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Más Jorges y menos Jordis Más Jorges y menos Jordis

Más Jorges y menos Jordis

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Javier Silvestre

Conozco a muchos opositores que están que trinan desde hace años por la manifiesta injusticia que supone exigir el conocimiento de una lengua autonómica para optar a una plaza en la administración pública. Por eso, el vídeo viral en el que una joven andaluza desprecia tener que aprender catalán para poder optar a una de las 3.000 plazas de enfermería que se han convocado en Cataluña en los próximos meses, les resulta bastante familiar.

Cierto es que la joven sanitaria hiere sensibilidades nacionalistas y no nacionalistas por el desprecio con el que se refiere a la lengua cooficial de nuestros vecinos. Pero no deja de ser menos cierto que la imposición de tener un alto grado de conocimiento del catalán sitúa a la mayoría de los opositores en desventaja respecto a los nacidos en Cataluña, Valencia o Baleares, o respecto a los que deciden aprender esta otra lengua para tener opciones de sacarse una plaza.

Son sus reglas. Y contra eso, poco o nada podemos hacer. Y quien quiera opositar en regiones con lenguas cooficiales deberá conocer ambas para entrar en la Administración. No le queda otra. Pero, ¿cómo podemos protegernos en Aragón? ¿Cómo conseguir que los aragoneses tengan preferencia frente al resto tal y como pasa en otras comunidades? Les seré sincero: no lo sé. Imponer algún tipo de baremo por arraigo o genética sería, a todas luces, discriminatorio. Con lo que, los profesores, o médicos que sepan catalán tendrán ventaja en su tierra a la hora de opositar y no sufrirán discriminación alguna en la nuestra.

Quizás hay que dejarse de buenrrollismos y empezar a aplicar la misma política proteccionista que utilizan otras autonomías. Porque, si bien en materia de oposiciones, la batalla tiene difícil solución legal, sí que hay otros ámbitos en los que premiamos al de fuera antes que al nacido en Aragón. Amigos nuestros (y nosotros mismos) que se ven forzados a emigrar mientras ve cómo vascos, catalanes, andaluces y madrileños -por poner un ejemplo- les comen la tostada.

Un caso evidente de esta falta de proteccionismo aragonés es Aragón TV. La televisión autonómica donde estamos hartos de ver a Gorkas, Jordis o Ximos presentando en una cadena que también debería de servir para dar trabajo a los periodistas aragoneses antes que al resto. Un colectivo que suele verse obligado a marcharse lejos de sus familias ante las pocas oportunidades laborales existentes en nuestra tierra. Es una política de discriminación no escrita que aplican la mayoría de cadenas autonómicas excepto Telemadrid que, como la propia capital, acepta a todo el mundo sin preguntar de dónde es aunque esto perjudique al madrileño de pura cepa.

Esta política de proteccionismo autonómico se aplica sin miramientos en Canal Sur, en Andalucía, donde no tener acento andaluz es sinónimo de no tener trabajo. O en Canarias, donde una regla interna no escrita estipula que sólo puede haber dos "godos" por programa. En la ahora renovada televisión extremeña, por fin, se apuesta por caras de Extremadura para presentar sus programas más vistos. ¿Y qué quieren que les diga? Eso se nota.

Sin desmerecer la mayoría de las cosas que hace nuestra cadena autonómica les confieso que no doy crédito cuando veo cómo se llaman algunos presentadores o me cuentan que su máxima relación con Aragón es que uno de sus bisabuelos era aragonés. Luego pasa lo que pasa: que se les cuela un “¡Feliz día de Sant Jordi!” en pleno directo, o que no tienen ni repajolera idea ni de geografía, ni de historia, ni de nada que tenga que ver con lo que deberían dominar al dedillo: nuestra tierra.

Seamos proteccionistas en aquello en lo que podemos. Porque, si bien el discurso del “todos debemos ser iguales” y tener las mismas oportunidades queda muy bonito de cara al postureo tuitero, la realidad es que la mayoría de nuestros vecinos se lo pasan por el arco del triunfo cada vez que tienen oportunidad. Más Jorges y menos Jordis. Mejor nos irá.