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Segundo Bordonaba, diez años al frente de la Ruta del Tambor y Bombo: “El ADN sonoro y musical que nos identifica tiene que preservarse 
y ser inconfundible” Segundo Bordonaba, diez años al frente de la Ruta del Tambor y Bombo: “El ADN sonoro y musical que nos identifica tiene que preservarse 
y ser inconfundible”
Segundo Bordonaba, el pasado domingo en el Concurso de Tambores de Híjar

Segundo Bordonaba, diez años al frente de la Ruta del Tambor y Bombo: “El ADN sonoro y musical que nos identifica tiene que preservarse y ser inconfundible”

El responsable saliente anima a las mujeres vocales del consorcio, muy preparadas, a tomar las riendas
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Esta vez es la definitiva. Después de una década al frente, Segundo Bordonaba deja el cargo de presidente de la Ruta del Tambor y Bombo, entidad que ha alcanzado altas cotas administrativas, turísticas, sociales e identitarias durante su mandato. La Semana Santa de los nueve pueblos es desde 2014 Fiesta de Interés Turístico Internacional, mientras que el ritual sonoro del toque de tambor también figura desde noviembre de 2018 en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El responsable saliente subraya que el reto es mantener esta distinción, para lo que conviene preservar la sonoridad y musicalidad que caracterizan a los toques tradicionales de la Ruta y dejar la innovación para los concursos de tambores. Con su marcha se producirá un vacío  importante que él anima a suplir con presencia joven y femenina al frente de la institución. El futuro lo merece.

- ¿Esta es su última Semana Santa como presidente? ¿No habrá más prórrogas?

- Sí, esta es la última. Al cumplir el segundo mandato de cuatro años en 2018 no hubo ninguna candidatura y Sofía Ciércoles, la alcaldesa de Andorra, me pidió continuar un año más. Lo hice encantado por cerrar el ciclo de los nueve municipios (en cuanto a Jornadas de Convivencia de la Ruta se refiere). Pero ya saben los alcaldes que este año, en cuanto sean las elecciones municipales y se constituyan los ayuntamientos nuevos, convocaremos reunión para intentar que alguien dé un paso adelante. Creo que hay gente válida en las vocalías, tanto hombres como sobre todo mujeres que pueden desempeñar el cargo perfectamente, pero lo que esperamos es que alguien dé el paso definitivo. El futuro presidente o presidenta va a estar arropado o arropada, porque también está la Secretaría, los alcaldes y los 18 vocales que conforman la junta.

- ¿No hay ningún movimiento serio aún?

- No, porque como digo estamos pendientes de que se constituyan los ayuntamientos nuevos. Las vocalías dependen un poco de los nombramientos de las coordinadoras y de las juntas de cofradías de los diferentes municipios, y también de los ayuntamientos. Entonces, alargaremos un poco el proceso a lo largo del verano para de alguna forma constituir la nueva junta directiva, la nueva junta de gobierno en la que se integrarán también los alcaldes nuevos.

- En el Pregón de las Jornadas de Convivencia celebradas este año en Andorra se escucharon apelaciones a que la gente joven tome las riendas de la fiesta. ¿Está de acuerdo?

- No es lo mismo tener 40 o 50 años que 60. A más edad, más experiencia. Pero quizá en una visión y un proyecto a futuro puede aportar también mucho gente más joven. En este sentido, estaré encantado de que alguien se presente y dé continuidad a un proyecto que va a cumplir 50 años el año que viene y que en definitiva ha llegado a cotas que considero importantes para la Ruta y para sus pueblos.

- ¿Qué balance hace de estos nueve años al frente de la Ruta?

- Siempre digo que el balance lo tiene que hacer la gente. A mí me llegan felicitaciones de todos los pueblos porque hemos conseguido situar a la Ruta en un nivel administrativo muy importante en el plano turístico y social. Estoy satisfecho. Han sido años de trabajo intenso pero siempre gratificante por cuanto al final se han reconocido los méritos que la Ruta tenía. 

