“Hay padres que creen que tienen en casa al mismísimo Leo Messi”

No es un fenómeno nuevo en los campos de fútbol base, pero sí que en los últimos tiempos se está haciendo más patente en los medios de comunicación por las posibilidades que ofrecen los smart phones. La violencia en los campos de fútbol protagonizada por los padres de los jugadores se ha convertido en un fenómeno mediático para el bochorno de sus protagonistas. Bajo el título Los padres y el fútbol base. Cómo influye la conducta de los padres en sus hijos, cuatro personajes estrechamente relacionados con el deporte rey abordaron ayer esta situación en una mesa redonda moderada por el director de Diario de Teruel, Chema López, e incluida en la programación de la feria Juventud Activa, que se celebra en el palacio de Exposiciones de Teruel este fin de semana. La mesa redonda, organizada por la Escuela de Padres y Madres y CPC Ayuntamiento de Teruel, y patrocinada por este periódico, contó con la participación de Xavi Aguado, ex capitán del Real Zaragoza; Arturo Daudén, ex árbitro internacional, Alberto Lou, árbitro de 2ª División B; y Nacho Cardona, entrenador de fútbol base, y sirvió para poner encima de la mesa propuestas de solución para erradicar estas actitudes de las gradas de los terrenos de juego. Los cuatro ponentes coincidieron en la necesidad de que la propia Federación Española y los clubes se impliquen adoptando medidas contra estos alborotadores que, y en ésto también estuvieron de acuerdo, no son ni mucho menos el mejor ejemplo de los valores que debe promover la práctica deportiva. El niño no es Messi Los cuatro diagnósticos también estuvieron de acuerdo en que parte de la crispación que se vive en los partidos de los pequeños se produce por la presión con la que viven los padres su sueño de que su hijo futbolista llegue a ser una estrella en Primera División. “Hay padres que se creen que tienen en casa al mismísimo Leo Messi”, resumía el árbitro Alberto Lou, aunque esas espectativas frustradas fueron reconocidas por los cuatro ponentes como una de la fuentes de la violencia hacia los colegiados, los rivales y, en ocasiones hacia el propio entrenador o los compañeros del crío. En este sentido, el entrenador de fútbol base Nacho Cardona apostaba por recuperar la importancia de una de las palabras de esta ecuación: ‘ jugar’