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‘Habemus Psoem’ ‘Habemus Psoem’

‘Habemus Psoem’

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Javier Silvestre

No me gusta centrar mis columnas en un mismo partido político dos semanas consecutivas, pero no me he podido resistir. Ya sabrán -o no- que ayer, el PSOE de Teruel “renovó sus órganos de dirección” provinciales... O lo que es lo mismo: que ya han podido colocar en la Ejecutiva a los dirigentes que ha impuesto Pilar Alegría, que a su vez ha sido impuesta desde Moncloa. Rafael Guía no ha defraudado en su estreno como secretario general de los socialistas turolenses, soltando unas cuantas perlas que no me resisto a comentar.

En nota de prensa asegura que del congreso socialista “salimos más fuertes y unidos”. Eso es innegable, después de haberse ventilado cualquier voz crítica con la corriente sanchista. Añade que el PSOE tiene la “voluntad de reforzar nuestras estructuras para estar todavía más presentes en la sociedad turolense”. Por voluntad que no sea, aunque quizás no consista tanto en reforzar estructuras si no en utilizar las que ya tienen para defender a nuestra provincia en el Congreso de los Diputados, por ejemplo.

Ojito a esta afirmación que hacen sin ruborizarse: “Cuando gobernamos, a la mayoría de la gente le va bien”. Esta frase sólo la puede comprar su militancia más abducida, está claro. Por ahora, lo que está demostrado es que “le va bien” a unos cuantos compañeros de partido, familiares de presidentes y catadores de marisco que se lo está llevando calentito. Al resto, ya me contarán ustedes cómo les va.

Pero tranquilos que aún hay más. “Rafael Guía ha reivindicado al PSOE como la fuerza transformadora de la provincia” porque los proyectos estratégicos “tienen sello socialista”. En eso no le quito un ápice de razón. Por ejemplo, a Andorra la han transformado a conciencia volando por los aires su central eléctrica; por otra parte, la orografía llena de aerogeneradores confiere un renovado aspecto de modernidad a nuestra tierra, no hay duda. Eso por no olvidar la destrucción de puentes históricos para ahorrar en catenaria.

“No somos de llorar, como otras fuerzas políticas”, dice sin despeinarse mientras acusa al PP de “aprovechar los frutos de las políticas socialistas desde el inmovilismo” y volver con el soniquete de la extrema derecha, los bulos y todos esos mantras que se han vaciado de contenido de tanto manosearlos. Y remata asegurando que el PSOE tiene “confianza” en volver a gobernar las principales instituciones “pero no por el hecho de recuperar el poder, sino para poner en práctica las políticas socialistas”. Pues como se apliquen el cuento igual que en el Congreso de los Diputados vamos apañados, que por siete votos han perdido los principios. Que se lo digan a los socialistas pedigrí que han preferido volver a la Universidad y dejar su Lonja. “Es nuestra seña de identidad, los servicios públicos, nosotros a desarrollarlos y a hacerlos eficientes y de calidad, y cuando llegan estos señores los dejan morir poco a poco para echarnos en mano de las empresas privadas”, insiste Guía pareciendo olvidarse del nuevo caos en los trenes, el apagón y con el aeropuerto de Barajas convertido en un gueto propio de una calle de San Francisco regada de fentanilo.

No les quiero aburrir más con las palabras vacías del nuevo líder socialista de Teruel. Mucho menos con las de Pilar Alegría que -manda narices- ha reivindicado los proyectos impulsados por Lambán. No sé ustedes, pero ni una sola propuesta concreta en el congreso del PSOE sobre qué políticas concretas quieren impulsar en Teruel. Todo son ataques al Gobierno autonómico (merecidos algunos de ellos) y llenarse la boca con sus supuestas políticas sociales y servicios públicos tan envidiados en el mundo, pero que hacen aguas por todas partes.

Al PSOE de Teruel le pido exactamente lo mismo que al PP de Teruel: que se centren en defender a sus votantes aquí, pero también en Zaragoza y en Madrid; que las cartas abiertas de Herminio dejen de ser proclamas de política nacional que no le interesan a nadie; que en los plenos del Ayuntamiento se dejen de mociones políticas que nada tienen que ver con nuestra ciudad; que unos y otros trabajen haciendo propuestas para mejorar la provincia olvidando -si pueden y les dejan- la disciplina de partido. Porque la sensación que uno tiene como ciudadano es que la guerra partidista acaba asfixiando cualquier iniciativa local.

Aunque claro, las hay que tienen la vista puesta más allá de nuestros límites provinciales y los hay que como osen a moverse un sólo milímetro los apartan de la foto. Así está el patio señores.