

Daniel Elena, escultor: “El modelado con barro es la parte más creativa, divertida y artística de la escultura”
Daniel Elena es el artista que ha realizado la escultura de El Tamborilero que puede verse en la plaza Mendizábal de Alcañiz. La obra, de 2,4 metros de alto y cuyo peso ronda la tonelada, está hecha en ferrocemento.
-¿En qué se inspiró para realizar a su tamborilero?
-El monumento tenía que captar el sentimiento de solemnidad con el que se vive la Semana Santa en Alcañiz, y tras valorar algunas otras posibilidades, me decidí por la que creo que es la opción más fácilmente reconocible y por tanto más potente: representar a un tamborilero alcañizano con su indumentaria y su postura -erguido- característica.
-¿Qué mensaje intenta trasladar con este trabajo?
-Esta figura pretende reflejar el respeto, el orgullo y la emoción que los alcañizanos sienten al participar de la tradición de los tambores y de la Semana Santa. Me gustaría que la figura del tamborilero se integrase en estas tradiciones y pasase a formar parte de una manifestación de tanta importancia para Alcañiz, que constituye sin duda una de sus principales señas de identidad.
-¿Le ha puesto nombre?
-Se me da fatal poner nombre a mis piezas y no suelo hacerlo. En este caso y como se trata de algo tan evidente, me gusta referirme a la escultura como "Tamborilero alcañizano".
-¿Compara esta obra con el Monumento al Tambor de La Estanca de José Gonzalvo?
-José Gonzalvo es un artista al que admiro. Tener que hacer otra figura en Alcañiz con la misma temática me resultaba muy comprometido. Primero pensé en hacer algo muy diferente, pero después de darle unas cuantas vueltas pensé que si el anterior monumento me gustaba tanto, hacer algo muy diferente sería una especie de traición hacia mis propios gustos. Se parece al Monumento al Tambor y me siento orgulloso de ello.
-¿Qué le han dicho del resultado?
-He recibido muchísimas felicitaciones. La gente de Alcañiz está muy contenta y eso hace que me sienta muy satisfecho. Supongo que el hecho de representar algo tan querido por los alcañizanos habrá contribuido a la buena aceptación que la pieza está teniendo.
-¿Había trabajado antes con ese material? ¿Qué posibilidades tiene, ventajas e inconvenientes a la hora de moldear?
-Conocía la técnica de la escultura en ferrocemento desde hace tiempo, pero nunca había realizado ninguna pieza relevante con este material. Cuando se me propuso el encargo, pensé que el material podría ser adecuado, aunque antes de decidirme realicé algunos bocetos a escala para comprobar sus propiedades. Es un material muy interesante, porque se puede modelar directamente sobre una estructura de acero, como si se tratase de arcilla.
-¿Y con qué materiales de los que trabaja se siente más cómodo?
-Cada material tiene sus propiedades y resulta más o menos apropiado en función del tipo de pieza que se quiere hacer. Me gusta mucho la piedra en general, la arenisca de Alcañiz, el alabastro... La madera, por ser un material tan orgánico, tiene unas propiedades sensoriales excelentes... Pero realmente el material que para mí es más importante es el barro; con barro hago los modelos y esa es la parte más creativa y divertida, la parte más artística de la escultura. Pasar el modelo a un material definitivo es un proceso muy importante del que depende en gran medida el éxito del resultado final, pero es un proceso técnico, que a menudo resulta lento, duro y tedioso y que requiere sobre todo de mucha paciencia.
-Hay artistas que aseguran que cuando terminan una obra nunca se sienten plenamente satisfechos con el trabajo final. ¿A usted le ocurre?
-Si. Un artista, si es honesto y quiere crecer, debe ser siempre crítico, especialmente con su propia obra.
- Usted es profesor en el Instituto de Alcañiz. ¿La docencia para el tiempo de trabajo y escultura en el de ocio?
-Así es. Con sus ventajas y sus inconvenientes. No siempre puedo dedicar a la escultura todo el tiempo que querría, pero a cambio, el no depender económicamente del éxito comercial de mis piezas me permite crear y experimentar con mucha libertad.
-¿Dedicarse al mundo de las artes es una carrera de fondo?
-Supongo que sí. No sé exactamente cual es la razón por la que uno se dedica a ésto, pero en mi caso es algo que siempre ha estado ahí. A veces la vida te lleva a centrarte en otros problemas de carácter más práctico o más urgentes, pero el caso es que los proyectos siempre andan por la cabeza, esperando el momento apropiado para materializarse.
-¿Es complicado en España abrirse camino en el campo de la escultura y dedicarse profesionalmente?
-Hasta ahora me he dedicado profesionalmente a la escultura de forma esporádica y no conozco muy bien ese mundo. Desde fuera me da la impresión de que es complicado y un tanto extraño. A menudo el éxito de un artista no depende mucho del valor de su obra, sino más bien de factores externos, como la crítica, los contactos o los propios intereses especulativos del mercado.
-¿Y la principal barrera?
-La principal dificultad estriba en que realizar una buena escultura, una auténtica obra de arte, no es nada fácil. Tal vez sea un poco ingenuo pero pienso que cuando alguien es capaz de hacer algo especial, el éxito viene sólo.