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Vicente Altaba, delegado episcopal de Cáritas Española: “Hay gente que disocia Cáritas sí, Iglesia no, como  si fueran cosas diferentes” Vicente Altaba, delegado episcopal de Cáritas Española: “Hay gente que disocia Cáritas sí, Iglesia no, como  si fueran cosas diferentes”
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Vicente Altaba, delegado episcopal de Cáritas Española: “Hay gente que disocia Cáritas sí, Iglesia no, como si fueran cosas diferentes”

Dos libros del sacerdote turolense y delegado episcopal de Cáritas Española, Vicente Altaba, acaban de ser reeditados en tres idiomas: español, inglés y francés. Así y a propuesta de Cáritas Internacional, El ministerio sacerdotal en Cáritas y La espiritualidad que nos anima en la acción caritativa y social estarán presentes en todas las Cáritas nacionales del mundo.

- ¿Qué supone que se traduzcan estos libros?

- Los libros se publican en tres idiomas a petición de Cáritas Internacional porque tiene interés en que lleguen a todas las Cáritas nacionales del mundo. En ese aspecto nos satisface porque es un reconocimiento al trabajo de Cáritas Española en este campo.

- ¿Qué aporta Cáritas Española respecto a otras?

- Una de las cosas que nos diferencia es que es una Cáritas que ha cuidado mucho la reflexión, desde el punto de vista puramente social. Tenemos muy buenos estudios sociales, por ejemplo, el informe Foessa. Hemos cuidado mucho el estudio de la realidad social para que la acción no sea una acción voluntarista. Para servir a los pobres no basta solo la buena voluntad, la caridad tiene que ser inteligente. Hemos cuidado la reflexión teológica que da fundamento a la acción caritativa y social. De ahí el interés de Cáritas Internacional.

- ¿En estos momentos de crisis cobra más importancia estas cosas que nos mueven a colaborar?

- A partir de la crisis y de la proliferación de obras sociales, creo que somos conscientes cada vez más de un riesgo que tenemos: el caer en el activismo, es decir, centrarnos en hacer, hacer, hacer cosas, y por momentos perder el sentido y la orientación de lo que hacemos. Evidentemente, hay que hacer porque hay que dar respuestas a las necesidades sociales concretas que en cada momento se viven. Pero cada institución tiene que tener más claro desde dónde hace y al servicio de qué hace. Por lo tanto, descubrir sentido a lo que hacemos en este momento es prioritario. Esta es una preocupación que se está poniendo muy de relieve. En Cáritas Europa la semana pasada estuvieron reflexionando sobre la necesidad de hacer una recopilación de materiales que den fundamentación a todo su compromiso público y social y Cáritas Internacional hace más de un año que tiene una comisión para la identidad de Cáritas. Cáritas está en todo el mundo y en cada sitio las realidades son diversas. Hay que apoyar y que cada uno haga lo que pueda pero también es importante tener elementos comunes que nos definan como institución.

- ¿Cuáles son esos elementos que aportan estos libros?

- El libro del Ministerio sacerdotal se hizo con una intencionalidad subyacente que es la de salir al paso de algunas disociaciones que con frecuencia se viven en torno a Cáritas. Por ejemplo, hay gente que disocia Cáritas sí, Iglesia no, como si Cáritas e Iglesia fueran cosas diferentes o incluso contrapuestas. Son disociaciones que están en el imaginario colectivo y que a veces se dan por ignorancia y otras con intencionalidades claras. Ante ese tipo de disociaciones, se me ocurrió escribir un libro sobre el Ministerio sacerdotal porque en la figura del sacerdote está el enganche entre estas dos dimensiones. Que no se vean como cosas diferentes.

- ¿Qué destaca del libro sobre la espiritualidad?

- Toda institución tiene unas motivaciones. Unas nos vienen dadas por la realidad social en la que estamos, que nos marca unas necesidades y unas demandas. Pero después los modos de responder a esas necesidades sociales son muy diferentes. Por ejemplo, cada uno tenemos una concepción de la persona, y no todas las instituciones tenemos la misma visión del interés común. Salta a la vista las distintas concepciones que hay de desarrollo, comenzando por los políticos. A nosotros la espiritualidad nos ayuda a tener una visión del ser humano, de la dignidad humana, del desarrollo, de la comunidad internacional, de la comunidad universal, tenemos nuestras motivaciones y eso aparece en la espiritualidad.

- Ha comentado que en Europa se está debatiendo mucho sobre este tema, ¿está relacionado con la situación de los refugiados?

- Lo de los refugiados es un motivo para una reflexión conjunta. Una reflexión que nos lleve a replantear nuestra identidad, yo creo que no, porque en eso la tenemos clara. Los refugiados nos abocan a tener que tomar una posición desde la reflexión y desde la acción. La respuesta que damos desde todas las instituciones al tema de los refugiados no es la misma. En Cáritas tenemos claro que este es un tema de primera necesidad pero que en primer lugar corresponde a las instancias políticas, y nosotros tenemos una responsabilidad subsidiaria. Eso también depende de cómo entendemos nuestra propia identidad.

- ¿Qué notas distintivas de Cáritas destacaría?

- En Cáritas tenemos algunas notas diferenciadoras, por ejemplo, nuestra motivación fundamental está en el Evangelio que nos encomienda como tarea fundamental el ser una buena noticia para los pobres, como lo fue Jesús. Otros tienen unas motivaciones muy nobles pero desde una óptica antropológica. Podríamos hacer muchas reflexiones. Sobre la concepción del desarrollo, hoy se nos dice desde la política: “Las cosas van bien porque hay crecimiento económico”. Nosotros entendemos que el crecimiento económico no es el mayor indicador de un desarrollo social, ¿qué pasa si hay mucho desarrollo económico pero está a favor de unos pocos y en relación a otros lo que crece es la desigualdad y la injusticia?