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Mi universidad

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Elena Gómez
En Secundaria fui una alumna excelente y podría haber estudiado casi cualquier carrera que hubiera querido. Sin embargo, mis circunstancias me impidieron irme fuera. Por aquel entonces, a principios de los años 90, la oferta de la Universidad de Zaragoza en Teruel era muy escasa y poco atractiva para mí, así que me matriculé en la Uned para cursar mis estudios de Derecho.

No fue sencillo, la sede estaba en un edificio compartido y obsoleto, sin ningún tipo de accesibilidad y, aunque la mayor parte del estudio se realiza en casa, me tocó peregrinar por los despachos solicitando mi derecho de acudir a las tutorías. Costó un poco, pero la institución universitaria me lo puso fácil, su directora fue una persona cercana y dispuesta a solucionar los problemas existentes.

Mi formación universitaria se convirtió en algo muy diferente a lo que había soñado, pero no dejó de ser interesante. Contra todo pronóstico, surgió un pequeño grupo de estudiantes que estábamos en la misma situación (con algunos todavía mantengo una bonita amistad), nuestros tutores se dejaban la piel para hacernos sentir que estábamos en una Universidad real y, además de conocimientos muy valiosos y su experiencia laboral, nos regalaron unos cuántos consejos que nos sirvieron de mucho en nuestra futura vida adulta. Y, sobre todo, con la vista atrás, valoro el esfuerzo que tuve que hacer por mi cuenta y que tanto me sirvió para las futuras oposiciones.

La Uned es para mí un lugar de referencia, una Universidad muy necesaria en sitios con pocas oportunidades y un baluarte para evitar el éxodo de estudiantes de la provincia, además de un nicho de oportunidades para aquellos que quieren mejorar su formación.

Por eso me entristece mucho que esta política de hoy en día, que todo lo ensucia, también haya entrado a embarrar una institución que debería mantenerse ajena e imparcial a batallas electorales. Por favor, permitan que sea liderada por docentes independientes, con la formación adecuada y las ganas suficientes para que conseguir que esta brille como se merece.