

Kalvin Claus presentó sus dos cervezas al público
Una feria de la cerveza que cumple cinco años y coincide con un encuentro de gaiteros que se reúne en el mismo pueblo de 200 habitantes por tercer año consecutivo sólo son posibles si todo el vecindario está implicado, si las cosas se hacen por el bien común y no en beneficio propio y si hay alguien que con el mismo espíritu lidera y coordina. Así es en Torrevelilla. Este pequeño pueblo del Bajo Aragón celebró este sábado su quinta Torrefest, Feria de la cerveza artesana, y su tercer encuentro de gaiteros, dos eventos que atrajeron desde el mediodía hasta bien avanzada la madrugada a cientos de personas de toda la contornada.
Torrefest no hubiera sido posible sin la colaboración de todo el pueblo, porque en Torrevelilla hasta los niños pequeños han participado de ese ambiente de ilusión que impregna a los pueblos pequeños cuando es cuestión de organizar un gran acontecimiento para los que vienen de fuera. Ayer por la mañana, iban llegando al pabellón tortillas y tortillas que las mujeres del pueblo habían elaborado en sus casas, poniendo del bolsillo todos los ingredientes, y esta semana eran los más pequeñitos los que se cogían una bayeta y se disponían a limpiar las sillas y mesas que ayer ya estaban perfectamente dispuestas para la comida del mediodía. Entre tanto, otros voluntarios se colocaban en el stand de venta de los tickets para las consumiciones y los peñistas hacían turnos en la barbacoa para ir asando los chorizos, las longanizas y la panceta que después vendían al público para que acompañara la cerveza.
(Más información en la edición del 25 de junio de 2017)