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Las catas en la catedral de Teruel dejan al descubierto posibles restos del antiguo claustro

El arquitecto Joaquín Andrés (izda.) muestra el pilar hallado tras el repicado de la fachada de la catedral para realizar catas

Las catas arqueológicas realizadas en la fachada de la catedral de Teruel han dejado al descubierto dos pilares que podrían pertenecer al claustro de la iglesia primitiva románico-mudéjar, levantada entre los siglos XII y XIII, según explicó ayer el arquitecto Joaquín Andrés, autor del Plan Director del templo.

Las catas arqueológicas realizadas en la fachada de la catedral de Teruel han dejado al descubierto dos pilares que podrían pertenecer al claustro de la iglesia primitiva románico-mudéjar, levantada entre los siglos XII y XIII, según explicó ayer el arquitecto Joaquín Andrés, autor del Plan Director del templo.

Las dos pilastras, que se integraron en el muro en posteriores etapas constructivas, permanecen visibles en la calle Santa Emerenciana.

Joaquín Andrés ya avanzó hace una semana, coincidiendo con el inicio de las obras de rehabilitación de las fachadas y cubiertas inferiores de la catedral, presupuestadas en 1,6 millones.

Las catas previas, previstas en siete puntos, se han realizado con especial atención en la fachada que da a la calle Santa Emerenciana, ya que se suponía que en este punto podían encontrarse restos del antiguo claustro, como parece haberse confirmado.

Del resultado de la investigación arqueológica, dirigida por el especialista Javier Ibáñez, se dará cuenta a la Dirección General de Patrimonio Cultural, que decidirá el tratamiento que debe darse a los vestigios que han quedado al descubierto.

Joaquín Andrés mostró su confianza en que el hallazgo no conlleve una demora en la ejecución de las obras de rehabilitación de la catedral, ya que de otro modo podría ponerse en riesgo el cumplimiento de los plazos marcados por el Fite, que obligan a concluir la obra antes del próximo 30 de septiembre.

La catedral de Teruel, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), ha tenido varias etapas constructivas. La primera, románico-mudéjar, se inició a finales del siglo XII y concluyó en 1258 con la construcción de la torre.

La segunda, ya plenamente mudéjar, se prolongó hasta 1335 e incluyó la construcción de la techumbre.

El templo volvió a ser transformado en la etapa renacentista, con la construcción del actual cimborrio en 1538. En el siglo XVIII se realizaron transformaciones en estilo barroco, con la construcción de la girola, y de varias capillas y sacristías. La quinta y última etapa constructiva fue la restauración de Regiones Devastadas tras la guerra civil entre 1940 y 1953.

Autor:EVA RON / Teruel