La mayoría de los proyectos de inversión presentados por promotores privados a la nueva Estrategia de Desarrollo Rural Leader en el Bajo Aragón y Matarraña lo son de empresas que ya están consolidadas. El balance tras el primer año de funcionamiento del nuevo programa de apoyo a iniciativas emprendedoras en el medio rural indica que son muy pocas las personas sin empleo que se deciden a poner en marcha de un proyecto propio para salir del paro.
Así lo ponen de manifiesto los datos que resumen el primer ejercicio del nuevo Leader ofrecidos por el Grupo de Acción Local (GAL) Bajo Aragón-Matarraña (antigua Omezyma). Su gerente, Joaquín Lorenzo, explicó que “la mayoría de los proyectos que se han presentado en las dos convocatorias del primer año de funcionamiento son de personas que ya están establecidas”.
En los primeros tramos del programa, Omezyma ha aprobado 44 expedientes que suman una inversión de 2.131.794 euros y una ayuda media del 33,21%.El empleo creado a través de estas 44 propuestas asciende a 20,52 nuevos empleos, siendo mayoritario el empleo masculino (12,08 hombres) frente al femenino (8,44 mujeres), mientras que el empleo consolidado de las empresas auxiliadas es muy superior y asciende a 110,22 personas. Según el género son también aquí mayoritarios los puestos de trabajo consolidados de hombres (75,39) frente al empleo consolidado de mujeres (34,83).
Estas cifras han sido extraídas del Informe intermedio realizado por Omezyma, un documento en el que la organización local valora los proyectos de inversión presentados y su financiación en cada uno de los dos tramos de la convocatoria (en enero del año pasado y en enero de 2017).
Asentar población
Según Lorenzo, en el cómputo global del último año se echan en falta iniciativas empresariales que vengan de personas que están en situación de desempleo. “La mayoría de los expedientes han sido presentados por empresas que ya están consolidadas”, explicó. En este sentido, Lorenzo abogó por “animar a las personas que están en el paro y que tienen la posibilidad de generar su propio empleo a que se lancen y tramiten una solicitud de ayudas, que pueden llegar al 40% de la inversión en función de la localidad donde se encuentren y a otros parámetros que se tienen en cuenta”. El objetivo de la Estrategia de Desarrollo Rural es “asentar población en el mundo rural”, de ahí que para Lorenzo sea tan “importante” que “también los jóvenes se animen a invertir”, dijo.
Es un tema que quedará sobre la mesa para su análisis. “La gente que tiene una actividad económica, invierte, les vaya bien o no; en cambio no sabemos si las personas en paro son más reticentes por miedo o porque les cuesta más decidirse”, reflexionó el responsable de la organización, que aprovechó para ofrecerse a aquellos que tengan dudas: “estamos aquí para solucionarlas y resolverlas en la medida de nuestras posibilidades”, anunció.
Otra de las cuestiones detectadas en el primer año de funcionamiento del nuevo programa es que los emprendedores se han animado a medida que ha avanzado el ejercicio. La presentación de proyectos refleja que de los 44 expedientes que han sido aprobados, 34 corresponden al segundo tramo de la convocatoria (enero de 2017), mientras que sólo 10 fueron presentados en enero del año pasado.
En cuanto a las iniciativas de cooperación entre entidades o particulares, continúan siendo muy minoritarias. Sólo ha habido dos proyectos de este tipo presentados y aprobados (los presentaron dos cooperativas y dos organizaciones cuya actividad se centra en el turismo y patrimonio). paradójicamente, son los que gozan del mayor porcentaje de subvención, que llega hasta el 80% de la inversión.
Un presupuesto de 696.000 euros para 2017
El Presupuesto de 2017 del GAL Omezyma asciende en subvenciones a 696.000 euros en 2017, a los que hay que añadir los gastos de funcionamiento. De la cantidad arriba señalada, 262.000 euros se reservarán para proyectos no productivos, mientras que el resto para proyectos productivos y de cooperación entre particulares, medida novedosa en esta Estrategia de Desarrollo Rural, pues se destina a empresas que cooperan entre sí para llevar a cabo un proyecto de investigación. El año pasado, Omezyma aprobó el expediente presentado por las cooperativas Matarraña y del Mezquín para investigar sobre la mejora en el mantenimiento de la aceituna de mesa, mientras que la Asociación de Turismo del Bajo Aragón y el Geoparque del Maestrazgo presentaron un proyecto sobre geoturismo.