

Juan Jose Padilla en Teruel
Juan José Padilla: “El toro tiene que morir, es la rúbrica del espectáculo en la plaza; si no, muere la fiesta”
Juan José Padilla estuvo la pasada semana en Teruel en la presentación de la Feria del Ángel, que será un homenaje al fallecido Víctor Barrio y en el que compartirá cartel con Paco Ureña y Varea.
- Vuelve a Teruel en una feria especial, la primera tras la muere de Víctor Barrio. ¿Cómo ha cambiado la visión que tiene un torero de la plaza de Teruel tras ese hecho fatídico?
- No, lógicamente el recuerdo del fallecimiento y la entrega de un torero en la plaza queda patente, pero no nos puede quedar mal recuerdo, no podemos guardar rencor a esa situación. El toreo sigue, la vida sigue y tenemos que tener la capacidad de superar esos momentos. Lo que sí podemos hacer es tener un gran recuerdo en la memoria de la persona de Víctor Barrio y del torero que fue y el respeto por haber entregado la vida por amor a la profesión y a la fiesta. Pero no nos puede cautivar la muerte de un torero en una plaza y tenerle algún tipo de rencor, la afición no se lo merece y mucho menos la plaza, son circunstancias y el precio que se paga en esta profesión.
- Pero los toreros en general son un poco supersticiosos...
- Yo le estoy hablando por mí y a mí no me causa ninguna sensación desagradable, no me lo ha causado nunca en ningún tipo de percances que he tenido en otras plazas, y conocerá de lleno los que he vivido, y he toreado en plazas donde han fallecido matadores. Los toreros tenemos que tener capacidad de superar esas barreras, no te vestirías de torero pensando que ha muerto Montoliú en Sevilla o Paquirri en Pozoblanco, tienes que estar más allá de eso y pensar en el triunfo, no en la muerte.
- Usted también estuvo a punto de morir y en una plaza muy cercana, en Zaragoza, y sin embargo sigue toreando…
- Yo reaparecí consciente de que podría haber perdido la vida, gracias a los cirujanos y a la capacidad de la ciencia, lo avanzada que está, tuve la oportunidad de vestirme de torero otra vez. Yo pensaba que sería para una tarde y ya sumo más de 400 corridas de toros. Quiero agradecer a todo Aragón por su apoyo en ayudarme a seguir adelante, sobre todo al equipo médico del hospital Miguel Servet, las atenciones que tuve por parte del equipo de maxilofacial fueron fantásticas.
- ¿Vive ahora su gran momento’
- En Padilla ha habido un antes y un después. Antes del percance mataba en las corridas duras, encasillado en Miura, en ferias de gran relevancia, no tenía la oportunidad de expresar el toreo que sentía. A través de esta cornada en Zaragoza, no hay mal que por bien no venga, tengo la oportunidad de disfrutar la parte amable del toreo. Con esto no quiero decir que las corridas no tengan peligro, porque la tragedia puede llegar en cualquier momento y con cualquier tipo de toro, pero si es cierto que los toros que estoy toreando en estos momentos dan otra oportunidad y otro tipo de facilidades, no son los encastes duros.
- Echa de menos esos Miura, Victorino..
- Para nada y perdone que le conteste tan rápido. Ahora mismo desde el otro lado de la orilla estoy admirando mucho la capacidad que tienen compañeros como Fernando Robleño, Rafaelillo y esos toreros que matan corridas tan duras, para mí tienen un gran mérito. Yo las he matado durante 18 años y reconozco que hay que tener un corazón de acero y una gran capacidad mental. Dios me ha dado la oportunidad de mantenerme con otro tipo de corridas y sería difícil, sería duro, y creo que a lo mejor no sería capaz, de hecho no hubiese podido reaparecer en ese tipo de corridas, no hubiera tenido la mente preparada para ello.
- ¿Va a estar en San Isidro?
- Si Dios quiere, sí. De momento las conversaciones son buenas para ir a San isidro de nuevo, una feria que a todos los toreros les atrae, quizá por ser la plaza de más repercusión en cuanto a la exigencia. Es un feria de mucha responsabilidad pero muy requerida por los toreros y a mí me obliga a estar porque tengo una espinita clavada con Madrid en cuanto a ser la única plaza de primera de España que creo que me falta de salir a hombros. En todas las plazas de toros de primera de España y de toda Latinoamérica he salido a hombros, menos en Madrid. He podido actuar, cortar orejas, tener un buen contacto con la afición, pero no he conseguido salir a hombros, es una asignatura pendiente y quiero saldarla.
- Este será el año.
- Ojalá, Dios le escuche.
- ¿Cree que ya es hora de que el espectáculo se una en un solo estamento?
- Pienso que estamos haciéndolo. Se está notando la situación del ataque antitaurino y del ataque político. Hemos estado mucho tiempo cruzados de brazos o en silencio, creyendo que el lobo no llegaba y el lobo nos ha atacado. Nunca es tarde, pero sí es cierto que hemos estado mucho tiempo dormidos en ese aspecto. El año pasado hubo una convocatoria muy importante en Valencia, una manifestación con más de 40.000 personas en la calle, entre aficionados, peñas taurinas... y eso fue un golpetazo fuerte de cara a los medios y de cara a ese tipo de ataques que estamos sufriendo. Se están haciendo muchas cosas, hay muchos foros de juventud, creemos mucho en estas nuevas generaciones y creo que no va a quedar ahí, que los tiempos van a cambiar y que todo llegará por lo menos a normalizarse.
