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El Tren Azul reivindica el gran potencial turístico de los ferrocarriles históricos El Tren Azul reivindica el gran potencial turístico de los ferrocarriles históricos
El Tren Azul es recibido a su llegada a Teruel por los turolenses que acudieron a la estación de Adif el sábado

El Tren Azul reivindica el gran potencial turístico de los ferrocarriles históricos

Los aficionados consideran una pérdida lamentable el levantamiento de la vía de Sierra Menera
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La llegada del Tren Azul este sábado a la capital turolense fue una reivindicación del gran potencial turístico que tienen los ferrocarriles históricos y una prueba del interés que suscitan entre la gente, como ya se ha puesto de manifiesto con el de Utrillas. Por ese motivo el presidente de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (Azaft), Carlos Abadías, así como otros aficionados al tren, calificaron como una “pérdida lamentable” el levantamiento de la vía del tren minero entre Santa Eulalia y Ojos Negros.

Numerosos turolenses acudieron a la estación de Adif en Teruel para dar la bienvenida a los más de doscientos viajeros que se desplazaron en él, y aunque no estaba previsto inicialmente, los voluntarios de Azaft lo enseñaron por dentro a todos aquellos que quisieron verlo.

El Tren Azul es un ferrocarril histórico gestionado por la Azaft que no había podido viajar a Teruel hasta la fecha por el estado de la vía, y que este sábado lo hizo por primera vez abriendo así las celebraciones del 40 aniversario de esta asociación de aficionados al tren.

El viaje a Teruel se hizo con siete coches, cinco de ellos de viajeros más dos furgones de Correos desde donde se pudieron hacer envíos. Entre los primeros había dos coches cama, dos coches restaurante, uno del año 1926, y un coche salón de 1955 que utilizaban los ministros de la jefatura del Estado y que estaba habilitado para poder celebrar consejos de ministros.

El tren llegó a Teruel en su hora y al completo, con 202 pasajeros, y 25 voluntarios de la asociación se encargaron de dar servicio al pasaje y mostrar el interior de los vagones a los turolenses que se acercaron a darle la bienvenida. Los viajeros pudieron visitar por su cuenta la ciudad y comer, y por la tarde conocieron las instalaciones de la Asociación Turolense de Amigos del Ferrocarril y el puente giratorio para locomotoras, antes de regresar a Zaragoza. La jornada se desarrolló además en colaboración con los radioaficionados, que estuvieron en contacto permanente con el tren en movimiento.

Carlos Abad, de la Plataforma en defensa del ferrocarril y que acudió a la estación, aseguró que el interés que ha despertado el Tren Azul “es una demostración fehaciente de que los trenes históricos tienen un potencial en auge”. La llegada a Teruel de este tren ha coincidido con la autorización para que siga desmantelándose la vía del tren minero de Sierra Menera. Abad opinó que esa decisión no tenía sentido porque supone destruir un patrimonio. Recordó, además, que la propuesta de promover un tren histórico en esa línea se quería desarrollar “en compatibilidad con la vía verde para ciclistas, mejorando la oferta y dando servicio”.

“El desmantelamiento es una oportunidad perdida”, consideró por su parte el presidente de la Azaft, Carlos Abadías, quien lamentó que “la gente del territorio no ha estado convenientemente informada” a pesar de las explicaciones que se han dado. Aseguró por otra parte que la línea de Teruel tiene mucho atractivo para la circulación de este tipo de trenes, y prueba de ello ha sido la gran demanda que han tenido, incluso por parte de tres viajeros ingleses que acudieron de propio desde el Reino Unido para disfrutar de la experiencia.

Abadías incidió en que hacer el viaje del 40 aniversario de la Azaft con el Tren Azul a la capital turolense era también “reclamar Teruel como destino turístico”.

Entre los viajeros estaba la vicepresidenta de Apudepa (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés), Belén Boloqui, asociación que se ha opuesto al levantamiento de la vía del tren minero de Ojos Negros en su tramo final, y que discrepó con los criterios que ha esgrimido Patrimonio para denegar la incoación del expediente para la declaración como BIC de este ramal.

Boloqui explicó que la Junta de Patrimonio Cultural de España incluyó la vía de Sierra Menera entre los cien paisajes de alto valor patrimonial e industrial que hay en el país. “Quitar las vías en un territorio minero es quitarle el alma”, aseguró, puesto que ese paisaje industrial se interpreta con el ferrocarril, y no de otra manera, ya que ofrece “otra dimensión” de estos territorios. Consideró que era una “gran metedura de pata”, puesto que “hay que aproximarse al territorio a la velocidad que ha sido”. La junta de Apudepa tratará este asunto en abril.

Marisol, una de las viajeras del Tren Azul, aseguró que había sido una experiencia “muy bonita” porque “no te transportas de un sitio a otro, viajas, y disfrutas de Aragón”. La misma idea transmitieron otros pasajeros como Francisco de Borja, quien aseguró que a pesar de haber durado cuatro horas el viaje se le habían pasado “rapidísimo”.

El holandés Aalt van den Ham, que es socio de la Azaft, comentó que viajar en estos trenes “es el romanticismo que se pierde hoy en día”, porque permite revivir la historia y “emocionarse” con todo lo que “han vivido estos trenes”.