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Alcañiz restaura la memoria de las víctimas del bombardeo “indiscriminado” de 1938

Alberto Tello (gafas de sol) y José María María Maldonado (a sus espaldas colocando un clavel), durante la ofrenda de ayer

En la familia no se sabía si habían bombardeado los republicanos o los fascistas. Era como un secreto, si preguntabas te decían algo pero tampoco mucho. La verdadera historia no la conocí hasta el libro de Maldonado".

"En la familia no se sabía si habían bombardeado los republicanos o los fascistas. Era como un secreto, si preguntabas te decían algo pero tampoco mucho. La verdadera historia no la conocí hasta el libro de Maldonado". Son las palabras de Alberto Tello, nieto de Cándida Martín, una de las más de 500 víctimas que dejaron los bombardeos "indiscriminados" del bando franquista que en la tarde del 3 de marzo de 1938 regaron de sangre uno de los episodios más brutales de la guerra civil.

Tello acudió ayer al homenaje a las víctimas que el Ayuntamiento ha iniciado este año cogiendo el testigo de Chunta Aragonesista, formación política que hace unos años inició la recuperación de la memoria de estos alcañizanos.

Las palabras de Tello vienen a reforzar el título del libro El bombardeo olvidado que José María Maldonado publicó en 2003 y que arrojó luz sobre lo acontecido hace 78 años. "Solo hubo un bombardeo mayor en toda España en la guerra civil, uno en Barcelona que tuvo lugar el 18 de marzo", expuso el investigador momentos antes de la ofrenda de flores al monolito que recuerda a las víctimas en la plaza del 3 de Marzo.

Los actos, que comenzaron un poco más tarde de la hora de los bombardeos, se completaron con una danza a cargo de Laura Lombarte, que bailó al ritmo del Pasaje de Orfeo y Eurídice de C.W. Cluck. Posteriormente, las decenas de personas que asistieron al acto visitaron el refugio antiaéreo. La conmemoración se cerró con una charla en la que Maldonado explicó los pormenores de aquella tragedia.

Como en Siria

"Si quieres imaginar algo que se pueda comparar a lo que sucedió, pensemos en un bombardeo de Siria, en los que vemos sacar muertos" de entre los escombros, explicó el historiador. "Aquí hubo más de 500 muertos, ¿cómo no se va a recordar esto? Es imposible olvidarlo", dijo instando a conservar la memoria histórica de lo que sucedió.

El historiador definió el ataque de "absolutamente indiscriminado", ya que los 15 aviones Saboya 79 (popularmente conocidos como parveros) de la Aviación Legionaria Italiana "iban soltando bombas y donde cayeran". Venían desde la estación y se cebaron especialmente "en la Glorieta y el casco antiguo, que era donde más gente había viviendo".

En el parte del ataque, frías palabras: "Bombardeo del pueblo de Alcañiz". Ni cotas, ni objetivos militares. "Por eso fue así de indiscriminado", incidió el experto.

"Mi abuela murió y dos hijas suyas quedaron heridas. A una le reventaron los tímpanos y quedó sorda. Falleció hace cosa de diez días, explicó Tello. Ellas se salvaron porque "pasaron a la casa de al lado". Mejor suerte corrieron el marido de la fallecida y un hijo, el padre de Tello, que andaban en la huerta. Desde allí "vieron pasar los aviones y la polvareda que se generó". Cuando llegaron a casa se la encontraron derrumbada.

Honra cada año a su abuela

Desde que supo de la magnitud de la historia, Tello acude cada 3 de marzo al cementerio. "Mi padre me dijo que mi abuela estaba en una fosa común. Se ve que recogieron a los muertos como pudieron, algunos a trozos, para meterlos ahí". Ayer, este alcañizano dejó en el monolito tres rosas tricolor.

"Es un acto en memoria del fatídico bombardeo. Por parte del Ayuntamiento, es un homenaje a todos y cada uno de los alcañizanos, sin distinciones ni color (político), que perdieron la vida en ese fatídico día que nunca tenía que haber existido", dijo el concejal de Cultura, Miguel Ángel Estevan.

"Fue un bombardeo olvidado, mucho más importante que el de Gernika según dicen los historiadores", añadió Estevan, que tiene intención de que este reconocimiento perdure en el tiempo.

Autor:Marcos Navarro / Alcañiz