Todo está en el lenguaje. Se han inventado palabras para el consuelo, para levantar el ánimo, palabras que erizan el vello. Hay palabras que curan las heridas provocadas por otras palabras. Unas expresan gratitud mientras otras muestran la mala educación de algunos... y también su inteligencia. Hay palabras que duelen (muerte), están las que sanan (¡ama!) y también las que permanecen (te quiero).
Los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo, decía, cargado de razón, el filósofo Ludwig Wittgenstein. Pocas cosas me gustan más que abrir el diccionario por una página elegida al azar y aprender una palabra nueva.
El Diccionario de la Real Academia dispone 93.000 lemas, aunque ningún diccionario recoge todas las palabras que existen en una lengua. Los expertos hablan de que se usan un 3 0% más de palabras de las que recoge el diccionario y hay estudios que aseguran que alguien de unos 45 años se maneja con unas 30.000 palabras. ¿Cuántas conoceremos nosotros?
Llevo días sumergida en la búsqueda de palabras bonitas y he encontrado unas cuantas con significados que quiero tatuármelos en la frente. Así que, en lugar de meterme tinta en el cuerpo, he decidido compartirlos con ustedes.
Inefable: tan increíble que no puede expresarse con palabras. Inconmensurable es algo enorme, que por su gran magnitud no puede medirse. La capacidad de hacer frente a la adversidad, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas es la resiliencia. Las personas resilientes tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora.
Alguien habla de saudade al referirse a ese estado emocional entre la pena y la felicidad que mezcla las tristezas con los afectos. Es la ausencia, el anhelo, el sabor agridulce de lo que nunca volverá. ¿Hay algo indeleble en sus vidas? Es aquello que no puede ser borrado ni olvidado. Etéreo, lo extremadamente delicado y ligero, fuera de este mundo.
Algo que tiene un comienzo pero nunca un final: sempiterno. Hay quien utiliza la palabra sukha para referirse a la felicidad auténtica, profunda y duradera al margen de las circunstancias. ¿A qué huele la lluvia? A tierra mojada. Petricor es el nombre que se le da al olor que produce la lluvia al caer sobre suelos secos. Meraki, hacer todo con pasión, creatividad y amor.
Ataraxia es aquella disposición gracias a la cual alguien, mediante la disminución de la intensidad de sus pasiones y sus deseos, y la fortaleza frente a la adversidad, alcanza el equilibrio y la felicidad. Ataraxia es tranquilidad, es serenidad, es imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos.
¿Ha deseado alguna vez estar con alguien hasta la muerte? Entones has sentido el sarang. Gaman se refiere a seguir intentándolo a pesar de las adversidades, luchar aunque todo esté perdido. ¿Y cómo se llaman las marcas que dejan las sábanas sobre la piel? Karelu. Acariciar o abrazar con el alma es apapachar. También podría usar serendipia como sinónimo de chiripa: cuando algo sucede de forma casual, inesperada.
La bonhomía es la sencillez unida con la bondad en el carácter y en las maneras. ¿Se imagina que una flor no se marchitara nunca? Sería inmarcesible. Algo acendrado es puro, sin manchas ni defectos. De origen japonés, nankurunaisa habla del tiempo… de que todo, al final, se arregla con el tiempo.
Maktyb significa que lo que está destinado a suceder siempre encontrará una forma para manifestarse. No pierda la esperanza. Melifluo es algo suave, delicado y tierno en el trato o en la manera de hablar. Flébil hace referencia a algo que es digno de ser llorado. Limerencia es un estado mental involuntario, propio de la atracción romántica de una persona hacia otra que se convierte en la obsesión de ser amado. Ya saben lo que dice el refrán: no te acostarás...