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Votar sin DNI Votar sin DNI

Votar sin DNI

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Javier Silvestre

Este miércoles me quedé anonadado (y preocupado) cuando fui a votar por correo. Veníamos de unos días calentitos con los primeros chispazos de la compra de votos en algunos municipios a manos del PSOE, pero jamás imaginé que viviría, in situ, el fallo garrafal que tiene nuestra ley electoral y que, efectivamente, permite que alguien vote por nosotros sin problema alguno.

Antes de explicar la vivencia les diré que creo que deslegitimar la democracia es un juego peligrosísimo. Aceptar el resultado de las urnas nos convierte en una sociedad avanzada y pacífica. No hacerlo nos haría desembocar en la ley del más fuerte. Y el más fuerte, históricamente, suele ser el más dañino para la sociedad.

Con bastante retraso pero me llegó el resguardo de Correos para que fuese a buscar las papeletas y sobres a mi estafeta habitual. El cartero vino y yo no estaba en casa. Este sobre certificado sólo se le entrega al destinatario tras enseñar el DNI. Ni al cónyuge, ni al vecino, ni al portero. En caso de no poder dárselo a la persona, es el interesado el que tiene que ir a su oficina de Correos. Eso hice. Había tanta gente para votar que incluso habían habilitado un número de turno específico para el voto por correo. Cogí el mío y esperé. A los pocos minutos apareció en la pantalla el V156, mi turno. Me acerqué, DNI en mano, y tras unos segundos la funcionaria me dio un sobre marrón lleno de papeletas, dos sobres, el certificado de empadronamiento y un folio con las instrucciones.

Tenía prisa así que le pregunté a la mujer que me atendía si podía meter las papeletas en los sobres y votar directamente. Su respuesta: "No. Tienes que coger turno y esperar a que te toque…". Me pareció bastante absurdo pero entendí que si todos nos poníamos a meter papeletas al recibir la documentación, allí se podía organizar un buen atasco.  Obediente de mí, cogí otro número. El V177 para ser exactos. Me disponía yo a retirarme a una esquina para elegir mis papeletas, cuando apareció un compañero de la televisión y estuvimos poniéndonos al día. Yo con mis votos en la mano, él esperando que le diesen los suyos. Cuando pude, me alejé e introduje todo en los sobres. Lo hice sin salir de la oficina de Correos pero podría haberme ido a casa, a un bar o donde yo quisiera.

A los pocos minutos la pantalla anunciaba que era mi turno, el V177. En esta ocasión me tocaba con otra funcionaria, en una ventanilla muy alejada de la primera. Me acerqué con toda la documentación y cuando le doy el sobre certificado donde van mis votos y le entrego mi DNI, la mujer, amablemente pero con prisa, me dice que "para depositar el voto no hace falta identificarse". Me quedé descolocado. "¿Cómo?", le insistí con incredulidad y sosteniendo el DNI a medio camino entre ella y yo. "Que no hace falta para depositar el voto… Escríbeme tu remite y firma aquí", me dijo sin darle mayor importancia a lo que me acababa de decir. Aluciné. Me fui a trabajar. Mi cabeza no daba crédito. ¿Era legal lo que me acababa de pasar? ¿No te piden el DNI para depositar el voto en Correos? No podía consultar la legislación en mitad de la M-30, pero era mi prioridad al llegar delante de mi ordenador.

Y efectivamente. La Ley Electoral General, en su artículo 72, apartado b, exige la identificación del votante a la hora de entregarle las papeletas. Pero en ningún caso reitera esta petición de identificarse a la hora de depositar el voto. Como es lógico, y tras otros casos de compra de votos, se requirió a la Junta Electoral Central cómo obrar al respecto. Y atención a la respuesta. “La JCE tiene reiteradamente declarado que el artículo 73.3 de la LOREG no exige que el elector personalmente acuda a la oficina de correos a certificar el sobre de votación, sino que puede hacerlo cualquier persona en su nombre, sin que quepa exigir la identificación del elector en el momento de hacer entrega del sobre con el voto." Dice que el legislador ha "cuidado" que el voto le llegue al elector pero que depositar ese voto no necesariamente ha de ser "un acto personalísimo, pudiendo encomendarse a una tercera persona". Y que como esto es así desde 1985, pues así se queda.

Sé que a muchos de ustedes, al votar por correo, les habrán pedido el DNI para depositar los sobres. Pero lo preocupante es que puedan no hacerlo. Se entiende mejor ahora que en algunos municipios, el mercadeo de votos estuviese (y esté) a la orden del día. Es un vacío fácil de solucionar pero, ¿hay interés real en solucionarlo? No me tiren de la lengua, que hoy tienen que ir a votar.