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El Archivo de Alcañiz enseña la fértil y efímera producción periodística del Bajo Aragón El Archivo de Alcañiz enseña la fértil y efímera producción periodística del Bajo Aragón
El bibliotecario, Ignacio Micolau, y la archivera, Teresa Thomson, en la zona del Archivo donde se celebra la exposición

El Archivo de Alcañiz enseña la fértil y efímera producción periodística del Bajo Aragón

Alcañiz ha dedicado el Día internacional de los Archivos a la prensa bajoaragonesa y lo ha hecho con una exposición con la que ha recuperado ejemplares de alguna de las 53 publicaciones que vieron la luz en el Bajo Aragón durante los últimos 150 años.

La localización del ejemplar número uno del primer periódico publicado y editado en Alcañiz en 1867 fue lo que llevó a la Biblioteca ha homenajear la tradición periodística de la gran comarca bajoaragonesa. Aquel rotativo, que tuvo una vida efímera de año y medio (se editó entre 1867 y mediados de 1868) se llamó El Bajo Aragón y fue localizado en la hemeroteca municipal de Madrid (el Diario Noticioso y Erudito de Mariano Nipho fue el primer periódico diario editado en España -en 1758-, pero en Madrid, no en el Bajo Aragón) .

El periódico El Bajo Aragón, que ahora ya puede consultarse en formato digital en el Archivo de Alcañiz, fue una publicación semanal que decía de sí misma lo que otros rotativos terminaron copiando durante toda la etapa de la Restauración: que era un periódico “destinado al fomento de los intereses morales y materiales del país”.

La exposición muestra lo prolífica que fue la creación periodística en la Tierra Baja, aunque la mayoría de las publicaciones tuvieron una trayectoria breve, de apenas unos años o unos meses, y sólo algunas llegaron a permanecer varias décadas en impresión.

Del siglo XIX?han quedado cabeceras como La Alianza, la Voz del Bajo Aragón o El Fomento. Hubo otras que se editaron en Calaceite como El Confín Aragonés y algunas de carácter más cultural como La Silueta de Alcañiz, dirigido por el médico Epifanio García Ibáñez. También se puede consultar en la exposición el número extraordinario editado en 1895 con el que se conmemoró la llegada del ferrocarril a Alcañiz. El acontecimiento histórico lo merecía.

Conforme pasa el tiempo, avanza el siglo XIX, se acerca el cambio de siglo, tiene lugar la Primera República y después la Restauración monárquica, las cabeceras se multiplican. “Muchas se vinculan políticamente”,  comentó Ignacio Micolau, archivero bibliotecario municipal. La Nueva semana liberal o La Tribuna se identifican con el Partido Liberal, mientras otros como El Pueblo son claramente republicanos.

Por la misma época aparecen noticieros mucho más radicales.  Rebeldía, cuyo lema es “todo por el bien, por la verdad y por la Justicia” es un periódico, según Micolau, “realizado por gente muy joven y claramente anticlerical” que en sus artículos critica abiertamente la enseñanza de los Escolapios. Duró poco, de junio a septiembre de 2016, casi tan poco como Renovación, de talante carlista.

[caption id="attachment_83471" align="aligncenter" width="660"]Número 1 del primer periódico editado en Alcañiz Número 1 del primer periódico editado en Alcañiz[/caption]

Una de las publicaciones más longevas fue Tierra Baja, fundada por Manuel Foz Bernaldo de Quirós. Éste fue un periódico conservador y que venía a ser la voz “del poder establecido”, según el bibliotecario. Es la publicación que más tiempo duró, desde 1905, cuando sale el primer número, a 1928.

Con la llegada de la Segunda República surgen nuevas cabeceras: Amanecer, Democracia, Izquierda, El Regional y Cultura y Acción. Esta última, vinculada a la Federación Anarquista Ibérica (FAI) está también disponible para su consulta en formato digital, después de que la Biblioteca localizara buena parte de los ejemplares originales en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca.