- Después de las declaraciones como Fiesta de Interés Turístico Internacional y la entrada en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, ¿se puede aspirar a algo más?

- Hay gente que plantea que ha sido difícil llegar a donde hemos llegado, tanto con las declaraciones de Fiesta de Interés Turístico Nacional e Internacional, como con ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que no es cualquier cosa. Yo siempre hago la matización de que lo que es de interés turístico son las Semanas Santas de los nueve municipios, y lo que es Patrimonio de la Unesco es el ritual de los tambores. Es un matiz muy importante a considerar. En ese sentido, yo creo que ha sido importante el trabajo, pero estoy convencido de que puede suponer tanto trabajo o más el mantener ese reconocimiento, y eso es labor de todos los tamborileros. Mantener ese patrimonio a la vista de la Unesco, que es la que reconoce y de alguna forma revisa a futuro, es un trabajo muy importante, a parte de otros proyectos que se han quedado pendientes y que tiene que afrontar la gente que entre, así como otros que pueda imaginar.

- Es una responsabilidad, pero parece que la gente está por la labor. Las nuevas generaciones siguen saliendo a las calles a tocar.

- Sí, siempre decimos que la gente joven va a dar continuidad, pero hay una cosa que me preocupa. El reconocimiento que nos han dado a los rituales de toque se fundamenta principalmente en la sonoridad, en la musicalidad que los toques de la Ruta transmiten. Eso tiene que preservarse y tiene que ser inconfundible. Digo esto porque, de unos años a esta parte, hay momentos en que se escuchan cosas que no sabemos muy bien qué es lo que lo que se está escuchando. Hay que trasladar a la gente que mantenga el interés por lo que es el ADN sonoro de la Ruta del Tambor, al margen de lo vanguardistas que puedan ser las innovaciones de los virtuosos del tambor, que los hay en todos los municipios.

- Hay que diferenciar entre concursos de tambores y lo que se debe tocar en Semana Santa, entonces.

- Sí. Al concurso de tambores lógicamente va lo más vanguardista, lo más moderno. Vemos gente que hace maravillas con los tambores y con los bombos, pero no deja de ser un concurso de habilidades. Otra cosa es mantener lo que es el ADN sonoro que nos identifica y nos da personalidad propia a la Ruta del Tambor.

- ¿Hará algo especial esta Semana Santa, en su último año como presidente? ¿Buscará algún rincón donde no haya estado hasta ahora?

- No, porque realmente mis funciones como presidente terminaron con el Pregón, con las Jornadas de Convivencia de Andorra y ahora lo que hago es dedicarme a acompañar a los diferentes alcaldes o municipios en los diferentes actos que celebran. Como siempre, terminaré la Semana Santa en La Puebla de Híjar, que es lo que me ha gustado siempre, tocando el tambor con mi cuadrilla, con mis amigos y en mi pueblo. La verdad es que han sido unos años muy gratificantes en cuanto a esas relaciones que hemos establecido a través de los tambores y los bombos con otros municipios. Algo especial es lo que va a tener que preparar el próximo presidente o presidenta, porque el año que viene la Ruta del Tambor cumple 50 años y puede ser un evento muy importante a celebrar.

- ¿Suena ya alguna actividad que se pueda preparar para dar realce a ese 50 aniversario?

- No, eso lo dejo a criterio de quien tome posesión.

- A partir de ahora cambiará mucho su perspectiva de la Semana Santa. Pasará del plano organizativo a tamborilero raso. ¿Le alivia?

- De alguna manera, te relajas un poco. Han sido diez años de un trabajo yo creo que intenso. Hay gente que piensa que la Semana Santa es ponerse a trabajar un mes antes y desarrollar cosas, pero en la Ruta del Tambor lo hacemos al contrario. Tomamos un mes de descanso y en cuanto llega mayo o junio empezamos a pensar en ideas y proyectos. En ese sentido, sí que va a ser un poco una época de relax y de hacer lo que me ha gustado siempre: tocar en la fila donde van esos miles y miles de tambores y participar en ese ritual que ha sido reconocido por la Unesco.