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De lo exótico a lo común De lo exótico a lo común

De lo exótico a lo común

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Juanjo Francisco

Por unas cuestiones o por otras, que todas ellas suman, creo que Teruel y los que en ella habitan, han dejado ya de ser ese simpático grupo de gente exótica.
Todo lo que ha ocurrido desde el lejano noviembre, con elecciones, resultados, tomas de posesión y declaraciones de intenciones de los electos, ha girado alrededor de la aparición estelar en el panorama político nacional de Teruel Existe cuyo diputado también ha sido considerado hasta hace bien poco, y no tengo claro que se haya acabado, un tipo exótico, como la tierra a la que pertenece. Del exotismo de Teruel se desprendían antes aromas relacionados con lo raro y por ello dado a despertar ciertas simpatías cuando no indiferencia complaciente. Ahora, tras todo lo ocurrido tras el 10N, las sensaciones que transmite Teruel ya tienen poco de exótico.
Aquí, como en otros muchos lugares, hay problemas y proyectos de futuro, hay debate político y se reciben críticas y alabanzas sin solución de continuidad, se constatan ambiciones sociales y la vida, en definitiva, se normaliza en su vaivén necesario. Ni antes se merecía, Teruel, digo, comentarios condescendientes, ni ahora ataques desaforados. Digamos que unos y otros se tienen que barajar con la cotidianidad habitual. Y que el sol siga saliendo para todos.
Del análisis que cada uno pueda hacer sobre la presencia de Teruel Existe en la política nacional, únicamente podría sacarse una conclusión no partidista: que la provincia ha aparecido en el mapa nacional como un territorio más donde hay que trabajar para vivir y que tiene conflictos políticosociales, pero con afanes de futuro. Como en todos los sitios, vamos. Incluso se sufren catástrofes climatológicas que causan daños a los que deben responder las administraciones.
Teruel no es un cantón, como se ha dicho últimamente. Los ciudadanos del Mar Menor decían el pasado domingo que, o les arreglaban eso del avance del mar, o que iban a tomar no sé que decisiones de protesta. Si estas demandas no se consideran cantonalistas, ¿por qué las que lanza Teruel, no ahora, desde siempre, tienen que serlo?