Con la Dictadura franquista todo cambia. La falta de libertad de expresión se nota en la disminución drástica del número de publicaciones, que quedan reducidas a meros suplementos que aparecen en Amanecer, un periódico editado en Zaragoza, y a Tierra baja, del diario Lucha, editado en Teruel.

En época democrática y a iniciativa de un joven que apenas llegaría a los 20 años, José Ignacio Barrios, nace Alcañiz, un boletín de periodicidad mensual que ve la luz en 1978 y se editará durante 1979. En uno de los ejemplares expuestos en el Archivo se observan las dificultades para editar con libertad a pesar de que la Constitución ya había sido aprobada. En uno de los editoriales, se informa de las amenazas de cierre que había recibido la publicación por parte de un “delegado de prensa” del Gobierno. Firma Redacción.

La última parte de la exposición recoge las cabeceras locales que aparecen vinculadas en algunos casos a los ayuntamientos. El Masino, en Mas de las Matas, El Cierzo, en Andorra, Balcei, en Alcorisa, Kolenda, en Calanda o Valdoria, en Albalate del Arzobispo, son algunas de ellas. Otras no. La Gaceta del Matarraña, editada por la Asociación cultural de Valderrobres e impulsada por Carmelo Gómez, o Sorolla’t, también restringida al Matarraña y escrita en catalán, son publicaciones que se editan con el esfuerzo y compromiso individual de muchas personas. Sorolla’t, con una función claramente reivindicativa de la lengua propia, será el precedente de Temps de Franja, que nacería años después y que continúa publicandose, aunque no restringida a la comarca matarrañense sino con un ámbito de todas las comarcas catalanoparlantes de Aragón.

A finales de los 80 aparecen nuevas cabeceras. En 1987 sale el primer número de La Comarca, que habla de la remodelación del hospital de Alcañiz. Años después surgen La prensa de la Tierra Baja; La Hora del Bajo Aragón, Matarranya, editada también en esta comarca, y ya más recientemente Compromiso y Cultura, una revista mensual vinculada a movimientos de izquierda en Alcañiz.

“La gran cantidad de publicaciones periódicas que han surgido en el Bajo Aragón en los últimos 150 años tendría su explicación en la peculiaridad comarcal de esta tierra, que está muy bien definida territorialmente”, consideró el Archivero bibliotecario de Alcañiz, quien también enfatizó en el nacimiento de publicaciones escritas en catalán en la Comarca del Matarraña, un territorio que “se ha definido cada vez de manera más fuerte”.

Cabe señalar que la aparición de nuevos periódicos durante el último tercio del siglo XIX también sorprendió a los bajoaragoneses de la época. En El Confín Aragonés, editado en 1884 se leía lo siguiente: “Si el número de periódicos fuese el verdadero barómetro de la cultura de un país, los bajoaragoneses podríamos tenernos por felices, porque iríamos de seguro a la cabeza del mundo civilizado”. Según ese artículo, en el mes de octubre de ese mismo año habían nacido El Independiente, periódico demócrata bisemanal de Alcañiz; La Opinión del País, en Caspe, y El Trabajador, semanario republicano. “El oficio promete”, concluía el redactor del artículo de El Confín, donde publicó sus primeros artículos Santiago Vidiella, que terminaría dirigiendo el Boletín de Historia y Geografía del Bajo Aragón, editado en Zaragoza y Tortosa entre 1907 y 1909.

Según Micolau, la exposición de Alcañiz, que estará abierta hasta el 30 de junio, es una muestra de lo que hubo. A pesar de recoger 53 publicaciones distintas, de otras no hay ejemplares.?En la comarca del Matarraña, por ejemplo, hubo un periódico literario llamado El Matarraña, editado entre 1867 y 1868; otro de 1869 titulado La Algarabía; una publicación denominada El Tricornio editada en Calaceite en 1883 y El Eco del Matarraña, que se publicó en Valderrobres en 1892.