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Simón Domingo presta su virtuosismo al público en ‘Escultplanas Luz Mov’ Simón Domingo presta su virtuosismo al público en ‘Escultplanas Luz Mov’
Vista de alguna de las 52 piezas que se exponen en la sede de Caja Rural de Teruel en Zaragoza

Simón Domingo presta su virtuosismo al público en ‘Escultplanas Luz Mov’

El de Muniesa sigue explorando cómo sacar la escultura de los museos y meterla en los hogares
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El escultor muniesino Simón Domingo ofrece una nueva vuelta de tuerca en la que para él es casi una obsesión creativa; la de romper el camino tradicional de la escultura, que viaja en un solo sentido entre el creador y el espectador, y hacer de él una vía doble en la que el propietario de la pieza tiene la última palabra y la modifica e interactúa con ella para adaptarla a su propio espacio a partir de una base que el escultor le propone. 

Escultplanas Luz Mov recoge algunas de sus últimas creaciones en este sentido. La exposición puede visitarse en la Sala de Exposiciones de la Caja Rural de Teruel en Zaragoza (calle Bilbao), hasta el próximo 14 de abril de 12 a 14 horas y de 19 a 21 horas. 

La muestra presenta 52 piezas, en las que se combinan materiales como el alabastro, el acero o la madera, que se dividen en tres líneas diferenciadas a las que hace referencia el título de la exposición: Escultplanas, Luz y Movimiento

La primera de ellas, Escultplanas, es un proyecto que el turolense tenía aparcado desde hacía casi una década, y parte de una filosofía eminentemente pragmática: “Hoy en día es difícil que la escultura entre en las casas sencillamente porque los hogares no están preparados para meter dentro volúmenes de cierto tamaño”, explica el escultor. “Con esa idea en la cabeza he desarrollado una serie de piezas que parten de una superficie plana, sobre la que realizo unos cortes, y mediante torsión y flexión se modifica obteniendo una pieza volumínica”. 

Hay que pensar en los packaging o piezas planas de cartón con cortes y partes dobladas destinadas a convertirse en cajas, o a los sencillos recortables de papel clásicos. Con chapa de un milímetro de espesor y los cortes adecuados, Simón Domingo consigue figuras como barcos o elementos más abstractos, como estructuras cúbicas o lo que el autor denomina “puentes de aires”. 

Muchas de las piezas no están completamente terminadas, y el espectador puede doblar o desdoblar para cambiar su aspecto. “La persona no se limita a mirar la pieza, sino que puede modificarla y cambiarla todas las semanas si quiere, en función de su estado de ánimo. Mediante determinados cortes yo dejo abiertas una serie de posibilidades que el dueño de la escultura puede desarrollar o no, es su decisión”. 

La segunda serie, Mov, hace referencia al movimiento y comparte con la anterior la posibilidad de cambiar el aspecto de la obra, en esta ocasión mediante elementos móviles como péndulos, ejes, o conjuntos escultóricos de pequeño tamaño formado por varias piezas que el espectador puede –y debe– tocar, cambiar, girar y modificar. 

La tercera serie, Luz, reflexiona sobre el efecto de la luz en la escultura, y está compuesta por piezas de alabastro, de piezas metálicas a base de varillas que Domingo denomina Copas de aire y una figura femenina realizada a partir de corchos de botellas con una lámpara en su interior, que se enciende cuando detecta una presencia cercana de alguien a su alrededor. 

Escultura en las casas

Escultplanas, Luz, Mov define muy bien la voluntad de Simón Domingo de acercar la escultura a la gente. No se trata de banalizar la obra, sino de prolongar su vida. “Respeto la escultura clásica, y de hecho hago mucha obra de este tipo, pero no termina de convencerme...”, explica el de Muniesa. “Siempre que puedo prefiero darle una segunda oportunidad a las piezas para que formen parte de la vida y de la actividad de la gente”.

“He visto miles de exposiciones y de museos de escultura, y veo poca gente, y mucha menos gente disfrutando, porque ser un mero observador no nos gusta a nadie”, explica Domingo. “Creo que la gente disfruta solo de aquello de lo que puede ser partícipe”. Entre bromas, Simón Domingo cuenta como un amigo visitó su casa y quedó entusiasmado con una de las escultplanas, “porque pudo tocarla y modificarla a su antojo. La hizo suya y eso le hizo disfrutar”. 

Esta exposición concluirá el 14 de abril, pero Simón Domingo tiene varios proyectos más entre manos a corto plazo. El primero de ellos tendrá lugar este mismo viernes, donde inaugurará la exposición correspondiente a la residencia artística que el de Muniesa disfrutó en Albalate del Arzobispo, dentro del Proyecto Alabastro financiado por el Programa Leader Adibama, con la colaboración de la Comarca del Bajo Martín y los Ayuntamientos de Albalate y La Puebla de Híjar y coordinado por Santiago Martínez. Simón Domingo fue el tercer residente del proyecto, después de la neerlandesa Anja Römer, que expuso en Albalate a finales de 2018 y de Marta Fresneda, cuya obra se expuso en Híjar entre los pasados meses de febrero y marzo. Una vez que concluya esta tercera exposición individual producto de las residencias artísticas, una selección de obras itinerará por salas de la provincia de Teruel, empezando en Alcañiz el 3 de mayo. 

Granitos y nuevas técnicas

Simón Domingo ha pasado recientemente dos meses en la India en un curso en el que ha trabajado con nuevos materiales, mucho más duros de los que habitualmente utiliza en su escultura. Se trata de granitos negros, verdes y rosas, y diversos tipos de mármoles de diferente dureza. “Ha sido muy enriquecedor porque lo más duro que había trabajado hasta ahora era mármol de Calatorao y he aprendido muchísimo”. Las piezas que Simón Domingo ha modelado durante este estudio de materiales están viajando a España, y tan pronto lleguen podrían ser expuestas en alguna sala aragonesa. Se trata de tres cuerpos humanos, un rostro y varias piezas abstractas. “Lo fundamental de esto ha sido el estudio sobre el material y las técnicas de escultura, así que he arriesgado más para aprender más, sin centrarme tanto en la figura que quería realizar”, explica el de Muniesa.