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Azero y la ilusión del rock de pueblo Azero y la ilusión del rock de pueblo
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Azero y la ilusión del rock de pueblo

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Todo grupo musical que se precie necesita el calor de su público y nuevas metas que alcanzar para seguir adelante. Ambas premisas se dieron en el concierto que los Azero brindaron en el Viña Rock, el festival que todas las bandas del ramo quieren asaltar y donde centenares de turolenses desafiaron a la lluvia para llenar el depósito de la ilusión de los bajoaragoneses por seguir pregonando el rock de pueblo y la lucha contra la despoblación donde quiera que vayan. [caption id="attachment_83203" align="alignnone" width="300"]Autora: Sara Jotabé, alumna del grado de Bellas Artes del Campus de Teruel (UZ) Título: Puro Azero Técnica: Dibujo y color digital Dimensiones: 29,7 x 42 cm. Autora: Sara Jotabé, alumna del grado de Bellas Artes del Campus de Teruel (UZ) Título: Puro Azero Técnica: Dibujo y color digital Dimensiones: 29,7 x 42 cm.[/caption] El concierto superó las expectativas de los Azero. “Con el tiempo que hacía  pensábamos que habría menos gente, pero cuando salimos al escenario vimos un mogollón de personas con banderas”, dijo Jorge Pérez "Kapi", cantante de la banda turolense. Decenas de banderas de Aragón, Teruel Existe, Teruel Resiste, Made in Teruel (en honor al tema del grupo que habla más claramente de la despoblación de la provincia) y otras realizadas ad hoc para la ocasión llenaron de colorido el raso del escenario Villarrobledo, el más rockero de los siete. El público turolense llevó a los Azero al Viña Rock a través de las votaciones del concurso de bandas y después respondió desplazándose con ellos para abrir el festival. El vienes a las cinco de la tarde, una cita nada sencilla que obligó a tomarse el día libre en el trabajo a quienes quisieron acompañar a la banda a lograr su objetivo de compartir cartel con los más grandes del panorama rockero a nivel estatal. “Llevamos casi 20 años tocando y al final al depósito hay que ir echándole gasolina para que no se vacíe”, explicó Kapi, quien reconoció que hitos como el que se alcanzó la semana pasada “son muy importantes para que el grupo tire para adelante, que se demuestre que está fuerte y que tiene ganas de más”. Pueden estar tranquilos los seguidores de Azero porque el “impulso anímico” de la banda está garantizado con su actuación en el festival de Villarrobledo (Albacete), que atrajo a 200.000 personas entre los cuatro días. Ni mucho menos fueron todos a ver a los Azero, pero “sí que habría más de 500 personas”, la inmensa mayoría turolenses y aragoneses pero también “muchos curiosos que vendrían de otros sitios”. Tocar en el Viña es una plataforma mediática que garantiza “que el grupo se conozca un poco más, que la gente vea que hacemos cosas, que nos movemos... Todo suma, y estar contento y con el ánimo arriba siempre viene bien para seguir”, ahondó el líder de la banda. un show para volver El show de Azero fue muy completo. En apenas 25 minutos de actuación -el escaso periodo de tiempo reservado para los grupos que entran a través del concurso de bandas- lograron introducir ocho temas, una jota, su característico toque del cuerno y un discurso contra la despoblación. En un momento de la actuación, Kapi recordó que no son unos novatos, que el grupo lleva 20 años en la brecha y que bien podría haberles llamado antes la organización del Viña, la cual certificó el amplio respaldo social que atesora la banda. Ello podría brindarles la oportunidad de volver a tocar en un futuro, ya como grupo invitado y con el doble de tiempo para exponer alguno más de sus más de 70 temas propios. “Es complicado porque, a la hora de cerrar los carteles, la organización tendrá sus preferencias, pero podría ser que nos volvieran a llamar”, comentó Kapi. “Haber hecho lo que hicimos (dar un buen espectáculo y arrastrar a tanta gente) no es garantía para volver, pero ya veremos. Falta mucho para el año que viene”, dijo con cierta esperanza. El festival difundió las imágenes de la actuación a través de las redes sociales. “Sacaron un par de fotos y han retuiteado algunos tuits que pusimos”, indicó Kapi. Todo suma para llenar el depósito de la ilusión del rock de pueblo "Made in Teruel". Villarrobledo clama contra la despoblación “Si ganamos el concurso y vamos al Viña Rock, aprovecharemos ese altavoz para dar a conocer la problemática que tiene la provincia con el tema de la despoblación”, aseguraba Kapi en estas páginas durante el proceso de votaciones. Los centenares de personas que se dieron cita el pasado viernes a las cinco de la tarde en el escenario Villarrobledo comprobaron de primera mano que el líder de los Azero no iba de farol. Mediado el concierto, Kapi cambió la canción por la palabra para dar un breve discurso sobre las carencias que afectan al mundo rural. La falta de médicos y maestros o lo obsoleto de las infraestructuras salieron a la palestra desde los altavoces del Viña Rock, reforzados con temas como Made in Teruel, que no podía faltar. La canción habla de una provincia con “lágrimas caídas” por “siglos de exclusión”. Una “tierra abandonada para el buitre carroñero”, cansada de que las “promesas” acaben “en el vertedero”. “Somos Made in Teruel, estamos que no estamos para mal o para bien”, es el estribillo de la canción, que también anuncia que los “jóvenes parados tienen que partir” y a los “viejos resignados sólo les queda vivir viendo cómo mueren sus raíces y sus tierras”. “Aquí es donde he vivido y donde yo quiero morir”, concluye el tema, que se ha convertido en un himno en los conciertos de la banda. Otro de los picos de la actuación se vivió con A desalambrar. Alfonk, el bajista, logró separar la zona de público en dos mitades que, a los primeros acordes de una de las canciones más cañeras del grupo, confluyeron en un pogo que causó sensación. La cena bárbara, Que se vayan, Granja humana o Esto es el rock formaron parte de un apretado repertorio al que Rock de Pueblo puso la guinda para cerrar un concierto mítico que quedará en la retina de todos los que allí estuvieron. El festival con más repercusión, donde todos quieren estar El Viña Rock es una plataforma idónea de promoción de grupos musicales a juzgar por las cifras que ha arrojado la 22ª edición, en la que la lluvia y el frío no ha aplacado las ganas de diversión de los aficionados al rock, punk, heavy, mestizaje, rap, hip hop o reggae. Según la organización, entre el jueves y el domingo accedieron al recinto más de 200.000 espectadores. Más de 130 artistas repartidos en siete escenarios hicieron disfrutar con grandes conciertos. Riot Propaganda congregó a miles de asistentes durante la fiesta de bienvenida. Destacaron también la gran despedida de Canteca de Macao; los brutales pogos en Boikot y Talco; los clásicos de Mago de Oz; la energía de Green Valley; la vuelta a los escenarios de Txarango; la consolidación de Lágrimas de Sangre; la fuerza de Mala Rodríguez; las guitarras de Desakato, la fiesta de La Pegatina o la esperada presentación del nuevo disco de Kase O. El Viña Rock 2017 generó un impacto económico de más de 17 millones de euros tanto en Villarrobledo como en la provincia de Albacete. En cuanto al terreno laboral, el festival ha creado más de 1.500 empleos temporales directos e indirectos. La próxima edición tendrá lugar los días 28, 29 y 30 de abril de 2018. ¿Volverán los Azero?