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El bombo (II) El bombo (II)

El bombo (II)

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F.J.B.

Ponce, Castella, Perera, Ginés Marín, López Simón… Roca Rey. Los grandes entraron en quintas como en la mili y Simon Casas comienza a saborear su triunfo a todo bombo y platillo. Unos… Rabasa, a Canarias otros, a Melilla… y al Sahara le tocó a Roca Rey con la de Adolfo. Que se sepa no ha habido excedentes de cupo aunque sí ha trascendido el nombre del primer y más ilustre objetor. Y ahí anda la vaina de la semana. El Juli, que ni tiene los pies planos y ni tampoco es corto de vista, ha decidido que no hace la puta mili. Se declara objetor de conciencia y ahí os den con la instrucción y el reclutamiento porque a él no le van las armas. Es zen, pacifista y contrario a la guerra… en las plazas se entiende. En los despachos no. El Juli pasa del bombo y lo que es peor pasa también de San Isidro y de Madrid. No estará.

Dice mi amigo Juan que al torero de Velilla no le hace falta Madrid. Y es una verdad tan grande como inmenso es el azul cielo y descomunal el garzo mar. A él solo le hacen falta cuatro Guijuelos, cinco Tomellosos y si me apuran Huesca con una corridita a modo de El Vellosino tocadita de astas. Y a facturar. Y a seguir viviendo de ese momio que pudre las entrañas de esta industria ahíta de descaro, cinismo e impudicia. ¡Ole mi Juli!

Ole porque se ha erigido sin saberlo y sin pretenderlo, en resistente de un sistema que supura y huele a rancio, un modus vivendi de figuras envanecidas que pasa por imponer por cojones al torero que va por delante, al que va por detrás y ¡cuidado!, al que nunca va. Que pasa también por forzar y exigir el sucedáneo de toro que se ha de lidiar y en las hechuras y condición que la deidad de turno decida. Que pasa por imponer cachés sin llenar tendidos, por endilgar las pérdidas al empresario ingenuo de turno, por dejar a sus compañeros toreros tiritando de frío porque la teta no da para más, y que pasa por pasarse por el forro palabras tan necesarias e imperiosas para la fiesta como respeto al aficionado, dignidad profesional, amor propio, competencia, reto, gesto, futuro, honestidad...  Y dice el Juli que esto del bombo pues que no ¿Lo dice en interés del aficionado, de la Fiesta, de la historia grandiosa del toreo…? En interés patéticamente propio. Y a facturar. El Juli, ausente de Madrid, es ya el gran paladín de lo oscuro, el adalid sin ejército que exige sus privilegios, su avaro fuero y su particular derecho de pernada cual señor feudal del medievo. Con su decisión se ha convertido en defensor de una casta en la que también anda enredado el comando Matilla, que esa es otra. Todos son involución de la fiesta cuando los tiempos están implorando y suplicando revolución. Todos son tenebroso Medievo. Y Roca Rey, Renacimiento. Ojalá su gesto de Madrid le ponga en la mano el cetro del toreo. La historia grande de la humanidad lo fue gracias a hombres buenos y valientes que decidieron arriesgar.