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Expertos en paisaje dan la mano al turista en una guía sobre la Sierra de Albarracín

Imagen del acto de presentación de la guía sobre la Sierra de Albarracín en la ermita de San Juan

La Sierra de Albarracín es un libro de geografía que permite conocer en muy pocos kilómetros de distancia formaciones que cada año sirven de manual para geógrafos y geólogos de diversos lugares.

La Sierra de Albarracín es un libro de geografía que permite conocer en muy pocos kilómetros de distancia formaciones que cada año sirven de manual para geógrafos y geólogos de diversos lugares. Ahora hay una publicación, la Guía del paisaje de la Sierra de Albarracín, en la que varios expertos dan la mano a turistas y lugareños para descubrir todos y cada uno de los espacios con mayor interés de todo el territorio.

La publicación, realizada por la Fundación Santa María de Albarracín, fue presentada ayer por la tarde por José Luis Peña Monné, autor de la obra junto con Luis Alberto Longares y Marta Espinalt. El experto, que es catedrático emérito de Geografía Física de la Universidad de Zaragoza-Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de Aragón (Iuca), aprovechó su intervención para explicar la distribución de la guía. Así, señaló que han dividido la sierra en cinco grandes unidades y explicó las características de cada una centrándose en los espacios que tienen mayor transcendencia.

A su juicio hay quince puntos que serían fundamentales para captar la esencia de la zona porque "resumirían los paisajes más característicos". Peña dejó claro durante su intervención que la Sierra de Albarracín posibilita la realización de recorridos relativamente cortos en los que "se puede ver una gran variedad de paisajes que no encuentras en otro lugar". Ese es precisamente "el gran poder" que tiene, a juicio del experto, esta zona.

A la presentación asistieron también el presidente de la Comarca Sierra de Albarracín, Pascual Giménez; el alcalde de la ciudad, Francisco Martí, y el gerente de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez.

Ambientes fríos

En el libro se resaltan especialmente determinados espacios en los que la geología, la geomorfología y el medio biótico se alían para crear ambientes de alto valor paisajístico. Algunos de ellos, como las laderas y ríos de bloques del macizo del Tremedal son considerados como geoformas de ambientes fríos de alto interés internacional por sus dimensiones y significado paleoambiental.

Otros, como los campos de dolinas de Villar del Cobo-Griegos y de los Llanos de Pozondón están entre las formas kársticas más espectaculares de la Cordillera Ibérica. Menos conocidos son las navas o poljes, grandes depresiones alargadas siguiendo las líneas marcadas por la estructura geológica, que ocupan gran extensión en el interior de varias de las unidades serranas. Son los poljes de Orihuela del Tremedal, de Rodenas, de Moscardón, de Villar del Cobo, Frías de Albarracín, Guadalaviar, entre otros, cuyos fondos arcillosos permiten amplias zonas de cultivo en medio de las sierras calizas.

Un capítulo exclusivo se dedica a los paisajes que generan las areniscas del rodeno. Estas formaciones rojizas y los pinares que las acompañan contienen algunos de los paisajes más conocidos y visitados, al formar parte del Paisaje Protegido de los Pinares del Rodeno y albergar numerosas pinturas rupestres levantinas del conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Estos paisajes se organizan en el libro en tres conjuntos: Rodenos de Albarracín, Bezas y Rodenas-Peracense, cada uno de ellos con sus propias particularidades.

La importancia de los ríos

Además, la Sierra constituye uno de los nudos hidrográficos más importantes de la Península Ibérica, por lo que no es de extrañar que los paisajes fluviales tengan un papel destacado en la evolución de su relieve. Las grandes parameras calcáreas ven rota su horizontalidad por los profundos cañones excavados por los ríos principales, como el río Guadalaviar y su afluente el río de la Fuente del Berro o por el río Ebrón. Estos ríos generan gargantas o "estrechos" con trazado meandriforme, abiertos verticalmente en las formaciones calcáreas jurásicas, en los que se crean microambientes especiales, con tramos con agua abundante, frondosa vegetación, cascadas y formaciones de tobas calizas. Otros ríos, como el Alto Tajo o el Cabriel, tienen valles más amplios, en los que no faltan otros alicientes paisajísticos, como los nacimientos de ambos ríos o la cascada del Molino de San Pedro, por ejemplo.

La guía, que tiene un total de 96 páginas y está ilustrada con unas 150 fotografías, se ha puesto a la venta por un precio de 15 euros.

Autor:Redacción Teruel