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Reiwa Reiwa
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Toni Fernández

Quizás a muy pocos les suene el título de esta columna, y casi nadie sabrá lo que significa. Se trata de un hito histórico: ayer en Japón comenzó una nueva era, la era Reiwa, con la abdicación del hasta ahora emperador Akihito, que llevaba desde 1989 en el trono, deja atrás la era Heisei y da paso a su sucesor Naruhito, con el que empezará la nueva era. Normalmente la sucesión del emperador se hace tras el fallecimiento de éste, pero en esta ocasión ha habido una abdicación, hecho que no ocurría desde hace más de doscientos años. 

Hablo de ello porque, salvando las diferencias, tras las elecciones del pasado domingo podemos decir que en España ha comenzado una nueva era, también marcadas por celebrarse tras una convocatoria “extraordinaria”, algo que no es lo común. Seguramente será una era que no durará tanto como lo hacen en el país nipón, pero que por su importancia se puede decir que ha habido un cambio importante en el ámbito político nacional. 

No quiero centrarme en los datos que ya todos conocemos, victoria contundente socialista, batacazo popular, importante ascenso ciudadano, caída de podemos, e irrupción de vox. Ese podría ser un breve resumen de lo que pasó, quizás con matices. Ahora tenemos un mes por delante para las nuevas elecciones autonómicas y municipales, un mes que será de parálisis política, pero si de nuevas campañas, ya que nadie quiere enseñar sus cartas de pactos, cesiones y demás juegos antes de que se celebren estas nuevas elecciones. Y aquí es donde quería llegar, estamos en un país donde los grupos políticos solo están centrados en hacer, decir, y actuar según les conviene pensando siempre en el rédito político, casi nada en la ciudadanía ni en el bien común. Política debería ser sinónimo de hablar, negociar, llegar a acuerdos, pero siempre buscando el bien para todos o al menos para la mayoría, pero como digo el interés particular parece que es el que prima por encima de todo en los partidos, y lo del bien común si eso ya lo dejamos para otro día.  

Un claro ejemplo es el vuelco del voto en la España Vaciada. Veremos si sirve para que se dé también un vuelco con nuevas políticas que tanta falta hace implantar desde ya, y veamos de verdad que como en Japón, hemos entrado en una nueva era.