

Teruel no solo hace ciencia a través de la Fundación Dinópolis sino que también la potencia y la impulsa con iniciativas como el Premio Internacional de Paleontología Paleonturología, cuyo último ganador de la edición de 2016 fue un equipo internacional formado por profesionales de varios países. Su trabajo, un artículo sobre un mamífero que convivió con los dinosaurios y que era del tamaño de una rata, llamado Spinolestes xenarthrosus, fue el merecedor de los 4.500 euros del premio, que serán destinados a seguir investigando sobre este animal, inédito hasta ahora en el registro paleontológico mundial, y que fue encontrado muy cerca de Teruel, en la provincia vecina de Cuenca.
El artículo ganador de la última edición, que se falló a mediados del mes pasado, trata sobre un mamífero que apenas medía 15 centímetros en vida y que no superaba los 60 gramos de peso. Un ejemplar que se describía por primera vez y que fue hallado en el yacimiento de fósiles excepcionales de Las Hoyas en Cuenca.
Este premio está convocado por la Fundación Dinópolis, Caja Rural de Teruel y la Sociedad Gestora del Conjunto Paleontológico de Teruel.
Fue publicado en 2015 en la prestigiosa revista científica Nature y tuvo una gran repercusión en el mundo de la paleontología, además de una proyección no menos importante en los medios de comunicación de todo el mundo debido a que este animal arrojó luz sobre la evolución del pelaje en los mamíferos, grupo al que también pertenecemos los humanos.
Su interés lo convirtió en un fósil "paradigmático" y las técnicas empleadas para su estudio fueron lo que más llamó la atención del jurado del premio Paleonturología 16 integrado por los paleontólogos Paul Palmqvist, Fabien Knoll e Ignacio Fierro. Los tres destacaron tanto la originalidad del enfoque multidisciplinar como lo excepcional del fósil estudiado, que se encuentra muy bien conservado como la mayoría de los que aparecen en Las Hoyas.
En el equipo que lo estudió, liderado por Thomas Martin, está también la paleontóloga española Ángela Delgado Buscalioni, de la Universidad Autónoma de Madrid y bien conocedora de la importancia del registro fósil turolense y del papel que la provincia ha jugado en el desarrollo de la paleontología española. De hecho, ella fue una de las científicas que hace 30 años, en 1987, publicó con otros paleontólogos el primer género de dinosaurio descrito en España, muy bien conocido por los turolenses puesto que se trata de Aragosaurus ischiaticus.
Equipo
Junto a estos dos investigadores, los autores del trabajo son Jesús Marugán-Lobón, Romain Vullo, Hugo Martín-Abad y Zhe-Xi Luo. Un equipo muy internacional que desarrolla su actividad docente y científica en las Universidades de Bon en Alemania, la Autónoma de Madrid en España, el Museo de Historia Natural de Los Ángeles y la Universidad de Chicago en Estados Unidos, y la Universidad de Rennes en Francia.
El hallazgo fue importantísimo porque supone abrir una ventana en el tiempo que permite observar los ecosistemas mesozoicos europeos, que es la era geológica que estuvo dominada por los dinosaurios. Además, gracias a su excelente conservación, ha sido posible estudiar su anatomía esquelética y aspectos desconocidos de estos animales como su pabellón auricular, las estructuras de su piel y la evolución del pelaje, y aspectos anatómicos concretos como la articulación de sus vértebras dorsales.
Ángela Delgado Buscalioni considera que la existencia del premio Paleonturología es importantísima para la ciencia y confirma el "compromiso" y posicionamiento que tiene Aragón en el campo de la paleontología española y que ha contribuido a la internacionalización de la misma.
Spinolestes era lo más parecido a las musarañas actuales o a las ratas de agua. En el ecosistema de Las Hoyas, marcaría con claridad la importancia que tenían estos organismos. "Dentro del mundo terrestre, los insectos serían los grupos más relevantes porque de ellos comerían otros muchos grupos", explica Buscalioni refiriéndose a la red trófica.
La incógnita actual estaría en saber qué animales podrían haberse alimentado de un mamífero como Spinolestes. La científica asegura que no está estudiado porque "no se ha hecho un análisis pormenorizado". En este sentido avanzó que "quizás con este premio lo que hemos pensado justamente es dedicar el esfuerzo a descubrir qué comería y por quién sería comido".
Eso permitirá colocar a este mamífero dentro de la cadena trófica. Los candidatos son múltiples, desde dinosaurios a cocodrilos en un ecosistema que se sitúa en el tiempo geológico en hace 125 millones de años.
Este pequeño mamífero habría convivido con estos vertebrados junto a aves y algún tipo de anfibios terrestres en las isletas desecadas del humedal que en ese momento del Cretácico eran Las Hoyas.
