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Los Bobos de Caudé, una tradición que todos esperan cada 25 de diciembre

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Carroza con la que los Bobos de Caudé participan en la Cabalgata de Reyes de Teruel

Hay quien dice que la vieja tradición de Los Bobos de Caudé tiene origen en la Edad Media.

Hay quien dice que la vieja tradición de Los Bobos de Caudé tiene origen en la Edad Media. Por aquella época se celebraba, en varios lugares, la carismática Fiesta de los Locos, que la Iglesia consideraba como pagana y que más tarde, como tantas de estas fiestas, hizo suya. Tenía lugar en las fechas navideñas rondando el solsticio de Invierno, dando por finalizada la época de oscuridad, del frío y del invierno, señalando el vencimiento de la Luz. Estas fiestas se celebraban dentro de las Iglesias y en ellas predominaba lo prohibido, se rompía con el orden y el rigor, se invertían los papeles, hombres vestidos de mujeres, ricos de pobres, se elegía el Papa de los locos y este oficiaba una Misa burlesca, ridícula e incluso obscena.

Otro acontecimiento en el que Los Bobos pueden tener su origen es en la diferencia de clases, que quedaba aún más patente en días señalados como la Navidad. Al igual que hoy en día, antiguamente, la misa de Navidad, era la celebración más importante de la Iglesia, todo el pueblo intentaba acudir a la celebración, mudado, limpio y bien arreglado. Todos excepto los pobres, que debido a su miseria no podían acudir ni siquiera lavados.

Por ello, los feligreses, expulsaban a los pobres de la Iglesia, haciendo gestos e insinuando que apestaban. Los pobres, ante tanto desdén se quedaban el atrio y se dedicaban a boicotear el oficio y a molestar a los que estaban dentro.

Sea como fuese, lo que sí es cierto es que esta fiesta se mantiene intacta en Caudé, y que a pesar de su evidente despoblación sus habitantes la cuidan y defienden haciendo que cada año cobre más importancia.

Los Bobos van vestidos con unas camisas de lino blanco hasta las rodillas, una capa azul con una raya roja y llevan puestas unas graciosas cabezas que simulan un baturro, un militar y un chino. Portan a su vez un cinturón, donde se atan cencerros y campanas, que se utilizan para molestar durante la Misa. Van acompañados de sus amigos que usan la misma indumentaria pero en lugar de cabezas llevan un pequeño gorro de color azul con dos bandas rojas.

Tradicionalmente los actos comienzan la noche anterior a la Purísima (día de la Inmaculada), cuando los quintos se juntan para cantar las Albadas, cantos antiguos que todavía se conservan y se siguen cantando. El más viejo de los tres cantaba estas loas esa noche en la puerta de la Iglesia, el segundo más mayor lo hacía en el mismo lugar la noche de Nochebuena y el tercero, la misma noche en la puerta de la casa del cura.

Ruido durante la misa

Al día siguiente, durante la misa, los Bobos irrumpen en la Iglesia haciendo ruido con sus cencerros y pegando golpes en la puerta, hasta el punto de que los fieles no pueden oír el sermón debido a sus alaridos.

Al mismo tiempo, otros, se dedican a poner obstáculos, de todo tipo, desde el atrio de la Iglesia hasta la casa del cura, con la intención de que este no pueda acceder a su vivienda.

Una vez terminada la Misa, los Bobos forman dos filas a ambos lados de la puerta y cuando los fieles van saliendo no les queda más remedio que pasar uno a uno por el centro. Es en ese momento cuando los muchachos aprovechan para despeinar a todo el que sale, sobre todo a las mujeres, poniendo especial empeño en las más jóvenes. Si alguna se resiste o consigue escapar, es perseguida por las calles hasta que le dan alcance y la despeinan.

Nadie se escapa de las manos de los Bobos, ni siquiera el cura, que sale el último y es despeinado igualmente. Después de esto, los Bobos se apiadan de él y le quitan los palos y piedras con los que le han obstaculizado el paso hasta su casa. El cura agradecido les invita a pastas y licor. En algunas ocasiones, está escrito que incluso los quintos le acompañaban hasta el pueblo de Concud, donde oficiaba misa también.

Tras la salida de misa los mozos marchan por las calles del pueblo tocando en las puertas y pidiendo el aguinaldo. Todo el mundo les obsequia con dinero, comida o bebida. Con lo recogido, hacen una merienda o cena y en tiempos hacían baile para todo el pueblo.

Esta tradición se acrecienta hasta el punto de que los últimos años, el pueblos de Caudé, participa en la cabalgata de Reyes de Teruel, ataviado de esta manera y portando a los Bobos en su carroza.

Autor: Mapi Hernando Civera Caudé