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Teruel, un escenario que comienza y termina (de momento) en la guerra civil

La provincia de Teruel ha sido terreno abonado para el rodaje de largometrajes, cortometrajes y documentales, y de ello da buena cuenta el artículo que en 2009 publicó el profesor turolense Juan Villalba en el número 6 de la revista Cabiria.

La provincia de Teruel ha sido terreno abonado para el rodaje de largometrajes, cortometrajes y documentales, y de ello da buena cuenta el artículo que en 2009 publicó el profesor turolense Juan Villalba en el número 6 de la revista Cabiria. Como en él cuenta Villalba, la guerra civil española ha sido, si no el único, sí el tema de la mayor parte de la producción fílmica realiza en Teruel.

Los primeros precedentes se encuentran en 1937, con documentales bélicos propagandísticos como La Columna de Hierro (Hacia Teruel), Frente de Teruel, Tres fechas gloriosas o La toma de Teruel, además de abundante material cinematográfico rodado por la Brigada Lincoln durante su estancia en Teruel durante el invierno de ese año. Aunque la película más emblemática de esa época es Sierra de Teruel (1938), André Malraux no la rodó en la provincia, sino en Cataluña y en Francia. La réplica de esta película fue Cerca del cielo (1951), de Domingo Vidalomat y guión del turolense Clemente Pamplona, sobre la figura de Anselmo Polanco.

Torrepartida (Pedro Lazaga, 1956), narra una historia de maquis y, como hace notar Juan Villalba en Cabiria, supone el debut de Antón García Abril como compositor de música para cine.

Más moderna es ¡Jo, papá! (Jaime de Armiñán, 1975), que incluye algunos desnudos de una Ana Belén de 24 años rodados en el Hotel Albarracín, además de secuencias en Teruel y Caudé.

Pero sobre la guerra civil hay dos películas rodadas en Teruel particularmente paradigmáticas: la primera es Tierra y libertad (Ken Loach, 1995), sobre la revolución anarquista en tierras turolenses en busca de implantar la colectivización agraria, rodada en Mirambel y en el Hogar Comandante Aguado de Teruel, que sirvió para recrear un cuartel de instrucción republicano.

Y la segunda es Libertarias (Vicente Aranda, 1996), que narra en diferentes escenarios de Calaceite, Valjunquera, La Fresneda, Albalate o Alcañiz la impotencia de las mujeres para formar parte de las tropas y del nuevo orden social que surja de la derrota del fascismo.

Un año después Manuel Lombardero dirigió En brazos de la mujer madura, ambientada también en la guerra y la posguerra y rodada en parte en Mirambel. En este caso Juan Villalba, en su artículo aparecido en Cabiria, reseña la anécdota de que la diócesis de Teruel y Albarracín negó los permisos para filmar en la ermita de La Iglesuela del Cid por considerar inmoral la película.

A principios del siglo XXI se rodaron en la provincia cintas como Extrajeros de sí mismos (Javier Rioyo), La guerrilla de la memoria (Javier Corcuera), Cicatrices de piedra. La guerra civil en Aragón (Mirella Abrisqueta) o La sangre y la memoria (Nacho Sirera y Miguel Osset), todos con el conflicto bélico como telón de fondo.

Otras temáticas

Entre otras temáticas, además de algunas versiones libres rodadas sobre los Amantes de Teruel o documentales sobre las fiestas de la Vaquilla, en 1985 Víctor Lope y José Miguel Iranzo rodaron Mayumea en Noguera de Albarracín, sobre la tradición de Los Mayos y que también tiene ecos amantistas. La cinta pasa por ser la primera experiencia cinematográfica en 35 mm. en Aragón tras la desaparición de Moncayo Films.

También es abundante la filmografía en forma de documental sobre la Semana Santa, destacando Calanda, rodado en 1966 por Luis Buñuel, el folclore turolense desde Por el camino de la jota (Francisco Centol, 1957), rodado para el NO-DO en Alcañiz, Teruel y Albarracín, hasta Del Jiloca al Ebro (Rajko Rutar, 1990), o el arte y arquitectura turolenses (Mudéjar, José Luis Borau, 1988).

José Luis Gamboa rodó en 1962 el largometraje policíaco Cerrado por asesinato en Albarracín, uno de los escenarios más recurrentes de la provincia, que también acogió el rodaje de Valentina (Antonio J. Betancor, 1982).

En los últimos años del siglo pasado y primeros del presente realizadores turolenses como Fermín Pérez, Elifio Feliz de Vargas, José Miguel Iranzo, Víctor Lope Ángel Gonzalvo, Pimpi López Juderías, Guillermo Chapa o Miki Barrera han recurrido a su tierra para realizar numerosas producciones, fundamentalmente cortos, mientras que las instalaciones de Motorland o del Aeródromo de Caudé han hecho que numerosas firmas comerciales elijan Teruel como escenario para grabar sus spots publicitarios.

Las últimas experiencias de Teruel como plató de cine ha sido The promise, Nuestros Amantes e Incierta gloria. En la primera, Terry George eligió Albarracín y Calomarde, durante el pasado mes de septiembre, como alguna de sus localizaciones para narrar una historia de amor durante la decadencia del Imperio Turco. La película, que fue estrenada el pasado día 11 en Estados Unidos, utilizó numerosos extras turolenses durante su filmación en la provincia.

En Nuestros amantes, por su parte, Miguel Ángel Lamata grabó en agosto de 2015 algunas secuencias en La Escalinata y la plaza del Torico de Teruel para su comedia romántica protagonizada por Michelle Jenner y Eduardo Noriega.

Por último, este pasado mes de junio Caminreal acogió la grabación de algunos exteriores de Incierta gloria con la que Agustí Villaronga cierra, de momento, el círculo, ya que su largometraje de nuevo está ambientado en el frente de Teruel durante 1937.

Autor:Miguel Ángel Artigas Gracia Teruel