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"Hora punta" y el debate sobre lo que es una tele pública

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La naturaleza y el objetivo de las cadenas de televisión públicas siempre estará en entredicho. La teoría, enunciada por la UNESCO, dice que su “única razón de ser es el servicio público”. Deben tener información para todos y preocupación por el desarrollo cultural con productos de calidad que, al no estar sometidos a imperativos de rentabilidad, deberían innovar para abrir caminos en el desarrollo audiovisual. En la práctica pocas televisiones públicas españolas se toman en serio las recomendaciones. De vez en cuando, parte de la sociedad civil alza su voz para denunciar el uso equivocado de estas cadenas y se valen de algún ejemplo concreto. En esas está Hora Punta, el programa de Javier Cárdenas en La 1. Acaba de renovar y muchas voces creen que no lo merece. Dicen que no es innovador, ni responde a criterios de servicio y educación pública. Señalan sus contenidos cutres y chabacanos, su posible sectarismo e, incluso, aseguran que su horario contribuye a un retraso horario en la programación nocturna muy poco racional. Mientras, el presentador se pelea con otras estrellas televisivas y con grandes productoras. En cuanto a audiencia, lo justito. Y como factor de arrastre de telespectadores, nada efectivo. Entonces, ¿por qué? Aragón TV: cuando lo público tiene que ver con lo sentimental Cierto es que las cadenas públicas invierten en productos audiovisuales de interés social cuestionable. Se invoca al entretenimiento, como si la divulgación y la cultura estuvieran reñidas con ese concepto. Se imita en lugar de crear, apostando por lo obvio en lugar de buscar lo novedoso. Pero también es necesario tener en cuenta que, en ocasiones, el valor de la televisión pública no reside únicamente en el contenido de la programación. Es el caso de cadenas locales o autonómicas como Aragón TV. Quizá en su parrilla haya programas, películas o series concretas cuestionables por su utilidad pública pero, en su conjunto, destaca su importantísimo papel social. En este amplio territorio de población dispersa, la cadena autonómica se ha convertido en una referencia. Argamasa que une e identifica. Instrumento útil que sirve para potenciar una identidad común y adquirir conciencia sobre los destinos compartidos. Tenemos las noticias que antes no llegaban, los reportajes de las costumbres que nos definen o los testimonios de vecinos más cercanos. Además, en términos económicos, se potencia todo un sector que ocupa a miles de personas. Y, hay que decirlo, también encontramos programas de clara intención informativa y divulgativa, como los que sí debe tener una televisión pública. Lolita es, ahora, la estrella de moda Precisamente, la cadena pública aragonesa se apunta al nuevo fenómeno televisivo de moda en uno de sus últimos estrenos. Después de Jorge Javier Vázquez o Bertín Osborne, la nueva estrella post catódica es Lolita. Quién le iba a decir a la hija mayor de La Faraona que las televisiones se la iban a rifar para presentar programas. De jurado del exitazo Tu cara me suena, ha pasado a ser anfitriona del espacio de las autonómicas ¡No pierdas el compás!, y acaba de fichar con TVE para ser la cara visible de un nuevo espacio de entrevistas. Está que no para.