Análisis de la dieta
Analizar la dieta que tendría sería algo de mucha más precisión, comenta la científica, y para eso el equipo está pensando, de cara a la siguiente fase del estudio, "invertirla en hacer no solo un análisis de CT SCAN sino del Sincrotrón, porque con esto podríamos ver cuáles son los caracteres internos de la dentición que tiene este animal, y ahí pues decir si efectivamente fue un herbívoro o un omnívoro", disponiendo para ello de datos empíricos.
Recalcó a este respecto que el dinero de Paleonturología se va a destinar a seguir haciendo esos estudios. "El dinero del premio lo vamos a invertir extendiendo un poco lo que nos quedó ahí pendiente", apuntó.
La científica destacó la relevancia que ha tenido la paleontología turolense para España desde sus inicios. "Toda la paleontología española ha pasado por Teruel, que es como nuestra alma mater, y no lo digo por hacer ningún tipo de rosca a la Comunidad Autónoma", afirmó Buscalioni, quien recordó que equipos de distintos centros de investigación españoles han podido trabajar en Galve, como ha sido su caso, haciendo grandes descubrimientos.
Actualmente colabora con la Fundación Dinópolis en el yacimiento del Albiense en Ariño, que es el más grande de Europa, donde aporta sus conocimientos al estudio de los cocodrilos que están apareciendo.
Una amplia variedad de técnicas para conocer los pormenores de su organismo
Para el estudio de Spinolestes, cuya publicación en Nature mereció el premio Paleonturología, se han requerido varias preparaciones del fósil y el empleo de diferentes técnicas que han permitido conocer las características más relevantes de este mamífero del Mesozoico.
La paleontóloga Ángela Delgado Buscalioni destacó, no obstante, que el trabajo de preparación e investigación ha sido muy rápido para lo que suele ser habitual. En este sentido, recordó que el fósil fue hallado en Las Hoyas en la campaña de 2011.
"Cuatro años de estudio no es mucho, y ha habido que hacer dos tandas de preparaciones, primero la de Cuenca y luego las que se hicieron en transferencia con el equipo de Thomas Marton en Alemania", comentó Buscalioni.
Fue en Bon donde se hizo el trabajo con el CT SCAN, una técnica muy utilizada en medicina que combina los rayos X con la tomografía, que consiste en tomar imágenes por cortes virtuales que después permiten la reconstrucción digital completa del fósil.
Se ha aplicado también la microscopía para estudiar el pelo con la finalidad de intentar identificar a nivel celular las células que forman los pelos del mamífero.
Además, se han aplicado diferentes técnicas para el estudio tafonómico con el fin de entender la buena preservación del ejemplar.
Tras esta amalgama de técnicas, el equipo pretende recurrir ahora al Sincrotrón de Grenoble, un acelerador de partículas que permitirá observar lo que con otros sistemas no ha sido posible ver, e identificar así cosas de los tejidos duros.
Una diversidad mayor de la que se esperaba en el Cretácico
Una de las conclusiones a las que han llegado los investigadores galardonados con el premio Paleonturología 16 es que hace 125 millones de años, cuando la Tierra estaba dominada por los dinosaurios, "había una diversidad mayor de la que se esperaba para el conjunto de mamíferos", asegura la paleontóloga Ángela Delgado Buscalioni.
"Había mamíferos excavadores, trepadores y algunos más corredores que otros", afirma la científica, que sobre Spinolestes sostiene que formaba parte de "un grupo de excavadores que no llegaba a tener un desarrollo tan relevante como para hacer grandes agujeros", pero cuyas adaptaciones son óptimas para buscar insectos en la base de los troncos de los árboles. Además, desde el punto de vista evolutivo, son muy interesantes los caracteres de la piel de estos animales.
La publicación del libro abordará el fósil como un organismo vivo en su hábitat
El premio Paleonturología, además de la cuantía económica que reciben los ganadores, está dotado con una edición de carácter divulgativo del artículo científico. Su finalidad es dar a conocer a todo el mundo la importancia de esa investigación en cuestión, con independencia de los conocimientos previos que tenga. De la publicación se encarga la Fundación Dinópolis dentro de su colección de libros ¡Fundamental!, y los ganadores de la última edición quieren mostrar Spinolestes no como un fósil sino como un organismo vivo.
Ángela Delgado Buscalioni avanzó que del texto divulgativo se va a hacer cargo Jesús Marugán, uno de los autores del artículo ganador. "Vamos a incluir el tema de los modos de vida, cuáles serían los hábitos de este animal y contar su biología, tratar el fósil como si fuera un organismo vivo", dijo la paleontóloga.
Lo que buscará el equipo es darle al animal un "soplo de vida" para que el lector lo visualice y no vea el fósil sino el animal vivo que fue hace 125 millones de años.
Dentro de ese trabajo, Buscalioni comenta que "en algún punto de la publicación reseñaremos que hay algún grupo de musarañas actuales que viven en África que tendrían una cierta similitud con estos animales".
Aunque los niveles de divulgación son múltiples, la científica valoró junto con sus modos de vida el contexto del conjunto del yacimiento.
Autor:F.J. Millán Teruel