

Teruel volvió ayer a cumplir con la tradición más ancestral que le conecta con sus orígenes: los toros ensogados, que como cada lunes de Vaquilla corrieron por las calles del Centro Histórico, en el eje que forman los corrales de la Nevera y la calle San Juan.
Cuatro toros de la ganadería de Teo Adell, ubicada en Castellote, y con la que se ha contado en las últimas ediciones para estos festejos, hicieron correr a los turolenses amantes de los toros. Como cada año el festejo comenzó a las 18 horas. Salieron los cuatro astados que por la mañana habían sido trasladados desde la plaza de toros. Fueron tres utreros, con sangre de la afamada ganadería Jandilla, y otro, un jabonero, que procedía de la antigua casta de Veragua.
Este último sobresalió este año e hizo correr a los turolenses, sobre todo en su segunda salida tras la merienda.
[gallery columns="4" link="file" size="large" ids="86739,86740,86741,86742"]Fue en este rato cuando las reses dieron un mayor juego y se pudieron ver buenas carreras entre la plaza de la Catedral y la calle Yagüe de Salas. El segundo después del regañao fue pasado dos veces por la calle Amantes por la destreza de dos de los sogueros más jóvenes, Alberto Lafuente y Rubén López, en un año donde la convivencia entre generaciones ha estado más presente que nunca porque ayer se despidió de la soga uno de los veteranos. Por eso el toro que había dado más confianza a los sogueros lo dejaron para el final, en la plaza del Torico, en homenaje a Pedro Ferrer, Pichón, que se retira como miembro de la soga y la baga este año. Y?la última acción que tuvo con la soga fue un quite para salvar a un vaquillero.
Su dedicación a los toros de la Vaquilla recibió el aplauso de los cientos de aficionados que se concentraban en la plaza del Torico en este último toro. Una ovación que se hizo extensiva al ganadero Teo Adell, por el buen lote traído este año.
Y es que los animales dieron muy buen juego durante toda la tarde, con muchas carreras emocionantes y el público agradeció a Adell el excelente grupo de toros de este año que permitió a los aficionados disfrutar mucho.
Una vez finalizado el festejo, ya en los corrales de la Nevera los miembros de la soga y la baga mantearon a Pichón.
Durante el festejo no hubo que destacar percances de gravedad. Una joven fue trasladada al hospital tras un percance en la rodilla pero su estado no revestía gravedad.
Como novedades este año los miembros de la soga y la baga estrenaron cuerdas nuevas, elaboradas por Paco Gómez, en blanco y granate, los mismos colores que distinguen a los sogueros.
En los corrales de La Nevera, muy visitados durante toda la jornada, se colocaron una cortinas para que los animales se tranquilizaran antes de salir.