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El Dance de San Miguel de Mora, 65 años  de espera que han merecido la pena El Dance de San Miguel de Mora, 65 años  de espera que han merecido la pena
Mora dance

El Dance de San Miguel de Mora, 65 años de espera que han merecido la pena

Del dance de San Miguel de Mora de Rubielos apenas quedaba nada. Un par de fotos en blanco y negro y un sombrero rojo con borlas ocres que en otro tiempo tal vez fueron blancas, abrazando el polvo en una vitrina del museo etnográfico del castillo. Apenas un par de ancianos se acordaban de tararear  unas mudanzas que oyeron por última vez hace 65 años. Eso y la ilusión de todo un pueblo fueron suficientes para que el pasada sábado se volviera a bailar en la plaza Fuenlozana. Las encargadas fueron ocho niñas acompañadas por la música de la rondalla de Mora. Se trata de unos bailes que seguramente son muy parecidos a los que se hacían antes de la guerra, pero con seguridad no se sabe puesto que apenas queda media docena de ancianos que lo recuerdan. Los vecinos se implicaron al máximo con un dance que, aunque es viejo, resulta inédito para casi toda la población. Las ocho niñas que se han ocupado de los bailes estaban encantadas de poder colaborar así con su pueblo. Además, todos los vecinos se volcaron con ellas y las trataron como si fueran estrellas de la gran pantalla, haciéndose fotos tras el acto. Las grandes protagonistas fueron Sara Martín, Estela Agustín, Elena Redón, Ilse Marín, Marta Igual, Sonia Mateos, Inés Biel, Eva Piñero y Alba Biel. Miguel Clemente, concejal del Ayuntamiento de Mora, fue el que tuvo la idea de que se volviera a bailar y el que tiró del carro para lograrlo con el fin de que el dance de San Miguel fuera algo más que un viejo recuerdo que pronto no hubiera sido ni eso. “Mi abuelo lo vio una vez” Aunque la última vez que se hizo el dance fue en 1952, en ese año ya se hizo una recuperación puesto que no se llevaba a cabo desde antes de la guerra civil.  “A mis abuelos les oía decir que lo habían visto una vez, que supongo que sería la del año 52. Mis bisabuelos sí hablaban de los moros y cristianos, y es que la leyenda que motiva la fiesta es la conquista de Mora. Este episodio también se recrea en Alcalá”, argumentó Miguel Clemente. El concejal de cultura explicó que cuando entraron en el ayuntamiento de Mora llevaron a cabo una reunión con los miembros de las asociaciones culturales locales con el fin de recuperar la festividad de San Miguel: “Es una fiesta muy nuestra y estaba muy olvidada”, comentó el edil. El año pasado se hicieron varias actividades y se habló de recuperar el dance. El sábado por la tarde todos los vecinos de Mora pudieron ver los frutos de ese trabajo a través de dos mudanzas, la del palo y la de los arcos o guirnaldas. De momento se han recuperado dos mudanzas y también los dichos, que fueron interpretados por Fernando Cortel, miembro de la rondalla y una de las personas que han investigado sobre el antiguo dance e implicado en su recuperación. “Cogí algunos de los que se dijeron en el año 1952, otros los actualicé y también algunos los inventé”, comentó Cortel. En el año 52 estaba muy reciente la guerra y los dichos no gustaron a algunos vecinos, pero el sábado el jotero recibió el caluroso aplauso de sus vecinos. Cortel fue también el encargado de recuperar las músicas y lo hizo a partir de dos vídeos en los que Antonia Edo y Joaquín Escriche tarareaban algunas de las mudanzas. “Teníamos un fragmento de ritmo ternario que nos enseñó Joaquín y lo pegamos a la melodía del dance de Alcalá y el Castellar, ha quedado una melodía nueva, muy chula”, matizó el responsable de poner notas a lo que hasta el sábado era solo un difuso recuerdo. Los artífices del Dance de San Miguel de Mora invitaron a Fermín Santafé y a José Edo, ambos de Alcalá de la Selva, a sujetar el palo durante el baile “ como un símbolo de hermandad y de respeto a su dance”, comentó Cortel, quien añadió que es una forma de “hacerlos partícipes, testigos, jueces y embajadores” de una tradición antigua de Mora que ahora renace. El profesor de jota, Joaquín Biel, fue el encargado de la coreografía. Además de enseñar a siete niñas de la localidad, mostró el dance a sus dos hijas, aunque solo una de ellas pudo salir al escenario porque el número de danzantes era de ocho. Las dos mudanzas que se presentaron el sábado son muy semejantes a las que se hacen en Alcalá, pero Biel anunció que para el año que viene trabajarán en otros repertorios a partir de los movimientos que les han contado los mayores del pueblo. “Son pequeñas partes de la coreografía, pero hay que acabarla, reconstruir lo que falta, al igual que ha ocurrido con la música”, dijo el profesor. Joaquín Biel destacó el interés de sus alumnas y el secretismo con el que han llevado los ensayos. “Ni sus padres han sabido nada hasta que no lo hemos estrenado”, matizó. Ahora están digiriendo el éxito logrado en la plaza de la Fuenlozana de Mora con un baile que han sacado del olvido, pero pronto comenzarán a trabajar para ir sumando mudanzas en un dance que, en sus orígenes, debió tener más de una docena. De todas formas, Cortel aseguró que no todas estarán inspiradas en las antiguas porque, según explicó, “Lucía Pérez, que ha investigado los dances, me dice que son algo vivo, que evoluciona y me anima a incluir también aspectos actuales”.