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Casi la mitad de los pueblos de Teruel no tienen escuela Casi la mitad de los pueblos de Teruel no tienen escuela
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Casi la mitad de los pueblos de Teruel no tienen escuela

Observar el mapa educativo de la provincia de Teruel asusta. Casi la mitad de los pueblos (46,6%) no tienen escuela, lo que significa que cuentan con menos de 5 niños en el censo y no hay previsión de que lleguen más a corto plazo. Pero es que en el 18% de los 136 que sí tienen colegio (un total de 21) hay menos de seis alumnos y más del 42% no llegan a los 25 pequeños escolarizados, unas cifras que son premonitorias de un futuro desolador.  Los datos corresponden a las matriculaciones del curso 2016-2017 y han sido facilitados por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. Durante el curso que en unos días concluirá, un total de 21 aulas de la provincia de Teruel se han mantenido con menos de seis alumnos, pero algunas de ellas, como Alba, Formiche Alto o Valdelinares, están pendientes de un hilo para el próximo periodo. [su_document url="http://diariodeteruel.es//wp-content/uploads/2017/06/INFOGRAFIA-EDUCACION-TERUEL.pdf"] Esto es la tónica general año a año desde que comenzó la crisis, según confirma José Ramón Morro, que lleva casi tres décadas como inspector de Educación en la provincia de Teruel. “Cada año cerramos un par de escuelas o tres”, lamenta precisando que de las tres que bajaron la persiana el pasado curso dos, Villar del Cobo y Terriente, eran de la Sierra de Albarracín. La tercera fue la de Cañada de Verich, en la comarca del Bajo Aragón. Mucha de la población que mantiene las escuelas rurales abiertas es inmigrante por lo que su estabilidad es, casi siempre, menor. A lo largo de este curso la partida de las familias que nutrían el colegio de Bello lo dejó con cero alumnos, mientras que el traslado de otro núcleo familiar en Formiche Alto supuso que en el aula, que sigue abierta hasta final de curso, se quedara con un único niño, según especificó José Ramón Morro. El inspector lleva en Educación desde el año 88 por lo que conoce perfectamente la evolución de las escuelas en el medio rural. Indica que en la década de los 80 comenzó un importante declive que supuso el cierre de numerosas aulas en las que ya nunca más se ha oído la tabla de multiplicar. Sin embargo, la llegada de inmigrantes en el año 98-99 provocó un repunte en la población y, con ella, en las aulas. El espejismo duró solo una década, hasta que llegó la crisis con la que “se ha vuelto a la tónica de los cierres”,valiente Morro. De todos los colegios que hay en la provincia de Teruel solo 14 (algo más de un 5%) supera el centenar de alumnos. Se trata de los existentes en Teruel y Alcañiz y también en las poblaciones de Mora de Rubielos, Sarrión, Cella, Monreal del Campo, Calamocha, Utrillas, Albalate del Arzobispo, Híjar, Andorra, Alcorisa, Calanda y Valderrobres. Morro comenta que la ratio mínima siempre ha estado establecida en cinco niños, salvo durante la pasada legislatura, que se subió a seis, “pero en la práctica se ha funcionado con cuatro e incluso con tres niños en las situaciones en las que previsiblemente iban a entrar más alumnos a corto plazo”, dice. A juicio de José Ramón Morro, las escuelas unitarias tienen elementos positivos de relación entre niños de diferentes edades, pero desaparecen otras relaciones de aprendizaje entre coetáneos. En su opinión, que haya tres o cuatro alumnos en un aula “no es lo mejor desde el punto de vista educativo”. Aunque a nivel poblacional la situación de la provincia es dramática, el estado de conservación en el que se encuentran las escuelas rurales es muy bueno. En ello ha jugado un papel fundamental el acuerdo que cada año suscribe Diputación de Teruel con el Gobierno de Aragón y que supone una inversión de 400.000 euros para la mejora de los colegios turolenses. “Va dirigido a las escuelas pequeñas de los pueblos y, como lleva tantos años, porque ya funcionaba con el Ministerio de Educación antes de hacer las transferencias al Gobierno de Aragón, está todo muy acondicionado”, matiza el inspector. Transporte escolar Los pocos niños que viven en los pueblos donde no hay escuela se trasladan a diario hasta la más cercana. El sistema de rutas escolares es variado, según indican desde el Servicio Provincial de Educación, puesto que se ajusta a las necesidades de cada localidad y cada familia. Así, hay lugares en los que un autobús o microbús hace un recorrido por varios pueblos. En otros es suficiente la contratación de un taxi y también hay algunos en los que no existe posibilidad de contratar este servicio porque no lo hay. En esos casos son las familias las que se ocupan del traslado y Educación contribuye al gasto que ello supone. Dos puntos por año para incentivar El Departamento de Educación llegó en abril a un acuerdo con las organizaciones sindicales para establecer un catálogo de puestos de especial dificultad y reconocer a los docentes que los ocupan con dos puntos por cada año en el baremo de méritos del concurso de traslado. En ese catálogo están contemplados los pueblos de colegios de educación y primaria  CEIP de 2 y 3 unidades que se encuentren a más de 45 kilómetros de una población de 5.000 habitantes; escuelas unitarias; centros o secciones de centros de CRA y CEIP aislados y con difícil acceso; CEIP de 2 y 3 unidades que tengan al menos 5 niveles diferentes; CRA en los que todas las localidades que lo componen tengan de 1 a 3 unidades y al menos 4 niveles.  La medida se ha negociado durante un año y recoge medio millar de puestos, lo que supone, según el Gobierno de Aragón, multiplicar por más de diez los existentes.  La iniciativa repercute sobre todo en el medio rural. http://diariodeteruel.es/2017/06/12/los-maestros-rurales-referente-los-ninos-se-sale-del-aula-calar-la-vida-2/ http://diariodeteruel.es/2017/06/12/pitarque-la-escuela-ideal/