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Calanda y Toledo se hermanan a través de Buñuel en la Venta de Aires

La delegación calandina con algunos de los estudiantes que acudieron al acto organizado por el CiBRA en la Venta de Aires

Las localidades de Calanda y Toledo estrecharon ayer sus relaciones a través de un calandino universal, Luis Buñuel, en el marco del 8º Festival Internacional de Cine y Palabra (CiBRA), que contó con la participación del Centro Buñuel de Calanda (CBC) en un lugar emblemático, la Venta de Aires

Las localidades de Calanda y Toledo estrecharon ayer sus relaciones a través de un calandino universal, Luis Buñuel, en el marco del 8º Festival Internacional de Cine y Palabra (CiBRA), que contó con la participación del Centro Buñuel de Calanda (CBC) en un lugar emblemático, la Venta de Aires, el lugar donde se juntaba la mítica Orden de Toledo creada por el realizador turolense en los años veinte del pasado siglo.

El CBC fue el protagonista ayer de los encuentros entre festivales que organiza CiBRA, el certamen en torno al cine y la narrativa escrita que se celebra en Toledo y La Puebla de Montalbán. El acto, todo un hermanamiento en palabras de los organizadores, contó con la participación del presidente del patronato del Centro Buñuel de Calanda y alcalde de la localidad, José Ramón Ibáñez, y con la profesora de la Universidad de Zaragoza Amparo Martínez Herranz, miembro de la comisión asesora del CBC.

Este encuentro, según informó CiBRA a través de su página web, pretende mantenerse en el tiempo y quiere procurar la realización de actividades comunes entre ambos festivales. En este sentido, el alcalde de Calanda comentó que le parecía una idea "fantástica porque nosotros estamos trabajando en hermanar aquellas ciudades en que Buñuel estuvo".

El presidente del patronato del CBC se refería así a Toledo, Madrid, Zaragoza, París y México, que fueron algunas de las ciudades que marcaron al realizador calandino y en las que residió el mismo durante un tiempo.

Ibáñez comentó que era una "satisfacción enorme" poder presentar el CBC en Toledo, así como el Festival Buñuel Calanda, porque ofrecía la posibilidad de explicar lo que se está haciendo en la localidad natal del cineasta, así como establecer vínculos de colaboración entre ambas partes. Dentro de la organización del CiBRA hay una calandina, Sonia Asensio, que es la que ha promovido el encuentro de ayer entre este festival y el CBC.

Amparo Martínez ofreció una conferencia sobre la Orden de Toledo, fundada por Buñuel, realizando un recorrido por aquellos espacios que el director de cine visitaba junto con otros grandes del arte, como Salvador Dalí, o de la escritura, como Federico García Lorca.

Entre esos lugares se refirió a la Venta de Aires, donde se celebró el encuentro de ayer, la plaza de Zocodover, la Posada de la Sangre, la plaza de Santo Domingo, el convento de San Pedro Mártir o la iglesia de San Román y sus momias y, sobre todo, el Hospital Tavera y la tumba del cardenal. Esos fueron algunos de los espacios visitados durante muchos años por Buñuel y sus amigos de la Residencia de Estudiantes, desde 1923 en que fue fundada la orden, y que quedaron reflejados en la filmografía del cineasta.

"La importancia de la orden, más que por la que tuvo en su momento, radica en cómo quedó en la memoria colectiva del grupo de amigos que venían a Toledo y cómo se convirtió en un mito cuando casi todos estaban muertos o en el exilio", comentó Martínez.

La profesora reconoció que las actividades que realizaba la orden eran fundamentalmente lúdicas, incluyendo algunos "ritos" como el hecho de no asearse durante los días de estancia en Toledo, callejear por la ciudad, dejarse sorprender por las experiencias que les podía ofrecer la ciudad y "procurar no hacer el turismo que se hacía en el siglo XIX sino el que les permitiese encontrarse con espacios que no eran habituales".

Pero fue Buñuel, cuando volvió a Toledo a partir de los años 60, quien empezó a llevar gente a la ciudad y a reconstruir el mito de la Orden, recuperando en tres de sus películas, especialmente, la memoria de la misma.

De forma "escamoteada" aparece en La Vía Láctea, de manera "manifiesta" en Viridiana y "profusamente" en Tristana, donde prácticamente todo el escenario es la ciudad de Toledo y donde se encuentra ese homenaje directo a la tumba del cardenal Tavera, obra de Berruguete, en una escena emblemática del filme.

Martínez recordó que la Orden de Toledo la fundó Buñuel poco tiempo después de que le denegasen entrar a una logia masónica. A este respecto recordó la amistad del cineasta con Juan Vicens y las referencias que hace a la masonería en su película mexicana El ángel exterminador.

La profesora de la Universidad de Zaragoza aseguró que hablar sobre Buñuel y la Orden de Toledo en la Venta de Aires era un "lujo" que le producía "emoción".

Jóvenes estudiantes se vuelcan en la actividad sobre el cineasta

La conferencia sobre la Orden de Toledo a cargo de Amparo Martínez y la presentación del Centro Buñuel de Calanda y de su festival en el CiBRA despertaron ayer un gran interés entre el público en general, pero en particular entre los jóvenes que asistieron a la actividad.

Los organizadores del CiBRA destacaron en este sentido el interés que había tenido la conferencia de Martínez al contar con una buena participación, sobre todo de jóvenes estudiantes interesados en el mundo del cine.

La Orden de Toledo, tal como se puso de manifiesto durante el acto, fue un "canto a la amistad" de una generación que se toparía años después con la guerra civil y el exilio. A esta peculiar orden, que solía comer en la tasca de la Venta de Aires, pertenecieron, entre otros, Federico García Lorca, Sánchez Ventura, Pedro Garfias, Rafael Alberti, Pierre Unik o Georges Sadoul, entre otros.