Síguenos
Los afectados de Pui Pinos exigen que no se descargue el cerro a costa de sus casas Los afectados de Pui Pinos exigen que no se descargue el cerro a costa de sus casas
Vicente Gaibar, que ha regresado ya a su casa, posa delante de la valla que impide el paso a la zona del deslizamiento

Los afectados de Pui Pinos exigen que no se descargue el cerro a costa de sus casas

La Plataforma de afectados por el deslizamiento del cerro de Pui Pinos no sólo preguntó en su reunión de la semana pasada con el Ayuntamiento y los ingenieros de EID por los trabajos realizados hasta la fecha, sino que sus portavoces reclamaron que se modifique el método de limpieza del talud, porque las máquinas que descargan la montaña están echando la tierra ladera abajo y sobrecarga las viviendas.

Los vecinos temen que la estructura de las casas no soporte el peso de las toneladas de piedras y tierra que se han ido quitando del cerro desde que se produjo el derrumbe. El escombro se tira ladera abajo y ahora apoya sobre las casas que están en pie. “Nos tememos que la tierra esté sobrecargando las estructuras y que sea demasiado tarde”, explicó Aida Andreu, portavoz de la Plataforma, quien reconoció que el Ayuntamiento ha atendido la petición.

Los afectados también han reclamado que los escombros que siguen sobre la carretera se traten “con sensibilidad”. No en vano, dijo la representante vecinal, “dentro de las casas hay enseres personales y recuerdos que queremos recuperar”, añadió.

Por el momento, la Plataforma, que terminará de constituirse esta semana, ha acordado actuar “con cautela”, y atender a la petición del consistorio de que “se deje trabajar a los técnicos”. Y “éso es lo que vamos a hacer, esperar a ver si esta semana nos pueden facilitar información sobre los estudios geológicos realizados por los técnicos y así nos podrán explicar en qué situación se encuentra el cerro y la estructura de las viviendas”, anunció Andreu. Cuando los vecinos dispongan de información, “tomaremos decisiones”, apuntó la representante vecinal.

Algunos vuelven a casa

La falta de información es evidente. A estas alturas no se sabe con exactitud cuál ha sido el número de afectados. Los desalojados la primera noche no fueron 33, sino 57, parte de los cuáles han regresado a sus casas, como es el caso de Vicente Gaibar y su mujer. Gaibar es el propietario de una almazara que reanudó su actividad la semana pasada. Desde entonces trabaja “a medio gas”, porque “seguimos sin tener conexión ADSL” y lo que es peor,  “porque la carretera está cortada y eso se nota lo que más”, apostilló. Nadie pasa por delante de la tienda, porque la travesía se anuncia cortada en la rotonda  del hospital, así que ha sido el administrador de la empresa el que ha colocado un cartel en la misma valla en el que indica que se puede llegar a sus instalaciones.

La fábrica de aceite se abastece de energía mediante un grupo electrógeno que el Ayuntamiento ha instalado en la puerta de casa. El empresario espera que vuelvan a conectar la linea telefónica, porque “funcionamos sólo con  el movil, y mientras tanto ni conexión a internet ni teléfono fijo”. Aún con todo da gracias de que ha vuelto a abrir las puertas.

La Plataforma tampoco se atreve a dar un número concreto de familias afectadas, porque “no lo sabemos con exactitud”, reconoció la portavoz. Además, subrayó que hay diferentes rangos de afección, puesto que hay personas a las que la avalancha de tierra se les llevó toda la casa por delante (en este nivel hay una vivienda y dos cocheras); otros que solamente tienen derruída una parte de la casa pero desconocen en qué estado se encuentra el resto de la estructura y finalmente los que residen en viviendas que aparentemente están bien, pero que podrían estar afectadas porque comparten estructura o medianeras con viviendas que sí presentan daños. El grado de afección de cada particular lo determinará el informe técnico que los vecinos ya están esperando.

Piden respeto y soluciones

La Plataforma también ha exigido que no se utilice su desgracia para sacar rédito político. La semana pasada fueron convocados a dos reuniones el mismo día y casi a la misma hora en dos emplazamientos distintos y por representantes de dos administraciones diferentes, así que los vecinos tuvieron que dividirse para acudir a ambas. “No estamos dispuestos a que nadie nos use como marionetas y sí queremos soluciones”, reclamó Andreu.

Vecinos de cuatro viviendas entran a recoger ropa

Vecinos desalojados que residen en los números 34, 36, 49 y 69 de la calle Muro de Santiago pudieron volver ayer durante un momento a sus casas para recoger enseres personales y ropa. Es la segunda vez que se permite a alguien el regreso a un domicilio desde que el pasado 18 de abril una parte de la ladera del cerro de Pui Pinos se vino abajo dejando arrasadas una vivienda y dos cocheras y afectados a otros tantos inmuebles. El suceso no produjo daños personales porque el vecindario había sido desalojado unas horas antes. No obstante, la mayor parte de los afectados no han podido regresar todavía a sus casas. Ayer pudieron hacerlo algunos de ellos, pero sólo para recoger ropa y algunos artículos de uso personal, dado que la travesía de la carretera nacional 232 sigue llena de los escombros que arrastró el deslizamiento.

El Ayuntamiento informó de que esta semana ofrecerá “algún informe” técnico que determinará si estas viviendas están habitables. A su vez, se están realizando estudios geotécnicos del cerro, pero el Ayuntamiento no prevé ofrecer ninguna información concluyente en breve sino en un periodo “medio o largo”.