En torno a 150 personas perpetúan la tradición de La Candelaria en Teruel
Un año más numerosos turolenses cumplieron con la tradición y acudieron a la popular fiesta de la Presentación de Jesús en el templo, la Candelaria, que presidió ayer el obispo de la diócesis de Teruel y Albarracín, Carlos Escribano. En el día que parte en dos el invierno entre 150 y 200 personas se dieron cita en la iglesia de las Clarisas, donde niños de todas las edades recibieron la tradicional bendición del obispo.
Durante su homilía, Carlos Escribano agradeció a las familias por transmitir los valores y la fe cristiana a sus vástagos, e invitó a acoger la luz de los pequeños cirios que simbolizan a Jesús.
Escribano presidió la celebración, que organiza todos los años la organización Acción Católica, y se encargó de marcar el inicio del encendido de las candelas con la luz del cirio pascual. Cuando todo el mundo tuvo su cirio encendido, Escribano enarboló su hisopo con el que roció a todos los presentes.
Fue el turno entonces de los niños que forman el coro del colegio diocesano de Las Viñas, cuyas voces ya habían abierto el acto por cuarto año consecutivo. Nuevamente cantaron canciones sobre María, ante la atenta mirada de sus padres, en un acto que simboliza la presentación a María de los propios niños a los bebés nacidos en 2015. La música del coro dio paso al acto que cierra la celebración y que más interés despierta entre quienes asisten a ella.
De pie frente a las bancadas, el obispo de Teruel y Albarracín repartió la bendición entre todos los niños presentes, de todas las edades, realizando la señal de la cruz en sus frentes, al mismo tiempo que se iba repartiendo un pequeño libro de oraciones entre los padres.
Con anterioridad a este acto, que duró aproximadamente media hora, también había tenido lugar una celebración más humilde en el colegio Las Viñas, donde llevan más de 25 años celebrando La Candelaria en medio de una gran tradición y arraigo.
Padres, abuelos y profesores del centro educativo recordaron el origen de esta fiesta y recibieron una candela, un símbolo que se relaciona con la luz de Jesús. Además de bendecir a los asistentes, también se bendijeron unos dulces para los más pequeños.
Acción Católica es la encargada de celebrar cada 2 de febrero esta fiesta, con tradición en Teruel y en muchos otros lugares de España. Conocida con varios nombres, como Presentación del Señor, Purificación de María, fiesta de la Luz o fiesta de las Candelas, en todas sus manifestaciones se representar el acto por el cual Jesús viene a iluminar a todos.
Donde más arraigo tiene es en Tenerife, donde se relaciona con una aparición mariana a finales del siglo XV, aunque también cuenta con mucha tradición en Andalucía o Extremadura, o en países de habla hispana como México, Perú, Chile, Cuba o El Salvador.
Para predecir el tiempo
Pero además en la tradición popular el 2 de febrero también es un día clave, que también guarda relación con la luz. Y es que en esta fecha quedan aproximadamente los mismos días de invierno de los que ya se llevan consumidos. El día comienza a alargar y empieza a ser tiempo de pensar en la siembra, para lo cual los agricultores guardaban en sus casas los cirios que habían usado en la festividad de La Candelaria para atraer los buenos augurios.
Además la tradición popular dice que el tiempo que haga el 2 de febrero permite prever lo que predominará durante el resto del invierno. Según esta tradición, que tiene el equivalente del Día de la Marmota en EE UU, las próximas semanas hará un tiempo benigno si el Día de la Candelaría es frío y cubierto. Así lo recogen refranes como "más vale ver al lobo entre las ovejas que el sol el día de Candelas".
Teniendo en cuenta que ayer el día fue completamente despejado en la capital turolense, que solo se registraron temperaturas por debajo de cero entre las 5 y las 9.30 horas y que a las 16.00 horas se alcanzaron los 17º, si hacemos caso a la tradición oral, el auténtico invierno turolense está todavía por llegar.
Autor:Miguel Ángel Artigas Gracia Teruel