La pérdida de José Iranzo ha sido muy sentida entre los grandes joteros de Aragón que ayer acompañaron a la familia en el velatorio instalado en la Casa de Cultura de Andorra y que hoy le darán su último adiós. Para Nacho del Río, con el Pastor "se nos va el último gran trovador", mientras que para Vicente Olivares el 22 de noviembre de 2016 quedará como un día "triste porque se nos va uno de los más grandes", pero a la vez "nace un mito".
"Se nos va el que nos unía con la época más antigua de nuestra jota", lamentó ayer Del Río, quien se consideró afortunado por haber "tenido la suerte de conocerlo personalmente, de tratarlo y de poder continuar la amistad que tuvo con él mi gran maestro y compañero de José, Jesús Gracia". "Es un día muy triste para el mundo de la jota" porque "lo veíamos tan bien que nunca pensábamos que iba a faltar", valoraba para Aragón Radio antes de desplazarse a Andorra.
"Aragón pierde un símbolo y un grandísimo cantador", pero "sobretodo a un gran ser humano", prosiguió un emocionado Del Río, quien se aferró al legado que deja el Pastor: "Una jota que sabe a libertad, una jota personalísima que, como buen pastor, huele a romero y frío". Y es que de Iranzo destaca "su personalidad y su libertad de entender la jota a su manera", por lo que "sin duda ha marcado una gran época".
"Hoy -por ayer- nace el mito del Pastor de Andorra", aseguró Olivares. "Muchos compañeros dicen que era el último grande que quedaba de la época dorada de la jota", pero "si algo debemos aprender de él es la dignidad que ha tenido como persona. Ha merecido la pena conocerlo y espero que todos aprendamos mucho del legado que nos ha dejado", deseó.
En opinión del cantador turolense, la mayor virtud de Iranzo fue "ser él", ya que "no imitó a nadie". Personalmente, valoró que si llegó al mundo artístico fue por él, porque "dijo que debía dedicarme a cantar y es algo que no se me olvidará nunca". De hecho, "mi primera actuación en público fue con él en Cella". Además, "mi primer concurso lo gané aquí en Andorra", por lo que considera que su vida "ha ido muy ligada a José Iranzo".
Otro de los grandes del momento actual, Isidro Claver, destacó que aprendió en la escuela de Iranzo, a la que se desplazaba una vez por semana desde Castelnou. "Me ha enseñado muchas cosas en la vida, a parte de jota. Sobretodo a querer y amar las cosas como él amaba a todo el mundo; era una gran institución", declaró entre lágrimas.
Como en el caso de Olivares, fue Iranzo quien descubrió a Claver en sus rondas por Castelnou con motivo de la hoguera de San Valero. "Salí un par de años o tres a cantar alguna jota y a raíz de aquello el hombre se interesó por mí. Además, congeniábamos porque teníamos el mismo oficio" y "hablábamos siempre de las ovejas, de que si llueve o no llueve... En fin, cosas del campo, lo nuestro".
Visiblemente emocionado, Claver aseguró que no ha dejado de aprender nunca de Iranzo "hasta hoy, que ha fallecido".
La sensibilidad corría ayer por la Casa de Cultura de Andorra, que se llenó con decenas de coronas llegadas de todo tipo de instituciones públicas, privadas y asociaciones, entre las que no faltaron infinidad de cachirulos y grupos de jota.
Como no podía ser de otra forma, Iranzo se despide con el traje regional, pañuelo en la cabeza y chaleco incluidos, como si fuera a echar la última tonada.
Por allí pasó también Julio Latorre, para quien Iranzo fue "el abuelo de la jota" porque "desde que tuve uso de razón he crecido siempre con sus casetes y con sus jotas". Además, tuvo la fortuna de "acompañarlo en muchos escenarios donde me requerían para ir con el grupo que él iba".
"Siempre ha sido autodidacta, nunca sabías lo que iba a cantar. Ha cantado siempre al estilo del campo", manifestó. Pero "si hay que destacar algo de José" tiene que ser "su humildad, su humanidad y su bondad", concluyó.
De "humilde entre los humildes" calificó José Blas Rando al Pastor de Andorra. "Me dijo que jamás hablara mal de nadie, cosas buenas siempre, a parte de buenos consejos a la hora de cantar. También nos decía que viajáramos mucho".
Cuando Rando ganó el concurso de Teruel fue Iranzo el que le entregó el premio, algo que le encantó. "La organización le dio también un ramo de flores que era para Pascuala, pero me lo iba a dar a mí. Así que le dije, despacico al oído, que era para su mujer. Y en ese instante resbaló, por lo que lo tuve que sujetar", contó el jotero como anécdota.
También recordó el día en que, a dúo con él, hicieron levantarse al público de sus asientos.
Autor: Marcos Navarro / Andorra