El proyecto para la construcción de la tirolina más grande de Europa, en Fuentespalda, no necesitará evaluación de impacto ambiental ordinaria. El proyecto ha seguido un procedimiento simplificado, después de que el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) haya tenido en cuenta las “escasas afecciones” del proyecto sobre la avifauna del entorno y por la escasa magnitud de los impactos generados, el bajo incremento de sus riesgos potenciales y la compatibilidad del proyecto con el medio afectado.
El Inaga trasladó en julio una resolución al Ayuntamiento -promotor- con una serie de medidas preventivas y correctoras que deberá incorporar para la puesta en marcha del proyecto.
Entre otras cosas, insta a la utilización de senderos y caminos ya existentes para conectar con las zonas de acceso. También a minimizar los impactos sobre la vegetación natural de la zona, prohibe los movimientos de tierras y la nivelación de terrenos salvo aquellos que sean “estrictamente necesarios". Asimismo, durante la vida útil de la instalación, el Ayuntamiento tendrá que mantener “en perfecto estado” las balizas salvapájaros, que además tendrán que ser renovadas cuando pierdan propiedades y puedan resultar un riesgo para la avifauna.
(Más información en la edición en papel del 2 de agosto de 2017)
