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Terremoto hospitalario Terremoto hospitalario

Terremoto hospitalario

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Javier Silvestre

Resulta que Teruel está sobre una falla sísmica con actividad relativamente reciente (entre 90.000 y 15.000 años) y nuestro futuro-flamante hospital estará construido a prueba de terremotos. El tema resultaría anecdótico de no ser porque nos ha costado (a todos) tres millones de euros en compensación a Acciona, la empresa constructora. Les pongo al día…

Tenemos que remontarnos a principios de 2011. Más concretamente al mes de marzo, cuando el entonces Gobierno de Aragón, presidido por el socialista Marcelino Iglesias, saca a licitación el nuevo hospital por un presupuesto de 98 millones de euros. En ese proyecto, nada se dice sobre que el Planizar está en zona de riesgo sísmico. Y eso, pese a que el catedrático de la Universidad de Zaragoza José Luis Simón ya había advertido que era necesario tomar medidas para reforzar el edificio en un estudio elaborado en 2008. Un informe no vinculante y que decidieron meter en un cajón para licitar las obras antes de las elecciones autonómicas.

Como los que saben de la materia sí que estaban preocupados, insistieron al entonces Gobierno de la DGA para que estudiase el tema. ¿Qué hizo? Encargar otro informe a una empresa turolense llamada Geodeser que, casualmente, dijo que la zona no presenta riesgo sísmico alguno. Asunto cerrado a tres meses de las elecciones.

Cuando Luisa Fernanda Rudi llega al Palacio de la Aljafería la adjudicación de las obras sigue coleando. En agosto de 2011, el nuevo consejero de Sanidad promete que las obras son una prioridad y que el hospital estará acabado en “cuatro o cinco años”. Pero resulta, que desde la Universidad de Zaragoza vuelven a insistir en que semejante infraestructura necesita reforzarse ante un posible terremoto. Las prisas políticas hacen que se adjudique la obra y que, a los pocos meses, se paralice todo el proyecto porque, ¡oh, sorpresa!, la zona del Planizar está muy cerca de una falla.

Aprovecha la oposición para decir que el Gobierno utilizaba el tema geológico para paralizar una infraestructura que en Teruel se necesitaba con “urgencia” y llegaba a afirmar que los turolenses “no son tontos”. Que el PP aprovechase la coyuntura para ahorrarse unos millones en un momento de crisis económica es algo que no se puede descartar. Pero cuando en 2013, el Instituto Geográfico y Minero presentó un informe diciendo que la zona presenta “mucho riesgo” e instaba a tomar medidas en la ejecución de la obra (incluso a cambiar de ubicación el atascado-flamante hospital) el asunto no era para tomárselo a broma.

Así que tuvo que cambiarse todo el proyecto otra vez y empezar de cero. Se licitó y se adjudicó de nuevo a la misma empresa constructora. Eso sí, los de Acciona dijeron que al haberse paralizado el primer contrato tenían derecho a una compensación. Y se sacaron tres millones de euros extra, además de seguir adelante con la construcción del nuevo hospital.

En definitiva, que tenemos un hospital a prueba de terremotos. Que no abrirá hasta finales de 2025, de no ser que también alguno de nuestros gestores haya ignorado algún informe de riesgo de inundaciones, alerta de tornados o peligro por tsunamis. Alguien se empeñó en poner el flamante hospital en El Planizar, con la oposición de los médicos y de los geólogos. Desconozco qué intenciones había en ubicarlo allí: lejos del núcleo urbano, obligando a crear accesos y con riesgo de seísmo. Quizás algún día alguien nos lo explique, a nosotros y a los miles de pacientes que llevan 14 años -que se dice pronto- esperando tener un nuevo-flamante-hospital en condiciones (y, ahora sí, a prueba de terremotos).