

Los alumnos de la primera promoción del ciclo formativo de Grado Superior de Gestión de los Recursos Naturales y Paisajísticos del CPIFP San Blas (cursos académicos 1998-2000), rindieron un homenaje póstumo a su compañero Hugo Calavia Blanco el pasado 1 de abril, día de San Hugo.
Este antiguo alumno de este centro educativo turolense ejercía como Agente de Protección de la Naturaleza en la Rioja y aprovechando las vacaciones de Semana Santa, junto a un amigo, se marchó a Brasil y desgraciadamente el 15 de abril de 2015, los dos fueron asaltaron y en el forcejeo asesinaron a Hugo y su compañero quedó gravemente herido.
Por iniciativa de algunos compañeros de curso, decidieron juntarse todos los que pudieran hacer este homenaje en el centro junto con los profesores de ese curso, que consistió en plantar un árbol en el Jardín Botánico del instituto y colocar una placa con la siguiente leyenda: “La muerte no existe, la gente solo muere cuando lo olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo”.
Antes de la comida de hermandad en el centro, visitaron las instalaciones y en el salón de actos proyectaron una película y fotos de su trayectoria como compañero de estudios y de su profesión; después, dos compañeros leyeron un manifiesto recordando a su compañero fallecido.
“Después de 17 años nos hemos juntado en la escuela los compañeros de la primera promoción del ciclo formativo de grado superior para recordar a nuestro compañero Hugo, que el próximo 15 de abril hace dos años que lo asesinaron en Brasil y ya no está entre nosotros. La decisión de celebrar esta reunión aquí, en el CPIFP San Blas, es la consecuencia de lo que nos marcó a todos la convivencia de esos dos años y el lazo de unión de todos nosotros con nuestro compañero”, comenzó el texto.
En el comunicado también se recordaron esos años de formación y convivencia. “Cuando llegamos a San Blas, todos veníamos de distintos lugares y con grandes ilusiones y aunque éramos muy diferentes, conseguimos hacer un grupo bastante unido y comprometido… no sé si estáis conmigo, pero en nuestro recuerdo siempre tendremos a Hugo con su sonrisa de oreja a oreja, su simpatía y ganas de disfrutar día a día sin importarle si era lunes, llovía o teníamos un examen al día siguiente… siempre había tiempo para hacer un poco el payaso por la residencia y alrededores disfrutando del que denominábamos nuestro “Camping de San Blas” y siempre enseñándonos a disfrutar de cada momento”, indicaron durante el acto..
Durante el homenaje también recordaron que cuando terminaron su formación cada uno siguió su camino pero que Hugo Calavia, si pasaba por la ciudad donde estaba uno de sus antiguos compañeros siempre buscaba el momento para pasar a saludar y estar un rato con ellos.
También recordaron su afición por viajar. “Su curiosidad por conocer las culturas y gentes del mundo de las que decía que nos tenían que enseñar tanto, lo que le llevó a ser un gran viajero, conociendo un gran número de países por todo el mundo y haciendo amigos allá por donde pasaba, siempre hablando de su gran pasión poder realizar su trabajo en la naturaleza”, indicaron.
“Hoy hemos plantado un árbol en su memoria como símbolo de lo que nos ha unido este día que no es ni más ni menos el afecto que todos teníamos hacia él”, destacaron en el homenaje.