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Vender humo Vender humo
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Juanjo Francisco

Desde hace algunas semanas se intuía que la Agencia Espacial Española se asentaría en la ciudad de Sevilla, pero desde Teruel se siguieron lanzando mensajes de ánimos y de esperanzas de cierto fundamento en la opción que representaba la candidatura local. Consumada la decisión y después de la consabida catarata de reacciones, todas ellas repletas de reproches hacia la administración del Estado, queda un poquito de desaliento, sustentado quizá en esa última posibilidad que otorga la ilusión que ha derrochado Teruel.

Como la ilusión no está sujeta a condiciones ni a dotaciones, ni a infraestructuras, la candidatura turolense la ha exhibido a raudales. Aquí no hay AVE ni aeropuerto internacional y nos cuesta un mundo llegar a Madrid, sí, pero se construyó una opción técnica a esa Agencia Espacial que vale su peso en oro. Vale porque echando la vista atrás tan solo unos cuantos años no se podría vislumbrar semejante cúmulo de avales que posee Teruel para optar a un objetivo como el que se ha perdido. Y eso ya es tener mucho pese a la decepción final.

Desde el sur de Aragón la cosmopolita Sevilla nos puede parecer de otro planeta y los aires de internacionalismo que posee esa ciudad puede hacer más chiquica aún a Teruel, sí, pero se ha optado a la Agencia con argumentos de peso y mucho amor propio, valores que hay que guardar para futuras empresas comunes. Solo hay que esperar que nuevas convocatorias de otros objetivos a los que se pueda concurrir desde aquí no estén revestidas de ánimos exteriores sin fundamento. Que Teruel se creyó lo de la descentralización administrativa, es evidente, que el sueño emprendido desde entonces era de una magnitud enorme para sus posibilidades, también es real y que desde Madrid se ha contemporizado alimentando artificialmente el hambre de progreso de Teruel, nadie lo discute. Pero, al final, las palabras quedan y la declaración de intenciones, también. Si la lucha contra la despoblación es un camino sin retorno habrá más oportunidades para Teruel, siempre y cuando no se  venda humo desde los gobiernos.