

La fotógrafa y escultora turolense Silvia Gil inauguró ayer Arquitecturas de la memoria:?Hogar Comandante Aguado, una instalación que reflexiona sobre la conocida como Casa de la Beneficencia, que desde principios del siglo XIX?estuvo en actividad durante casi dos siglos.
La instalación, que podrá visitarse hasta el próximo viernes, presenta a través de la creación de un nuevo espacio las sensaciones obtenidas por la artista a través de tres visitas al Comandante Aguado y de una profunda investigación realizada por Silvia Gil desde principios de 2015. La turolense se ha basado sobre todo en textos como Topografía médica de Teruel, (1895), del médico Miguel Ibáñez o el artículo Origen de la Casa de la Misericordia de la ciudad de Teruel (1965), de César Tomás Laguía.
Gil también se ha servido del testimonio oral de algunas personas que pasaron allí su infancia o diferentes periodos de tiempo, testimonio que, en algunos casos, forma parte de la propia exposición en forma de grabaciones.
En realidad se trata de una instalación pluridisciplinar que incluye fotografía, escultura, audio, p intura o dibujo, además de una pieza de archivo formada por 307 fichas, entre ellas fotografías y textos de memorias.
Desorientación y pobreza
Una de las ideas en las que trabaja la exposición, que es el Trabajo de Fin de Grado de Silvia Gil en el grado de Bellas Artes de Teruel, es la desorientación que, inevitablemente, siente cualquiera que, con todos los permisos pertinentes, se aventure a caminar por sus pasillos. Silvia Gil ha generado en su instalación una suerte de recorridos con estructuras y escultura que reproducen esa desorientación en un espacio, evidentemente, muy inferior.
También reflexion sobre dos ideas en aparencia muy contrapuestas; la de abandono y miseria, puesto que ya la mayor parte de los niños que vivieron en el Hogar sufrían ambas, pero también de protección, puesto que para mucha gente el Comandante Aguado fue el único hogar que conoció, y el único sitio en el que pudo vivir una infancia todo lo segura a lo que podía aspirar.
A pesar de que una de las intenciones de Arquitecturas de la memoria:?Hogar Comandante Aguado es la de preservar un capítulo de la historia no demasiado recordado, su afán no es meramente historicista o documental, sino que a través del mayor acopio posible de documentos, y de la historia, Silvia Gil construye un discurso que tiene que ver con las sensaciones, las emociones y el recuerdo.
De hecho Silvia Gil asegura que, una vez concluido su TGF, tiene la intención de seguir insistiendo en la recopilación de archivos y documentos sobre la Casa de la Beneficencia (casi todo lo anterior a 1943 está perdido, probablemente a causa de la guerra civil), para preservar la historia de este lugar.
Un lugar tan rico que, a juicio de Gil, sería un espléndido vivero para los artistas. “Es tan sugerente que genera un gran torrente de ideas, hasta el punto de que yo tuvo serios problemas para decidir qué quería utilizar y por dónde quería ir”, explica la turolense. “Artistas turolenses de cualquier especialidad y género podrían nutrirse aquí, y sería estupendo que este edificio, en desuso después de que se pensara para albergar el Museo Etnográfico, acogiera un centro de creación artística, al estilo de la cárcel de Segovia”. Ahí queda su propuesta.