Síguenos

La reja modernista de la Catedral luce con todo su esplendor tras su restauración

banner click 236 banner 236

 Antonio Jiménez, con dos de las restauradoras, junto a la reja

Cuando el maestro forjador Matías Abad hizo la reja modernista de la Catedral de Teruel, al parecer a partir de una anterior del interior del templo, para culminar la fachada neomudéjar del arquitecto Pablo Monguió no podría imaginarse que poco más de un siglo después volvería a lucir en todo su esplendor.

Cuando el maestro forjador Matías Abad hizo la reja modernista de la Catedral de Teruel, al parecer a partir de una anterior del interior del templo, para culminar la fachada neomudéjar del arquitecto Pablo Monguió no podría imaginarse que poco más de un siglo después volvería a lucir en todo su esplendor. Las manos de los restauradores de la Fundación Santa María de Albarracín han hecho posible que estos hierros rejuvenezcan y se asemejen a cómo eran en 1910.

Los trabajos de recuperación han finalizado esta semana después de dos meses. La intervención está incluida en la actuación global que se está llevando en las fachadas del principal templo de la ciudad con cargo al Fondo de Inversiones de Teruel, y que también finalizan esta semana.

La intervención en la reja está presupuestada en 28.117 euros y desde el pasado mes de julio están trabajando entre cuatro y cinco restauradores que se han empleado a conciencia para deshacer a la reja del peso del tiempo que tanto le han perjudicado.

Ayer el director gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, comprobó el estado en el que ha quedado la reja, junto con el arquitecto responsable de las obras de restauración del templo, que se están llevando a cabo desde el pasado mes de febrero, Joaquín Andrés, y dos de las restauradoras que han estado trabajando en ella.

"Se ha intervenido en uno de los elementos de forja más importantes de la capital turolense", apuntó ayer Jiménez que destacó el valor que tiene "si pensamos que es el elemento de entrada al monumento más importante de la ciudad".

El responsable de la Fundación Santa María de Albarracín quiso hacer dos apuntes históricos: "Primero, que se reaprovechó una reja del interior del templo, que Matías Abad la adaptó para ponerla aquí y segundo, que pudo haber una inspiración de alguna reja interior de matiz gótica".

De la estructura de esta reja destacó el paño principal que tiene dos cuerpos, el central casi del tamaño de la misma puerta y los dos laterales que amarran el principal hacia los muros. Con calles repartidas en varios tramos y la decoración vegetal que preside la reja en el remate.

Jiménez destacó la "labor minuciosa" que ha hecho el equipo de restauradores y recordó que han contado con el asesoramiento de al experta Soledad Díaz, del Instituto de Patrimonio Cultural de España, y una de las profesoras de los cursos de restauración que la Fundación realiza en Albarracín.

Entre los hallazgos de esta intervención están unos hierros más antiguos que el resto y que vienen a demostrar el reaprovechamiento de una reja anterior, del siglo XV, que se encontraban en el interior del templo hasta que Matías Abad los cogió como base para esta reja modernista.

La restauradora Eva Aleixandre explicó en qué han consistido los trabajos que han realizado durante los dos últimos meses. "Empezamos eliminando la pintura que estaba muy degradada, porque con el paso del tiempo se desconcha y pierde adherencia a la reja y es importante eliminarla para que quede limpia". Durante este proceso, "vimos que había sido tratada en otras fases, en las que también se había hecho decapaciones pero quedaban restos de otras pinturas y del pavonado original".

Se procedió después a colocar tres tipos de innividores diferentes cada uno en sus características para que protejan más y luego "pusimos dos capas de barnices especiales para rejas con protección ultravioleta". Tras estos tratamientos se le dio la última capa, la de pintura, tratando de que fuese "un color muy similar al que quedaba en el metal original". El objetivo final, concluyó, era "protegerla cuanto más mejor".

Aleixandre reconoció que para tener más de cien años, la reja no estaba muy mal, teniendo en cuenta que está al intemperie y que le afecta la meteorología y la acción del hombre. "Los papelitos que tiran para las bodas, se quedan adheridos, absorben humedad y eso es muy malo para la reja", puso como ejemplo.

El arquitecto Joaquín Andrés destacó que esta intervención puntual, dentro del proyecto de recuperación que se ha llevado a cabo para la rehabilitación de fachadas y cubiertas inferiores, "ha puesto en valor el trabajo de Matías Abad" en la fachada neomudéjar. La intervención "ha aligerado la imagen de toda la entrada, hay una unidad estilística y el resultado ha quedado muy bien".

Autor:P. Fuertes Teruel