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Un hospital convertido en emblema de lo público

El proyecto de obras se mantiene tal y como quedó tras el último modificado realizado este año

El hospital de Alcañiz es más que una infraestructura sanitaria necesaria para mejorar la calidad asistencial de 75.000 turolenses.

El hospital de Alcañiz es más que una infraestructura sanitaria necesaria para mejorar la calidad asistencial de 75.000 turolenses. Es un emblema político e ideológico, y por algo el Gobierno de Aragón PSOE-CHA ha mantenido su compromiso con esta obra pese a sus dificultades financieras.

Era en junio pasado cuando el presidente del Ejecutivo aragonés, Javier Lambán, calificaba de "heroicidad" para los tiempos de intervención estatal que corren en Aragón que el Gobierno mantuviera una inversión de 82 millones en sus planes presupuestarios. Y es que ésta es una obra que trasciende lo sanitario.

El modelo de financiación 100% pública por el que han apostado los socialistas está en las antípodas del impulsado en la pasada legislatura por PP-PAR, un modelo de concesión que abría las puertas a la explotación privada de servicios en un principio no sanitarios.

Tras el Consejo de Gobierno de ayer era el consejero de Presidencia, Vicente Guillén, quien volvía a esgrimir los motivos por los que el Gobierno se opuso a aquel modelo implantado en comunidades autónomas gobernadas por el PP (también en Andalucía) y rescindió el contrato con la UTE que resultó ganadora del procedimiento. Según Guillén, "es un modelo que dispara el coste entre cinco y siete veces, que presenta escaso control y cuyos contratos iniciales casi siempre son incumplidos produciéndose incrementos en el canon anual". Son hospitales, "con menor dotación de personal", lo que repercute disminuyendo la calidad de la atención sanitaria". Y puso como ejemplo casos de algunos hospitales construidos en Reino Unido en los que se detectaron fallecimientos como consecuencia de las "insuficiencias" sanitarias.

Por otra parte, aludió a las "diferencias" entre las infraestructuras sanitarias públicas y las construidas mediante un modelo de concesión, así como a la variante financiera del negocio: "muchas veces, cuando se contrata una UTE para gestionar un hospital, ésta terminan vendiendo las participaciones a otras empresas de capital riesgo, de lo que se derivan complicaciones cuando el negocio deja de ser rentable".

Guillén aludió, finalmente, a "informes de la OMS y del Comité de expertos sanitarios de la UE que cuestionan la eficiencia de este sistema de colaboración pública privada".

Autor:Maribel Sancho Timoneda