

19 de diciembre de 1996. “Son dieciséis mujeres de las Amas de Casa de Báguena, que merced a una iniciativa de la Asociación de Mujeres Empresarias de Teruel, realizan un curso poco común: corte y confección medieval”. Así empezaba el reportaje publicado por DIARIO DE TERUEL que recogía la experiencia de un grupo de mujeres que habían echado la vista hacia arriba, hacia el artesonado de la Catedral de Teruel, para trazar los patrones de los trajes que vestirían los protagonistas de aquella primera edición y en el futuro, a toda una ciudad. No lo sabían entonces, no sabían que la recreación se convertiría en una fiesta multitudinaria, aunque en esas mismas páginas ya se aventuraba lo que podía ser: “Si, con el tiempo, llega a materializarse y a implicar masivamente a los habitantes de la ciudad, durante siete días Teruel retrocedería siete siglos”.
El curso estaba impulsado por la Asociación de Mujeres Empresarias de Teruel y se enmarcaba, decía la crónica, en el proyecto “Las Bodas de Isabel de Segura”, que con el tiempo perdería el apellido.
La presidenta de la Asociación, Lola Blasco, daba los detalles de este taller de empleo, que se pudo alargar gracias a un contrato en prácticas y con ello aumentar el número de trajes. Finalmente elaboraron seis de hombre y seis de mujer, además de algunos para niños, que se emplearían dos meses después para la primera recreación de Las Bodas de Isabel. El curso, más concretamente los frutos del mismo, van como anillo al dedo al proyecto de recreación histórica “Las Bodas de Isabel de Segura”, que en sus primeros pasos cuenta también con la implicación del Instituto de Estudios Turolenses, decía la noticia.
El objetivo de este taller, después de haber realizado otro de corte y confección en general gracias al Instituto Aragonés de Empleo, era crear en un futuro una empresa especializada en este tipo de realizaciones.
El reportaje continuaba: Las pruebas de los atuendos son realizadas por las alumnas del curso en verdaderos ensayos cuando van de visita la propia Blasco, la autora del proyecto “Las Bodas de Isabel”, Raquel Esteban, miembros del grupo teatral “Zarandaja”, junto a amigos y amigas, con niños incluidos.
Decía el reportaje ya entonces sobre el proyecto de recreación que surge por cuanto Teruel posee todos los elementos necesarios para llevar a cabo un proceso de recreación histórica en torno a la época medieval. La realización del mismo podría redundar en beneficio de la ciudad, no solo por la revalorización de su patrimonio cultural, la historia de los Amantes, y artístico, el mudéjar, sino también por el incremento turístico y comercial que llevaría implícito una acción de estas características.
Primera edición
Los trajes fueron precisamente la portada del periódico tras la primera jornada de la recreación, en la edición del 14 de febrero de 1997: Un desfile de trajes mudéjares abrió las actos culturales de la Fiesta de los Enamorados rezaba el titular, y ya en páginas interiores, destacaban que el desfile de trajes y las danzas habían abierto los actos de la recreación, que definía el periodista como “conjunto de actividades culturales organizados con motivo de la festividad de San Valentín por la Asociación Turolense de Mujeres Empresarias y la Asociación Mudéjar Isabel y Diego”. Aquel primer acto se celebró en el Casino Turolense, presentado por el periodista José Blasco y clausurado por el escritor Juan Antonio Usero, colaborador de DIARIO DE TERUEL. Un día antes, el periódico daba los detalles de la organización del evento recogiendo la presentación del programa que realizaron las presidentas de las asociaciones promotoras; Dolores Blasco, presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias de Teruel y Raquel Esteban, presidenta de la Asociación Mudéjar Isabel y Diego, en fase de constitución, apuntaba la noticia.
El programa ya abarcaba, como ahora, actividades desde el jueves hasta el domingo, incluyendo las escenas principales de la boda, o las muertes de Diego e Isabel, pero también el toro ensogado o el pregón. Un programa muy amplio a pesar de ser la primera edición, destacaban, gracias a la colaboración de múltiples grupos, asociaciones, entidades y particulares. El director del IET, Francisco Burillo, así lo destacaba: “Para ser el primer año, supone una concentración de actividades increíble, y una colaboración de entidades ciudadanas muy grande”.
Entre ellas, el texto recogía el apoyo económico de la asociación del Centro Histórico, la Cámara de Comercio, CAI, Caja Rural e Ibercaja, aunque el total de colectivos superaba el medio centenar.
Del inicio del proyecto daban estos detalles en la crónica: Blasco explicó que la asociación de Mujeres Empresarias pretendía conjugar dos factores “que pensamos que están poco utilizados”, el mudéjar y los Amantes para desarrollar sus posibilidades comerciales. Se enteró de que había otro proyecto en este sentido, contactó a través del IET con Raquel Esteban, y comenzó a tomar forma el proyecto, según la crónica de entonces.
Recordaba además el texto que en esta primera edición aprovecharon la experiencia y acciones del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT), pues con su certamen de medallas de oro y plata trae a personas de otras comunidades autónomas que podrán contar a su vez lo que han visto, y es que entonces coincidían en el tiempo ambas celebraciones. Raquel Esteban hizo un llamamiento para que “la gente salga a la calle” durante el fin de semana, y si tienen capas o atuendos de tipo tradicional se los pongan: lo mismo los críos, que también pueden ir con juegos del mismo carácter.