Hace ya unos años vi en un cine de Barcelona una película llamada El gran silencio. 164 minutos de cinta, dirigida por Philip Gröning, donde se cuenta el día a día de los cartujos de la Grande Chartreuse, en Francia. No hay palabras. Solo el sonido dentro del monasterio.
Me fascinó que una película fuera capaz de atraparme a la butaca durante casi tres horas sin un solo diálogo. El sonido de la lluvia, de la nieve, de los cartujos cortando cebolla o el crujido de la madera de un reclinatorio cuando se arrodillaban para rezar.
El día 1 de enero recordé esa película mientras veía El Viaje, la maravillosa experiencia televisiva de Aragón TV complementada a través de Aragón Radio. Un viaje en tren entre Zaragoza y Canfranc (218,39 kilómetros y casi 4 horas) donde el espectador se pone en el lugar del conductor del convoy y va viendo el paisaje. Así de simple, y de apasionante a la vez.
Que una televisión arriesgue a dar un producto de ese tipo en pleno prime time, el primer día del año, debe ser valorado y aplaudido. Seguro que los directivos de la cadena tuvieron sus dudas por la respuesta del público, pero las cosas no les han podido ir mejor: éxito de audiencia y una enorme repercusión en las redes. Y la mayoría de las críticas, positivas.
La directora de la tele, Carmen Ruiz, contaba que el objetivo del programa era experimentar con nuevos formatos y hablaba de la responsabilidad de los medios públicos por la innovación y la búsqueda de nuevas formas de expresión.
Y yo añado: la responsabilidad de los medios públicos pasa también por ofrecer al espectador productos que ayuden a vertebrar, a descubrir territorios que, a veces, tenemos inexplorados debido al enorme tamaño de nuestra tierra. Y El viaje, que para mi fue fascinante y valiente y rejuvenecedor y emocionante, lo hizo, llevándonos en volandas de Zaragoza a Canfranc.
Estoy convencido de que en Aragón ha habido dos asuntos que han vertebrado el territorio sobremanera en las últimas décadas: La A-23, que nos lleva desde Teruel a Huesca pasando por Zaragoza, y la televisión y la radio autonómica, que nos muestran lo que tenemos aquí y allá.