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Fino, fino Fino, fino
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Juanjo Francisco

Fino, fino, fino. Se ha hilado muy fino en días recientes con las informaciones de carácter nacional que se han lanzado a cuenta de la escandalera armada con motivo de la fallida candidatura olímpica a los Juegos de Invierno que asumían Aragón y Cataluña. Obsérvese el orden en el que coloco a los territorios afectados, completamente al revés de cómo se escribían en la prensa nacional. Es un detalle menor, sí, pero ilustrativo de la visión exterior de la citada propuesta.

Fuera del territorio aragonés se ha extendido la idea de que todo ha sido cuestión de disputas políticas, así, tal cual: posturas políticas. Habida cuenta de que en sentido genérico lo político es citado con tintes peyorativos, desde los medios de implantación nacional se orientó el fracaso de la candidatura al afán aragonés por aferrarse a unas propuestas políticas, cuando en realidad, desde mi punto de vista, la causa ha sido el anhelo catalanista por acaparar pruebas y peso específico en la candidatura conjunta. Este matiz apenas ha tenido trascendencia en las cabeceras, emisoras y televiones de ámbito estatal porque nadie profundizó en los ejes de las diferencias.

Desde el Comité Olímpico Español también se ha contribuido a señalar a Aragón como el causante de la ruptura y todo el engrudo final se ha endurecido con unas manifestaciones de un presidente aragonés, socialista, que rompió con todos los cánones del discurso que lanzó el mismo COE que ampara el gobierno de coalición, con presidencia y presencia socialista, que hay en España. Si esa política a la que aludieron los creadores de opinión de amplio espectro ha sido el empeño aragonés, de Lambán y su equipo, por no plegarse a las ambiciones de ese poderoso vecino que, de vez en cuando, le da por coronar picos del Pirineo aragonés con emblemas referidos a su causa independentista, la doy por buena de todas, todas.

Queda por saber la lectura final que harán los aragoneses de este embrollo, pero yo le concedo el beneficio primero de saber plantarse ante los mensajes catalanes, tan bien acogidos fuera de Aragón.