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Ana Villalba Valenzuela, Premio Internacional de Hematología: “Este estudio permite pronosticar la evolución de casos de mielodisplasia”

La médico turolense destaca la importancia de analizar los datos de más de 14.000 pacientes del registro español
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La turolense Ana Villalba Valenzuela, residente de cuarto año de Hematología en el Hospital La Fe de Valencia, ha recibido uno de los premios a las mejores comunicaciones de jóvenes investigadores que concede la American Society of Hematology (ASH). Su trabajo analiza los datos disponibles en el registro del Grupo Español de síndromes mielodisplásicos -un grupo de cánceres de la sangre que evoluciona a leucemia aguda-. La joven presentó su estudio en el congreso internacional que se realizó del 1 al 4 de diciembre en San Diego (EEUU).

- ¿Cómo fue la experiencia en el congreso de Hematología en San Diego?

- Fue muy interesante. La verdad es que fue una experiencia muy buena porque es el congreso más importante a nivel mundial. Este año se habían apuntado 27.000 hematólogos de todo el mundo y hubo un montón de comunicaciones y de charlas de los grandes de la Hematología. Poder asistir, para un residente es una cosa extraordinaria y llevar una comunicación, un póster y que además esté premiado es una cosa importante y un honor.

- Su investigación está centrada en uno de los tipos de cánceres hematológicos más frecuentes. ¿Cómo ha sido la investigación y qué aporta para que haya logrado este reconocimiento?

- La investigación se basa en los datos de pacientes del grupo español de mielodisplasia, que es uno de los mayores del mundo con 14.000 pacientes y lo que se vio en la investigación es el estudio de las células madre que genera la sangre, la hemoglobina en particular. Lo que hemos visto es que el porcentaje de eritroblastos al diagnóstico es un factor pronóstico a la hora de saber cómo va a ir la evolución de la enfermedad. Hay otros muchos factores pronósticos que ya se tienen en cuenta y este sería uno más, fácil de realizar para todos los laboratorios. Es bastante importante porque los síndromes mielodisplásicos son muy variables. Hay gente que no necesita tratamiento, que solo necesita un control del hematólogo, en cambio, hay otros casos que sí que son más graves están en el grupo de alto riesgo y sí que necesitan un tratamiento quimioterápico o un transplante de médula ósea, entonces, el poder agrupar a los pacientes al diagnóstico es muy importante.

- ¿Qué importancia tiene para los tratamientos?

- Al ser un factor pronóstico puedes agrupar mejor a los pacientes. Cuantos más factores pronósticos tengamos se pueden agrupar mejor a los pacientes en grupos de bajo riesgo, riesgo intermedio o alto riesgo y con ello se puede decidir cuál es el mejor tratamiento en cada uno, más personalizado.

- ¿Cuánto tiempo llevan con el estudio y qué líneas siguen ahora?

- El estudio empezó hace un año más o menos pero hay que tener en cuenta que los datos están recogidos en el registro español de mielodisplasia hay datos desde el año 2010. El estudio está tan bien porque hay muchos pacientes y eso se ha conseguido porque a lo largo del tiempo se ha ido recogiendo por toda España la información de todos los pacientes. La idea que llevamos es mirar más a fondo la biología molecular de estos pacientes, la genética. 

- Para poder buscar tratamientos de ese tipo ¿no?

- Sí, para poder buscar la razón más básica o más genética de por qué un grupo de pacientes que tienen menos del 15% de estos eritroblastos, de estas células madre, van mucho peor que el resto de los pacientes.

- Está en su último año de residencia, ¿tiene opciones de quedarse en La Fe?

- Para quedarme, sería pedir una beca y que me la concedieran y quedarme haciendo la investigación si no ya sería echar currículos para conseguir trabajo.

- ¿Cómo ve la investigación en este campo en España?

- Se están haciendo bastantes cosas. El problema es el tiempo porque hay mucha presión asistencial y no tantos hematólogos. Todo este estudio se ha hecho en nuestro tiempo libre. Se supone que el horario laboral es de 8 a 3 pero a lo mejor acabo a las 5 y a partir de las 6 es cuando ya te puedes poner a hacer las investigaciones. Eso siempre es un paso hacia atrás. Hay pocos hematólogos que puedan estar centrados solo en la investigación.

- ¿Este premio puede ser un impulso para poder continuar?

- Sí, la verdad es que significa bastante para poder continuar. Es un pasito dentro de la investigación.

- ¿Cómo surgió su interés por este campo de la medicina?

- Cuando lo estudié durante la carrera me pareció muy interesante porque es un campo muy desconocido. Es muy amplio porque tienes la parte de clínica con los pacientes, tienes una parte de laboratorio, de investigación -que a mí me gustaba mucho con el diagnóstico- y luego tienes la parte de demostasia, el sintrón es lo más conocido, y la parte de banco de sangre, de transfusión de sangre. Es un campo de la medicina que es muy extenso que tienes ahí para elegir donde te pueda gustar.

- ¿Se plantea la posibilidad de venir a trabajar a Teruel?

- Sí que me he planteado el volver y quedarme aquí y por lo menos conocer otra manera de hacer la medicina, otro hospital porque siempre se aprenden cosas nuevas. Me gustaría y sería una experiencia a la que estoy abierta.