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'Parking-tánic' 'Parking-tánic'

'Parking-tánic'

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Javier Silvestre

Hay un grupo de Facebook del que soy fan absoluto. Se llama “Teruel, denuncia!” y allí, los participantes aprovechan para mezclar opiniones sobre cosas de la ciudad que no funcionan, reclamar objetos perdidos o incluso regalar camadas de gatos si hace falta. Esta semana, una de las participantes del foro ha compartido unas imágenes del aparcamiento subterráneo de la Glorieta que me han dejado estupefacto.

Se trata de la salida y entrada de los vehículos hacia el barrio de San Julián. “Sus metales parecen el casco del Titanic, y la zona está llena de charcos, goteras y moho”, dice la persona que incluye en la queja fotos e incluso un vídeo que debería hacer que se le caiga la cara de vergüenza a alguien. “Cuando llueve, desborda en cataratas, haciendo una aventura selvática entrar al mismo con el coche”, sigue diciendo mientras añade que aunque hayan pasado días “sigue goteando y rezumando agua por todo el túnel de salida”.

Hay un punto de peligro en todo este desaguisado ya que, según asegura, el agua moja todas las máquinas de control de acceso… Unos aparatos eléctricos que pueden dar un susto en cualquier momento. Pero llega aquí el punto más grave del asunto. Advierte la denunciante de esta situación: “¿Y dónde va a parar toda esa agua no canalizada? A la finca de enfrente.” Un edificio que, al parecer, presenta grietas y humedades fruto de la contínua llegada de agua mal canalizada del aparcamiento. Finaliza su publicación en Facebook diciendo: “El que no acude a la gotera tendrá que acudir a la casa entera.”

No digo yo que se vaya a venir abajo la finca donde va a parar toda esta agua... Pero entenderán los responsables municipales la psicosis de los ciudadanos después del hundimiento del edificio de la calle de San Francisco. Así que tiempo les falta para ir y subsanar estas filtraciones y tranquilizarnos a todos.

Y más, cuando esta semana el Ayuntamiento ha hecho público el balance de actuaciones municipales a petición de los ciudadanos. Anunciaban que en 2023 fueron exactamente 2.216 y que la mayoría tuvieron que ver con la limpieza viaria, el alumbrado, el mobiliario urbano, las aceras, jardines y alcantarillado. Y me llama la atención que entre esas miles de actuaciones no haya ninguna que revise el estado de las filtraciones del aparcamiento de la Glorieta.

Quizás el problema sea que acometer esta obra no es algo “menor” y puede acarrear un gasto mayor del deseado. También puede ser que como “lleva así desde siempre y no ha pasado nada” no urja solucionarlo. No quiero pensar que como es “la salida menos visible del aparcamiento importa menos que la más utilizada del Óvalo”. Pero, sea como sea, la imagen de dejadez y abandono es vergonzosa.

Es el Ayuntamiento el que debe de exigir a la empresa adjudicataria de la explotación del parking que se solucione este problema de forma inmediata. Y más teniendo en cuenta que esta infraestructura genera unos ingresos anuales de 385.000 euros según el propio consistorio. En el pliego de condiciones para adjudicar la concesión -que se realizó el año pasado- se exigía la instalación de puntos de recarga para coches eléctricos, pero poco se hablaba sobre subsanar semejante desaguisado.

Insisto en la necesidad de poner especial atención a todos los temas que tienen que ver con filtraciones de agua, porque somos una ciudad con una herida abierta aún llena de escombros que nos recuerda a diario la fragilidad del suelo que pisamos. Si el Ayuntamiento no tuviese tantos complejos con este tema, lideraría una campaña para que todas y cada una de las humedades que aparecen en cualquier edificio o infraestructura pasasen un control escrupuloso. Pero parece que hay temas en los que es mejor mirar hacia otro lado. Cuidado con eso, no sea que nos estampemos contra otro iceberg a bordo del Parking-tánic.