- La realidad es que cada vez hay más voces antitaurinas.
- Efectivamente, y animalistas, y yo no estoy en contra, tengo animales en casa y los cuido, pero es una profesión arraigada a través de los tiempos, una profesión que es patrimonio de nuestra cultura. Pienso que se están equivocando un poco en cuanto a la Fiesta y a nuestra cultura. El toro vive en el campo plenamente, estamos cansados de contar cómo es el cuidado del toro en el campo. No hay otro animal que esté mejor cuidado que el bovino bravo y es cierto que seguimos siendo atacados por los animalistas, los antitaurinos y también políticamente, y si no nos sentimos atacados, desgraciadamente tampoco nos sentimos respaldados y apoyados, necesitamos el apoyo del Gobierno.
- Qué se moje, hacia un lado o hacia otro pero que se moje, ¿no es así?
- Efectivamente, que se moje, pero nos han tapado e incluso van en contra. Es un pulso, estamos en un momento difícil, pero siempre con un punto de optimismo en la situación.
- Usted es una gran figura en Portugal, donde no se mata al toro, ¿podría ser esa una fórmula para contentar a todos?
- Si no muere el toro muere la profesión, muere la fiesta. El toro, perdóneme la expresión, tiene que morir, porque es la rúbrica del espectáculo en la plaza. En algunas ocasiones nos ha tocado que muera el torero, como en el caso de Víctor Barrio en Teruel, porque el toro sale a matar y dentro de esa defensa se hace un arte y se crea un espectáculo. El final de esa actuación tiene que ser la rúbrica de una estocada, como siempre ha existido en la historia del toreo. Incluso si nos retrotraemos en el tiempo, el espectáculo solo era la muerte del toro, prácticamente no había faena. Era una lidia sin composición, existía una lidia corta, muy corta y luego la muerte del toro, pero a través de los tiempos se ha ido evolucionando y perfeccionando el toreo hasta ahora, que se torea mejor que nunca. Creo que en España no funcionaría, la muerte del toro es fundamental para que el espectáculo siga vivo. Pero además, el toro se gana la vida en la plaza con el comportamiento, hay toros que tienen una capacidad de entrega, de bravura y de nobleza que hace que llame la atención al público, que se entrega y pide el indulto de un toro. Esa selección de bravura y esa línea de trabajo que llevan los ganaderos hace que el toro se gane cada día más la vuelta al campo.
- Para un torero una faena así es muy satisfactorio ¿no?
- Sí, es muy gratificante porque vives intensamente la sensación de la embestida profunda del toro, estás disfrutando de una faena que transmites al público y lo encandila. Cuando llega ese punto que piden el indulto al toro lógicamente te emocionas y sientes de verdad que ese toro debe de ir a la finca de nuevo a ser el rey de la dehesa.
- ¿Cómo ha evolucionado el espectáculo en los últimos años?
- Muy positivamente porque los ganaderos están haciendo una gran labor en la selección del toro bravo, estamos viviendo un momento sensacional de las ganaderías, con mucha exigencia en el caballo y el toro tiene mucha durabilidad, en ciertos encastes ha habido una notable mejoría, incluso en encastes nuevos. Aquí en Aragón hay una ganadería, Los Maños, que fue precisamente la corrida de Víctor Barrio, que está puntuando muy bien, encastes muy propios además como el de Santa Coloma. Pero hay otros encastes, como Domecq, que están mejorando muchísimo. En cuanto a los compañeros, hay una baraja de toreros con mucha variedad, los jóvenes están aportando mucho, que es importantísimo para la fiesta, como es el caso de López Simón, Roca Rey, Garrido, Giner Marín… Hay una baraja nueva que están apretando y haciendo apretar a los toreros veteranos, como el caso de El Juli, Perera o el mismo Ponce… son figuras que no se van a dejar mojar la oreja, como decimos los toreros, pero esta generación sí es atractiva para el aficionado.
- Creo que conoce el trabajo del ilustrador Juan Iranzo, que hizo el cartel de la corrida de la Beneficencia, ¿qué opina de la entrada de los toques de modernidad en la imagen de los toros?
- Me parece fenomenal porque estamos en el siglo XXI y todo lo que sea avanzar y evolucionar me parece genial, creo que tiene cabida en nuestra cultura. Hoy los toreros estamos evolucionando en muchísimos aspectos y todo lo que sea novedad y tendencia a evolucionar me parece fenomenal.
- Sí pero estamos hablando de una profesión un tanto clásica en muchos aspectos…
- En muchos aspectos sí, pero sin embargo en otros nos hemos modernizado mucho, fíjese usted cómo vengo a atenderle hoy, en zapatillas (risas)
- Reconozco que me ha llamado la atención que se haya presentado en chándal a hacer la entrevista…
- El torero antes se diferenciaba en la calle por vestir de manera diferente, pues hoy en día hemos modernizado mucho nuestro aspecto. En lo que es el ruedo se guarda esa tradición, pero en otros aspectos hemos cambiado mucho.
- ¿Sigue diseñando sus trajes de luces?
- Sí, con la ayuda de mi sastre diseño mis bordados, manteniendo siempre en esta nueva etapa, después del percance de Zaragoza, una nueva línea de seriedad en cuanto al bordado y a los remates, que todos son negros, como el corbatín y el fajín.
- ¿Por qué el negro, que es el color del luto?
- Porque desde que tengo el parche me parecía que iba a juego, cambio el color del vestido pero no de los remates, que suelen ser blancos pero yo después del percance siempre los pongo negros.