en el Alto Tajo.

Más concretamente, el punto de discordia es un monte llamado El Entredicho (el nombre ya lo dice todo) y que, según el informe presentado por los cartógrafos, debe consolidarse como territorio de nuestra comunidad autónoma.

Son 2.000 hectáreas (para que se hagan una idea 4.000, veces el campo del Pinilla) de las que siempre se ha hecho cargo Albarracín: tanto de su explotación como de su conservación.

Pero Cuenca quiere que El Entredicho sea definitivamente castellano.

El motivo es que Castilla-La Mancha se aferra a que la división provincial sea el cauce del río Tajo, tal y como se estableció “provisionalmente” en la Constitución de 1978. Pero no está tan clara la cosa y toca repasar un poco la documentación de este monte en litigio.

Es en 1900 cuando se deslinda el monte de utilidad pública número 126, Veguilla de Tajo, propiedad del Ayuntamiento de Cuenca.

Pero se hace excluyendo una parte del mismo: El Entredicho. El siguiente documento existente es de 1920, cuando el Ayuntamiento de Albarración inscribe como suya esta pequeña montaña.

Lo hace el secretario del consistorio turolense, que basa su decisión en el hecho de que el Reino de Aragón se lo había donado a la localidad y llevaba décadas gestionándolo.

Pasan los años y en 1966 se deslinda el monte de utilidad pública número 12, el conocido como El Entredicho, donde se establece que las 2.000 hectáreas pertenece a Albarracín pero está físicamente en el término municipal de Cuenca.

La incoherencia llega a plasmarse en la delimitación territorial de la Constitución hasta que, ahora hace siete años, toca decidir dónde se colocan los mojones trifinios que deben delimitar cartográficamente ambas provincias. Y se reabre la polémica.

La falta de acuerdo entre Albarracín y Cuenca sólo tiene una solución: la mediación del IGN, que ahora ha fallado a favor del alegato turolense.

Eso sí, un fallo no vinculante que debe pasar por el Consejo de Ministros para poner fin a más de un siglo de lío interprovincial. Será el ministro Ángel Víctor Torres, ex presidente de Canarias, el que tome la decisión final (si es que el caso Koldo se lo permite) basándose -esperemos- en la resolución del Instituto Geográfico Nacional.

Tal y como están las cosas en la política nacional (y viendo antecedentes como el de la directora de Aragón Televisión) capaces son en La Moncloa de saltarse cualquier recomendación de los expertos con el único objetivo de fastidiar al Gobierno de Aragón, en manos del Partido Popular.

La mejor baza a nuestro favor es que el Ejecutivo le tenga más ganas al presidente manchego, Emilio García-Page, que no para de atizar contra su propio partido cada vez que le ponen un micrófono delante.

Sea como sea, desde el Ayuntamiento de Cuenca ya han dicho que recurrirán la decisión del IGN, aunque buceando en su prensa local tampoco parece que sea un tema de especial relevancia para nuestros vecinos.

Sí lo es para nuestra provincia, que vería cómo los vecinos de Albarracín tendrían que adaptarse a una nueva normativa autonómica para poder explotar los recursos de El Entredicho en caso de que la propiedad pasase a manos de Castilla-La Mancha.