La evolución de los seres vivos es una de las historias más apasionantes que pueden contarse, aunque no es fácil de entender si no se hace con un lenguaje divulgativo cercano a los ciudadanos, más allá de la complejidad que entraña el conocimiento científico puro. Traducir eso a un lenguaje que sea capaz de entender todo el mundo es uno de los objetivos de la serie de libros ¡Fundamental! que edita la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y que acaba de publicar su volumen número 28, en esta ocasión dedicado a la reconstrucción de los esqueletos de corales del Carbonífero. Su lectura es simplemente apasionante.
La portada de este nuevo libro divulgativo de la Fundación Dinópolis anima a hincarle el diente, aunque su contenido pueda parecer complejo. La fotografía de unos corales invita a sumergirse en aguas poco profundas para descubrir cómo a partir de los fósiles se pueden estudiar fósiles de corales de una antigüedad de 310 millones de años, pero para explicar lo que quieren contarnos sus autores, el libro se remonta a hace 3.800 millones de años.
Los orígenes de la vida, y de cómo es posible que hoy los humanos podamos correr, saltar y emplear nuestros brazos y manos para manipular y construir el mundo moderno que nos rodea a nuestro antojo, se nos cuenta también en esta publicación. Y es que no seríamos lo que somos, ni podríamos hacer lo que hacemos, sin nuestros huesos.
¿Alguien se ha puesto a pensar qué son los huesos y en qué momento de la historia evolutiva de la vida aparecen? Pues el libro Reconstruyendo el esqueleto de un coral tabulado del Carbonífero lo hace. Sus autores, Ismael Coronado, Alberto Pérez-Huerta y Sergio Rodríguez ganaron con este trabajo científico el Premio Paleonturología del año 2014, concedido por la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel, la Fundación Teruel Siglo XXI y la Sociedad Gestora de Dinópolis.
Una de las condiciones de los ganadores de este premio, dotado con 4.500 euros, es que al año siguiente los autores tienen que hacer una publicación divulgativa en la que se esfuercen por explicar en un libro el artículo premiado. No es una tarea fácil en el caso de investigaciones tan complejas como las que ganan este premio, pero Coronado y los coautores del trabajo ganador de la edición de 2014 se han dedicado a ir más allá para hacer un recorrido evolutivo que arranca hace más de 500 millones de años.
En realidad, la investigación que fue premiada lo que hacía, mediante novedosas técnicas de análisis, era analizar los esqueletos de unos corales de hace 310 millones de años para determinar si su composición había sido alterada con el paso del tiempo, y si los cristales de que está formado el fósil eran biogénicos o diagenéticos, es decir, si estaban alterados y recristalizados o se mantenían tal cual fueron en su día.
La conclusión a la que llegaron los autores es que los fósiles estudiados preservaban todavía estructuras biogénicas, originales, después de más de 300 millones de años, lo que abre nuevos campos de investigación y tiene interesantes implicaciones ambientales y evolutivas, cuando hoy día preocupa tanto el cambio climático.
Implicaciones climáticas
Al preservar sus estructuras biogénicas, los autores señalan que se "abren un sinfín de implicaciones en investigación". Una de las más valiosas para saber más sobre los cambios climáticos en la historia de la Tierra será "usar los corales del Paleozoico en estudios paleoclimáticos y así comprender las variaciones del clima del pasado, la temperatura, la salinidad y el pH del agua del mar, o incluso identificar contaminantes naturales, como los derivados de erupciones volcánicas", afirman los paleontólogos.
Esto es como descifrar un nuevo código para leer los fósiles y abrir el conocimiento científico a la interpretación de nuevos datos que los mismos nos aportan para saber cómo era la vida en el pasado geológico.
El libro, en realidad, arranca hace 4.600 millones de años cuando se forma la Tierra, aunque la vida no apareció hasta hace aproximadamente 3.800 millones de años. Una vida simple, sobre cuyos orígenes claros no hay consenso todavía entre la comunidad científica, que irá evolucionando y alterando a su vez la atmósfera y la litosfera para prepararla hacia formas de vida más complejas y evolucionadas.
Uno de los grandes hitos que hicieron posible que muchos miles de millones de años después apareciéramos nosotros los humanos se produjo hace 2.600 millones cuando las bacterias comenzaron a sintetizar clorofila, es decir, a realizar la fotosíntesis exhalando oxígeno a la atmósfera.
Sin oxígeno no podríamos vivir, pero es que nuestro mundo sería muy distinto al que conocemos. El oxígeno libre en la atmósfera lo que hizo fue empezar a oxidar ciertos minerales y elementos, según cuentan los autores de la publicación, y a formar "nuevos minerales nunca antes vistos en nuestro planeta y transformándola hasta crear una atmósfera oxidante".
Otro hito importante en la historia evolutiva de la vida fue la aparición de cianobacterias capaces de biomineralizar, es decir, de generar minerales, ya sean arrecifes e incluso islotes en medio del mar o, como sucedió hace más de 500 millones de años, la aparición de animales con esqueleto.
Es lo que somos los humanos, vertebrados capaces de movernos gracias a una estructura ósea que también tienen otros animales como los corales marinos, por más que la creencia popular los asocie con plantas, y que generan igualmente esqueletos que son los que dan lugar después a arrecifes.
Edición cuidada
El nuevo libro de la serie ¡Fundamental! explica eso y otras muchas cosas antes de pasar a la cuestión específica del trabajo científico premiado. Ampliamente ilustrado y lleno de gráficos para comprender mejor los contenidos, incluye también apartados más distendidos que demuestran que ser paleontólogo puede ser una aventura cercana a las que vive el cinematográfico arqueólogo Indiana Jones.
Así lo cuenta uno de los autores de la investigación, el catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid, Sergio Rodríguez García, quien ha muestreado corales por todo el mundo y cuenta experiencias como las que le llevaron a sumergirse en aguas infestadas de tiburones en Australia, tener un desagradable encuentro con una peligrosa cobra Hunan en China, toparse con campos minados durante sus prospecciones en el Magreb o tener que hacer frente a osos y alces en Canadá.
¿Alguien dijo que la paleontología es aburrida? Los libros de la colección ¡Fundamental! demuestran, desde luego, todo lo contrario, y encima se aprenden cosas increíbles sobre la historia más maravillosa jamás contada, la de la evolución de la vida y del planeta en el que vivimos, y del que ignoramos cosas que la ciencia nos ayuda a comprender.
Cerca de una treintena de entregas
¡Fundamental! es una colección de la Fundación Dinópolis que desde 2003 ha editado 28 volúmenes que abarcan diferentes ámbitos de la paleontología. El año pasado se editó un premio de novela corta científica y un libro sobre fósiles de la Red Europea de Geoparques.
Autor:F.J.M. Teruel